V ESPERA, PIERCE, SOLO ESPERA.

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Al día siguiente no dejaba de pensar en lo que había pasado, no podía dejar de pensar en esos ojos tan cálidos y fríos al mismo tiempo.

Seguía un poco despistada por lo de las pastillas, me preguntaba por qué cuando las tomaba mi comportamiento cambiaba y mi forma de ver el mundo igual.

Mire con recelo los tarritos donde se encontraban las capsulas que me "curaban" por así decirlo. Decidí no tomarlas hoy, solo quería ver que sucedía.

Tomé la tolla y jabón y me fui a los baños a asearme.

Adquirí la costumbre de levantarme más temprano que todas para así poder ducharme sin que el lugar estuviera muy lleno.

Al entrar dude en mirarme al espejo, sabía que estaba horrible, desde hace tiempo mi salud no era buena y las horas que dormían eran nulas. Me acostaba a las siete de la noche y me despertaba a las doce para estar en vela hasta las seis. No era sano, pero aun así lo seguía haciendo.

Ingrese a una de las duchas y deje que el agua de deslizara por cada parte de mi cuerpo, mis músculos se relajaban, los únicos momentos donde estaba tranquila eran cuando me bañaba, el agua era algo que me relajaba, pero le tenía respeto ya que al entrar ciegamente en sus brazos puedes ahogarte en sus grandes olas de amor.

¡Muerte!

Una voz gruesa y rasposa me saco de mis pensamientos, parecía de un hombre de edad.

Me quede en silencio, ¿Qué hacia un hombre en el baño de mujeres?

¡MATATE! ¡MATATE! ¡O YO MISMO LO HARE!

Golpeo fuertemente cada puerta de una manera horrible, me pegué a la pared y empecé a inhalar y exhalar repetitivas veces.

Empezó a reír como un loco desquiciado, ahora pateaba las paredes y escuchaba como los vidrios del espejo se rompían.

Dios, ¿qué estaba pasando? ¿Quién es él?

Inconscientemente empecé a sollozar.

El baño se quedó en un silencio absoluto, se había ido, dejo de golpear todo.

Cerré la regadera y me puse la toalla.

—Hola Charlotte—saludo Fleur— Ahora tome tu costumbre de bañarme temprano.

Estaba de espaldas y al girarse me dijo:

—¿Estabas llorando?

—Jabón en los ojos—me reí.

Ella también rio. Mire al espejo y deje de respirar.

No podía creer lo que estaba viendo.

—¿Estas bien? Parece que has visto un fantasma—bromeo.

—S-sí.

En el reflejo del espejo había un hombre con dos cara y dientes afilado, parecía un garabato, giraba su cabeza de izquierda a derecha e intentaba tomar a Fleur.

Sacudí mi cabeza al momento en el que Fleur me tomo los hombros.

—¿Segura que estas bien? —pregunto con duda. Lo último que quería era a una Fleur preocupada.

Asentí y disimuladamente volví a mirar al espejo.

Nada.

Solté todo el aire retenido.

—Iré a ponerme el uniforme, nos vemos en el desayuno.

Me despedí y fui a mi habitación.

Después de vestirme camine por los pasillos al comedor. Otra cosa que me tenía pensativa era el motivo de que había escuchado como los cristales se rompían, pero al salir no había ningún vidrio esparcido por el baldosín.

Lo más lógico es que por falta de sueño estaba alucinando, mamá siempre me decía eso cuando me desvelaba viendo series o leyendo un libro.

Sonreí pensando en cómo me gustaba mi vida, aunque discutiéramos amaba a mis padre y hermanita, no había un día en el que no pensara que estuvieran haciendo si no hubieran muerto.

—¿En qué piensas?

—¿Mhm? Hola Pierce—salude al chico de ojos grises que estaba recostado perezosamente en la pared.

—Siempre evadiendo nuestras preguntas—negó sonriendo.

Ese nosotros me hacía dudar, sospechaba algo, pero no iba a acusar sin pruebas.

—No pensaba en nada, solo en Camille...

—La mejor forma de olvidar es no recordar—se acercó a mi dejándome contra la pared.

—Me gustan tus consejos—me reí nerviosamente.

Tener a Pierce tan cerca me hacía sentir un pequeño calor en mi estómago, un calor que me gustaba y odiaba a la vez.

—Me debes algo Charlotte—ronroneo con picardía.

—¿En serio? —le seguí el juego— ¿Podrías recordarme que es?

Puse mis manos en su pecho y empecé a acariciarlo. Fue acortando la distancia lentamente, podía sentir su aliento muy cerca.

—Creo que tú lo sabes muy bien— poso sus brazos a cada lado de mi cara dejándome sin escapatoria.

—Probablemente lo sepa, pero quiero que tú me lo recuerdes—roce nuestros labios y al momento en el que Pierce iba a besarme me agache y pase debajo de su brazo haciendo que sus labios chocaran con la pared. —Claro que lo sé, cariño, solo quiero que el momento en el que te bese sea inesperado. No seas apurado, perdí el juego y pienso cumplir mi palabra, solo espera.

Doble el pasillo rápidamente y me metí a la cafetería, fui directo donde Dana y Fleur.

—Hola, cariñitos—canturree.

No voy a negar que me hubiera gustado besar a Pierce en ese momento, pero la idea de ver como chocaba con la pared eran más grandes que las ganas que le tenía a él.

Espera un poco ojos grises, cuando lo haga voy a hartarte de mis besos hasta que digas que pare.

NOTA: Lo prometido es deuda y les voy a actualizar mas seguido, lo mas probable es que mañana suba mas capitulo, hoy tengo mucha energia y estoy muy inspirada.

Este fan-fic no solo lo va a narrar Charlotte, sino que tambien, Pierce y Mason y en algunas y pocas ocasiones Fleur y Cameron.

INEFABLE. ( Pierce y Mason x Female)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora