INEFABLE. ( Pierce y Mason x Female)

XIX LAS 11:11

MASON.

>Corría por el bosque, no sabía que era lo que buscaba. No podía parar, mis piernas se movían con agilidad.

Varias ramas chocaban con mi cuerpo lastimándolo.

—¡MASON! —un grito me hizo por fin frenar, ahora tenía el control de mi cuerpo—¡MASON, AYUDAME!

Charlotte.

Mire a todos los lados tratando de ubicar el lugar de donde provenía su voz. Empecé a oír su llanto.

—¡AGUANTA, BONITA! ¡YA VOY POR TI! —grité para que me escuchara y tratara de acercarse a mí.

Su voz hizo eco en mi cabeza—Voy a morir.

Corrí hacia donde el sonido se hacía más fuerte, no me importaba estar sangrando, tenía que llegar.

—Charlotte—susurré cuando la vi de espaldas frente a mí con un vestido negro de tiras—. Estarás bien cariño, ya llegué, nadie más va a hacerte daño.

Ella se giró y negó.

—Logró atraparme—su voz tembló.

—No, bebé—me arce a ella a una distancia prudente—. Evité que te lastimara, vamos—extendí mi mano hacia ella—. Ya estas a salvo, no tienes que sentir miedo—me acerque a ella para tomar su rostro entre mis manos y besarla.

Antes de siquiera tocarla el arma fue descargada y la bala atravesó su cabeza salpicando mi cara de su sangre.

—¡¡¡NO!!! —grite y su cuerpo cayó en mis brazos—. Bonita—acaricie su mejilla—, no puedes irte. Te necesitamos—tomé su pulso aun sabiendo que su corazón ya no latía.

Me aferre a su cuerpo y la mujer con pasamontañas desapareció por el bosque. <

Exaltado brinque de mi cama.

Solo fue una pesadilla.

Pase mis manos por mi rostro de forma brusca.

Tenía que ir a buscarla, pero debía idear bien las cosas, no podía cometer un error, la culpa la tenía yo por no ver los pequeños detalles, deje que el lobo entrara a los corrales y acabara con las ovejas. Era mi culpa su secuestro.

Para que esto funcionara necesitaba la ayuda de Pierce y Adam, también la de Fleur... esto sería difícil, pero no imposible.

Saque un cuaderno de la mesa de noche que había en mi nueva habitación.

Con el esfero en la boca trataba de recordar los últimos años.

¿Podría mi teoría ser cierta?

Mire el reloj de la pared.

11:11 pm

—Pide un deseo, bonito—Charlotte señalo la hora en la pantalla del auto.

—¿Deseo? —pregunte mirándola con una sonrisa ladina.

Asintió y soltó una risita—Así como oíste, escuche que en esa hora puedes pedir un deseo o manifestar—ella explica y la miro atento—. Ya sabes, por los cuatro unos seguidos.

—Bien, pediré mi deseo—cerré mis ojos y le seguí la cuerda solo para verla sonreír. Estos días había tenido una fuerte recaída—. Mhm... Listo—la mire y ella sonrió.

—No me digas que pediste—amenazo y una débil sonrisa se plantó en su cara.

La tome de la cabeza y la incline hacia mi capturando sus labios.