XXII SOÑAR.

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DOS MESES ANTES DEL PSIQUIATRICO.

CHARLOTTE.

Estaba acostaba, desnuda, envuelta en las sábanas blancas que cubrían su cama, esperando sus caricias, besos, gemidos. Lo esperaba a él.

No podía estar un segundo más sin él.

Acariciaba mi sexo soñado tener su gran cuerpo y su cara de demonio encima mío apoderándose de mi cuerpo.

Mi respiración se agitaba por el simple hecho de que sus brazos me tocaran su gusto, haciéndome sentir que estaría conmigo para siempre.

Me moría de placer al saber que en cualquier segundo Pierce entraría a su apartamento y se aferraría a mis caderas y me embestiría con fuerza.

Oí su grave voz entrar por la puerta, su mirada irradio deseo cuando me vio tendida en la cama fantaseando su cuerpo. Quito el sexy chaleco anti balas y quito su camisa tirándola por algún lado.

Me arrodille en la cama y él se acercó a mí.

Capturo mis labios y me beso con necesidad haciendo que jadeara. Su mano derecha bajo desde mi cuello hasta mi abdomen.

—Mhm...—sus dedos estaban jugaban con mi clítoris.

Sus movimientos aceleraron y me hicieron gemir fuertemente mientras me agarraba de sus hombros y trataba de agarrar sus labios.

—Voy... a—gemí—...llegar.

Mis palabras hicieron efecto en él y siguió estimulando mi sexo llevándome a un orgasmo.

—¿Me extrañaste? —ronroneó jugando con mis pezones.

Asentí y mordí mi labio.

Baje mis manos a su pantalón y baje de la cama para arrodillarme frene a él. Su polla estaba erecta y quería ser estimulada por mi boca.

—¿Lo quieres? —tiró su cabeza hacia atrás cuando lo acaricie por fuera de la ropa interior. No respondió—. Pídemelo...—le dije besando su abdomen.

—Dios—acaricio mi rostro con sus nudillos—. Sí que lo quiero—gimió.

Baje la prenda restante y su polla salió disparada hacia mi cara. La tomé entre mis manos y pasé mi lengua por su glande. Chupe de una manera lenta torturándolo.

—Joder—bajo su mirada hacia mí y lo mire a los ojos—. Char...

Como me prendía que gimiera mi nombre.

—¿Quieres más? —coqueta lo saqué de mi boca y lo puse a un costado de mi cara.

Sus ojos se volvieron negros y me tomo del cabello haciendo que mi boca lo masturbara de nuevo.

Sus movimientos eran rápidos y bruscos, se follaba mi boca a su antojo y yo lo disfrutaba. Sus gemidos empezaron a incrementar y supe que estaría a punto de llegar.

—Mhm—se liberó en mi boca y lo tragué.

Sonreí y me levanté. Pierce me lanzo a la cama y se posiciono encima mío.

—Oh, cuanto deseaba esto—tomé su cabello entre mis manos y lo besé.

Antes de penetrarme saco un condón de la mesa de noche.

Mire atenta como destapaba el envoltorio y lo ponía en su polla. Pellizqué mis pezones y masajeé mis pechos frente a él.

De una sola estocada entro en mí y ahogue un grito. Su vaivén me torturaba, iba lento, se vengaba de mí. Él quería que le suplicara y yo lo haría.

—Mas—mi voz se entrecorto—, más rápido Pierce.

Gruñó.

—Por favor—un hilo de voz salió por mi boca.

Tomo con fuerza mis caderas y sus penetraciones eran fuertes y rudas, tire mi cabeza para atrás. Mis gemidos hacían eco por toda la habitación.

Esto era lo que quería.

Metí mis dedos a mi boca y los bajé a mi clítoris estimulándolo otra vez, gemí mas fuerte y Pierce se inclinó hacia delante para morder mis pechos.

La posición cambio. Me hizo girar para tenerme boca abajo. Elevé mi culo y mantuve mi espalda y cara contra el colchón.

Abrí ligeramente mis piernas y empecé a moverlo para provocarlo. Estaba tan mojada que los dedos de Pierce en mi vagina se resbalaron gracias a mis fluidos.

Su polla volvió a estar en el interior de mi vagina. Impaciente porque no se movía empecé a mover mi culo de arriba para abajo restregándolo contra él.

Yo mismo empecé a estimularnos a los dos, movía mi culo para que su miembro saliera y entrara de mi vagina. Mis movimientos aumentaron velocidad cuando pude estimular mi punto G.

—Ah—gemí—. Fóllame Pierce, fóllame duro.

Sus caderas se movieron volviendo a sus bruscas penetraciones. Estaba drogada por el placer, no podía razonar, gemía como loca por el placer que esto me causaba.

Me aferré a las sabanas al sentir ese delicioso nudo en mi estómago. Volví a masturbarme para llegar a mi orgasmo.

—Pierce—chillé al sentir su mano impactar con mi nalga.

Seguí gimiendo, él también estaba cerca, lo sabía por sus movimientos.

Mi orgasmo llego y solté un alarido de placer que los vecinos del apartamento del pelinegro abran escuchado.

Su vaivén siguió hasta que se vino en mi interior.

Salió de mí y tiro el condón. Me recosté en la cama y él se tiró sobre mis pechos.

Nos cubrió con una manta y caí en los brazos de Morfeo.

NOTA: Les dejo esto y me largo. Tomenlo como una compensación por lo que les espera.

¿Vieron la portada de MDD? Voy a llorar.


INEFABLE. ( Pierce y Mason x Female)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora