XXXIII AMOR ENFERMO.

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NARRADOR EN TERCERA PERSONA.

DIA DEL SECUESTRO.

Mason recorría la cabaña, inquieto, todavía no planeaba el rescate de Charlotte por causa del video que habían visto al otro día de llegar de Rusia.

Se tiró al sofá y tapo su cara con el cojín frustrado.

—Oye—la voz de Fleur le llamo—. Quería saber... como fue tu relación con Charlotte—titubeo—. Dentro y fuera del psiquiátrico.

—¿Para qué quieres saberlo? —no tenía ganas de responder esa pregunta. Le molestaba recordarla.

O eso creía él. Desde que pusieron la memoria en la laptop, Mason se dio cuenta que sería difícil salvarla y que probablemente ella ya estuviese muerta.

Eso le "molestaba" según por qué no quería admitir que en realidad le dolía un poco dejar morir a su salvación.

El video les mostro todas las atrocidades que Charlotte paso. Desde que comió unos pulmones, hasta como fue azotada. Esto afecto mucho a todos, en especial, a Mason y Pierce.

El ultimo se encerró en su habitación no salía, desde abajo se oía como las cosas se rompían y como vaciaba el cargador de la pistola contra las paredes. Por otro lado, Mason no dijo ni una sola palabra y salió al bosque.

No quería dejar a la castaña, pero tampoco quería matar a los tres chicos en la cabaña. Su grito de frustración ahuyentó a los pájaros y estos salieron despavoridos de las ramas de los árboles.

Las pesadillas lo perseguían y ellas siempre eran de Charlotte. En cada una de ellas, la chica le pedía ayuda y el seguía repitiéndole que ya estaba a salvo y al momento de querer tocarla una bala atravesaba su cráneo.

Desde el momento que se conocieron el psicópata creo un gran vínculo con ella. Le atraía su carácter y como siempre se mantenía firme cuando discutían. Eso era lo que más le gustaba; el hecho de que no le bajara la cabeza ni le tuviera una pizca de miedo lo ato a ella de una manera enferma. Muchas veces él se repetía que, si la podía amar, no quería ver su relación como una obsesión o un amor enfermo, pero en el fondo sabía que estaba mal.

Cada día, cada noche por su cabeza solo pasaba aquella chica fuerte temperamento. Al principio la odiaba por tenerlo así de idiota, por cada decisión que tomara, inconscientemente pensaba en cómo afectaría a su bonita.

Por cada plan que hiciera siempre ella estaba involucrada, y en una libreta escondida en las profundidades de su habitación, escribía el día a día con ella y como le hacía "sentir" por así decirlo.

Se había vuelto un acosador de primera. La perseguía a todas partes, esperaba afuera del instituto de ballet o de su universidad. Cuando tenía trabajos grupales con algún compañero, el siempre de una u otra forma iba sin ser visto.

En una ocasión uno intento sobre pasarse con ella, y él se las cobro horas después. Lo asesino brutalmente haciendo que cada segundo fuera doloroso, sus ojos se pusieron totalmente negros y le repetía una y otra vez que no debió haberse metido con su chica cada vez que hacia cortes con la misma daga que él le había regalado.

La muerte tan repentina del chico cayo en orejas de Charlotte y esta desde hace días se sentía observaba y seguida por una sombra muy familiar. Sus sospechas fueron ciertas cuando una de sus compañeras le aviso sobre el asesinato de ese chico.

Apenas salió de su última clase le marco a Mason para que se encontraran en el bosque. Él no lo dudo y fue.

Le comió la boca posesivamente y beso sus labios hasta que estos estuviesen muy rojos.

Comenzaron a andar y el tema surgió. Charlotte le regaño por seguirla, le importaba una mierda el muerto, pero le disgustaba el hecho de que Mason la sobreprotegiera de más. La castaña sentía que no le tenía confianza.

Él se disculpó y dijo que no volvería a pasar, no tan convencida acepto y el volvió a besarla ahora con ternura.

Claro en la mente de Mason nunca paso el "déjala ella se puede defender" las palabras de Charlotte le hicieron tener más deseos de tenerla solo para él y protegerla hasta de un mosquito.

¿Se había obsesionado?

Si.

Él lo tomaba como amor, se metió tanto en la cabeza que ella le había permitido amar. Que era la única persona que le pudiese querer, y que por nada en el mundo iba dejar que se fuera. Mason se repetía día y noche que él la amaba más que nada y ella a él. Y era cierto, ella podía sentir y él podía hacerse creer que lo hacía.

La obsesión creció mucho, hasta que se volvió incurable.

—¿La amabas? —pregunto Fleur insistiéndole una respuesta.

—Si—para el eso era amor.

Los vidrios de la cabaña se rompieron por las balas de una M16 y Mason se tiró junto a Fleur al piso.

—Ese no puede ser Pierce—murmuro.

Los uniformados con máscaras bizarras de animales entraron seguidos de la mujer pelirroja de los sueños de Mason.

—Bajen a los otros dos—ordeno y cuatro de ellos subieron las escaleras—. Buenas tardes.

Dos hombres lo levantaron y los amordazaron atándolos de las manos. Mason no hizo nada porque varias armas le apuntaban.

Bajaron con Pierce y Adam e hicieron el mismo procedimiento que con los otros dos.

—Bueno, vámonos—la pelirroja exclamo.

...

Teniendo los ojos vendados, Mason dedujo que los trasportaban en un barco. Oía a las gaviotas y a las olas chochar.

Se había ganado unos cuentos golpes por querer escapar. Trato de quitarse la venda, pero fue en vano ya que uno de los secuestradores le planto un puño en la mejilla.

INEFABLE. ( Pierce y Mason x Female)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora