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Las niñas Madrigal no estaban ni llegando a su hogar, cuando ya eran recibidas con problemas.

Un niño con lentes cargaba a otro, este niño tenía la nariz goteando de sangre y su vestimenta hecha jirones. Corrieron con rapidez para llegar a su hogar y oír la plática que tenían estas dos personas con su madre.

— ¡Julieta rápido ve a la cocina a hacer algo para este pobre muchacho! — dijo Alma preocupado, la joven asintió y se fue corriendo junto a las otras féminas y los niños, Alma parecía asustada.

— ¿Que sucedió? — preguntó Pepa al estar en la cocina con el niño sentado y dejando la cabeza atrás para acabar el sangrado—, ¡Habla niño!

— ¡Pepa basta! — habló la matriarca enfadada, lo cual la hizo apenas.

Angustin iba a responder, pero la “víctima” en la habitación dió su testimonio truncado y dramático.

— ¡Fue Bruno!, Es culpa de su hijo el hechicero — habló el niño con odio en su voz.

La habitación se quedó en un mordido silenció hasta que los rayos eléctricos de Pepa lo interrumpieron.

— ¡MI HERMANO NO ES NINGÚN HECHICERO! — recriminó, acercándose amenazante al muchacho.

— ya basta Pepa, más te vale vayas afuera y riegues las plantas hasta que recapacites en tu carácter — mando Alma a su hija, ante la mirada seria de los demás. Está solo refunfuño y dando pisadas pesadas para sus ligeros pies se fue, no sin antes fulminar al mocoso—, ahora explica me, ¿Como es eso que mi hijo Bruno provocó todo esto?, ¿Dónde está él?

— el hizo que la hija de los Pérez me golpeara y se volviera salvaje — respondió rápidamente, sin dejar hablar a Angustin que se estaba hartando ya.

Alma se quedó perpleja, ella sabía que el poder de Bruno no podía controlar la mente de las personas y aún así le perturba la idea de que sea cierto, supo que Bruno era diferente, reaccio a la multitud y a diferencia de sus hermanas arrastraba con el malos augurios a diestra y siniestra aterrorizando al pueblo como una leyenda local viviente.

Pero ¿Que tenía que ver la hija de los Pérez ahí? ¿Como pudo el reaccionar tan violento?, El siempre fue muy manso y sensible, sabía que Bruno no podía ser capaz de levantar le una mano a nadie aunque su vida dependiera de ello, siquiera la voz.

Tendría que tranquilizar al pueblo.

— ¡Eso es imposible! — alegó Julieta, dejando la masa a medias— mi hermano jamás le haría daño a Imelda, el la quiere mucho.

— ¡Pues la ha embrujado!, Desde que empezó a salir con el se la pasa pegada como chicle y eso no puede ser normal — razonó el niño, más a la lógica de que hablaba de Bruno.

Alma estaba confundida con esa información, ¿Su hijo quiere a una niña?, ¿Acaso estaba enamorado?, ¿Que sucedía? Estaba mareada por tantas preguntas. Pero debía imponer el orden o algo podría pasar.

— ¿Quién es Imelda y porque conoce a Bruno? — cuestiona Alma perdida, aunque manteniendo su postura firme.

Los niños se callaron, a excepción de angustin que se sintió libre de hablar.

— Imelda es la amiga de Bruno.

— ¿La rata? — suelta recordando todas las veces que su hijo en esos meses hablo de su amiga.

¿Entonces no era una rata?, Se pregunto impresionada Alma.

— ¿Mamá pensaste que hablaba de una rata todo este tiempo? — cuestionó Julieta.

Secretos De Familia (Brunoxlectora)(Cancelada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora