30

778 81 23
                                    


Una noche con alborozo se desataba en Casita, todo el pueblo festeja a los padres que habían recibido una bendición más, una criatura que llenaría a los Madrigal de luz después de la perdida.

O al menos eso era lo que todos veían.

Bruno admira a la distancia, con todo el festejo a su alrededor como su hermana tenía a su hija en brazos, su ratoncita, Agustín a su lado sonreía y agradecía todas las dulces palabras.

Palabras que Imelda y el debieron haber recibido, si el no fuera un maldito cobarde; pero era por el bien de Mirabel o eso se trataba de convencer.

“su hija es hermosa”

“bien escondido se lo tenían, pero una maravilla está criatura, una gran bendición”

“felicidades por su hija”

“Mirabel es tan bella, como su nombre”

“como siempre Agustín y Julieta, sus hijas son las más hermosas”

“es idéntica a Julieta, tan bella como su madre”

Al profeta no solo le ardieron estas palabras, sino lo perfecta de la mentira, lo bien que se veía su hija en brazos de su hermana.

Brazos que deberían ser los de Imelda.

— mi cosita hermosa, queda te quieta porfavor —hablo Julieta, arrullando a la bebé, en vano.

Bruno se levantó de la solitaria mesa en la que estaba, para encaminar se intranquilo a la pareja.

Mirabel podía enfermar y era su culpa por haber provocado que su esposa diera a luz un mes antes.

La gente lo veía pasar, con una mezcla de miedo, repudió y pena en millones de ojos.  

“no debería estar aquí”

“pobre hombre, debe ser difícil haber perdido a tu hijo y ver ésto”

“¿Pobre él? Por su culpa su esposa perdió al bebé”

“es un infeliz que no pudo cuidar de su familia”

“que bueno que ese bebé murió, ha de ser espantoso ser el hijo de Bruno Madrigal”

“su esposa debe estar muy mal”

“nunca hubiera Sido un buen padre, solo trae desgracias”

“su esposa siquiera se presentó a la fiesta, al menos ella si guarda luto"

“pobre mujer, esposa de un monstruo y sin hijo”

“se salvó de traer al mundo a otra desgracia  como lo es Bruno Madrigal”

“ella no lo merece”

Estas palabras eran golpes certeros al corazón de Bruno, porque para él todas tenían razón, pero no por ello dejo su caminó.

— ¿Que sucede Mirabuu?, ¿Tienes hambre?, ¿Quieres que papá te cargue? —habla Agustín, acariciando lo que antes era pelusa negra, ahora eran ondas negras.

La pequeña bebé de cuatro meses empezó a sollozar, por más que Julieta trataba de arrullar la o revise, no encontraba algún mal.

— creo que tienes razón, pero con el ajetreo no pude hacer le un biberón —dice Julieta con intranquilidad, hasta ver la figura de su hermano aparecer entre la gente— Bruno...

Secretos De Familia (Brunoxlectora)(Cancelada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora