El comienzo.

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Era una hermosa tarde de verano, el día era decorado por un bello cielo azul que así mismo tenía esponjosas nubes blancas en él, el viento soplaba levemente pero lo suficientemente fuerte para otorgarle Movimiento a las hojas de los árboles qué brillaban con su hermoso color verde.

Akaza se encontraba caminando con dirección a un lugar en específico, una cita para ser exactos, nada en especial, simplemente eran las típicas citas que los amigos acordaban para salir a pasear o pasar el rato. El joven pelirosa dirigia sus ligeros pasos a un parqué cercano a la zona dónde estudiaba mientras distraía sus sentidos con música qué le era entregada por unos audífonos, aparato que siempre llevaba consigo ya qué eran parte importante en su Outfit. Detuvo su caminata para poder observar a la distancia, esperando a qué la persona con la que había quedado estuviera ahí pero no era así, Akaza solo se limitó a suspirar para posteriormente descansar en una banca cercana al parque dónde se disponía a esperar a aquélla persona.

En un lugar no muy lejos de ahí, se encontraba un chico rubio qué corría con apresuró teniendo como esperanza llegar a tiempo al compromiso que tenía con una persona bastante especial para él, corría velozmente chocando con varias personas y al mismo pidiéndo perdón por ser tan despistado. Cuándo notó que ya se encontraba cerca del lugar, bajó un poco la velocidad para poder respirar apropiadamente mientras a la distancia podía reconocer una presencia conocida y sin más, se dirigió a ella con cautela y cuidado de no ser descubierto pero fue en vano ya qué la silueta que descansaba en la banca volteaba rápidamente hacía el, otorgandole un gran susto al Joven rubio qué no disimuló ni un poco, soltando un fuerte grito.

Rengoku: ¡Ahhh!¿Que te pasa, Akaza?

Akaza: Me lo dices ¿A mí? Cuándo tú querías intentar asustarme sabiendo qué eso nunca sucederá. Pero bueno ¿Por qué llegas tan tarde? Tú fuiste el que acordó la hora, ahora no puedes culparme.

El pelirosa palmeaba la banca con la intención de que Kyōjuro descansara su cuerpo ya qué se veía bastante agitado, seguramente por haber corrido tantas calles, el Joven podía verlo con facilidad por sus mejillas tan rojizas. Lo miraba con seriedad pero en automático cambiaba a uno más amable, de cierta manera verlo de esa manera le causaba mucha melancolía.

Rengoku: Losé pero me quedé dormido, ayer estudié bastante ya qué los exámenes están por comenzar. Y ¿Tú? Acaso eres una alarma Humana.

El rubio reía ante su comentario para después sentarse a un lado del joven que lo miraba amablemente, Kyōjuro le correspondía la mirada con una gran sonrisa llena de alegría, característica de él.

Akaza: Algo así. Ven vayamos a almorzar, muero de hambre.

Rengoku: ¿Eh? Si, sí.

Ambos chicos se levantaron para emprender hacía un restaurante no muy lejos de ahí, pero en el transcurso Rengoku se sentía ansioso pero no entendía el porque, trataba de distraerse mirando chucherías qué se encontraban pero no era suficiente mientras en repetidas ocasiones miraba de reojo a Akaza el cuál siempre tenía un semblante relajado y sereno, todo lo contrario de él. Sacudía ligeramente la cabeza, desviando todo pensamiento cercano al Pelirosa.

Rengoku: Mira un puesto de helados, vayamos por uno, hoy está haciendo bastante calor

Akaza: Claro por qué no.

El chico miraba atentamente cómo Kyōjuro corría hacía el pequeño negocio de helados y de cierta forma le parecía gracioso e incluso ¿Lindo? ¿Qué? No, nada de eso. Metía sus manos en sus bolsillos mientras esperaba a qué el rubio volviera con los postres y así fue, no tardó mucho cuándo Rengoku ya estaba frente suyo, dándole un barquillo de helado con una sonrisa en el rostro.

Akaza: Muchas gracias, Kyo, ven vámonos.

Rengoku: ¡Claro que sí, amigo mío!

Las horas pasaban con total tranquilidad, y en un abrir de ojos, la noche hacía presencia, iluminando las calles con las hermosas luces de los edificios y los faroles. Akaza y Kyojuro aún se encontraban fuera, disfrutando su día, yendo de un lado a otro, riendo entre otras cosas pero no fue hasta qué se tuvieron que despedir, Separándose para poder irse a sus respectivos Hogares.

Pov Akaza

El día fue increíble, a decir verdad todos los días son increíbles junto a ese chico, con él cuál he tenido varios recuerdos y anécdotas. Desde las más tristes hasta las más graciosas, él es el único ser humano que puede llegar a sacar personalidades que ni yo mismo conocía, su sola presencia me provoca  felicidad pero eso es normal, digo somos mejores amigos, sí, solo eso.

Fin del Pov.

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¿Que tal el primer capítulo?
¿Les pareció lindo?
No se acostumbren mucho ya que tendrán varios tropiezos antes de llegar al final feliz que tanto desean.

¡Hasta luego!

Se quién eres. // Akaren.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora