Se quién eres. // Akaren.

Capitulo 2

Los apresurados pasos qué Kyōjuro estaba dando para poder alcanzar a su compañero, realmente le estaban comenzando a cansar y eso provocaba qué sus pulmones recibieran menos Oxígeno. Por alguna extraña razón, quería estar ese día con su Amigo, no lo sé tal vez hacer una pijamada, ir a su casa, o que él fuera a la suya para disfrutar de una noche de Videojuegos.

Cuándo Finalmente pudo alcanzarle, estiró su brazo para detener el camino del pelirosa quién solo volteó a verle cuando sentía ese Contacto físico que una desconocida mano le había entregado.

Akaza: Vaya ¿Tan rápido acabo su Cita?

Kyojuro: Guarda silencio que la deje ahí, seguramente mañana me reclamará por haber hecho eso. Bueno, ven vayamos a mí casa a jugar un poco de Videojuegos ¿Que te parece?

En el rostro del Joven Rubio se formuló una gran sonrisa amigable en señal de Ingenuidad. En realidad Akaza temía que su compañero llegará a notar sus "celos" pero era demasiado Tonto ante sus ojos, y eso le agradaba de él.

Akaza: Claro qué sí.

Ambos Chicos caminaban juntos hasta llegar al hogar de Kyōjuro en dónde eran recibidos por la Señora Ruka Rengoku, era bastante gracioso puesto qué ella y toda la familia Rengoku ya estaban acostumbrados a ver tan frecuente en su hogar al Pelirosa. Ruka consideraba a Akaza como uno de sus hijos por qué ya estaba bastante familiarizado con Ella.

Ruka: Oh.. Hola ¿Cómo les fue?

Kyojuro: ¡Hola madre! Nos fue bastante bien, muchas gracias.

Akaza: Buenas tardes señorita Ruka, como ya mencionó Kyojuro, nos fue extremadamente bien.

Ruka: Akaza no hay necesidad qué te dirijas hacía mí de esa manera, solo dime Ruka.

La mujer le dedicó una amable sonrisa para posteriormente sacudir el polvo qué Se encontraba en la cabellera de Kyōjuro, y así mismo dejarlos solos puesto qué tenía muchas cosas que hacer.

Kyojuro: ¿Madre? ¿Te ayudamos en algo?

Ruka: Oh, no es necesario Kyōjuro, vayan a jugar. Cuidaré de Senjuro así que no se preocupen.

Kyojuro: Muy bien... Ven Akaza

Akaza: Eh..Si, si

Ambos jóvenes dirigieron sus pasos hasta la habitación del rubio, una habitación bastante ordernada y con colores vibrantes algo no muy al estilo del pelirosa. Entraban al mismo tiempo a aquél cuarto dónde el rubio se dispuso a cambiarse de ropa, colocándose una muda limpia.

La mirada de Akaza por unos segundos se dirigieron hasta el Torso  desnudo de Kyōjuro, eso le había provocado un leve sonrojo así que Rápidamente distraía su vista con cualquier cosa que pudiera evitar mirar a su amigo.

Kyojuro: ¿Que quieres Jugar? Escuché qué salió un nuevo Videojuego

Akaza: ¡Eh! Sí, Por mí está bien.

Las horas Pasaron en un abrir y cerrar de ojos, el día se había convertido en una noche Fría, dónde las estrellas adornaban el cielo. Akaza debía retirarse a su hogar puesto qué ya era bastante tarde pero antes de qué lo hiciera, su amigo le había entregado una chamarra abrigadora puesto el viento soplaba y podría hacer que pescara un Resfriado.

Akaza: Nos vemos mañana, hasta luego, despídete de mi parte.

Kyojuro: Ve con cuidado por favor, Hasta mañana.

El pelirosa camino rápidamente hasta llegar a su casa, pero un sentimiento desconocido invadía su cuerpo, sentía como si alguien estuviese enterrando su pesada mirada en su nuca pero... No era la primera vez que lo sentía, ya había pasado por eso desde ya hace un tiempo pero cada vez qué trataba de saber quién o Que era lo que lo vigilaba, no hallaba absolutamente nada. Esta ocasión era diferente pues cuándo volteaba su mirada hacía dónde sentía dicha incomodidad, pudo visualizar por algunos segundos, una persona observandole, lanzandole una mirada Maquiavélica, eran unos ojos gigantes casi tan grandes como los de su Amigo pero... Transmitían Odio.

Akaza: ¡Quién eres! ¡Que quieres!

Al instante qué recitaba dichas palabras, esa persona corría para así poder perderse en la inmensa obscuridad de la noche, mientras que el cuerpo de Akaza no podía mover un músculo ya qué el miedo lo había tomado como Rehén.

A la mañana siguiente

En realidad el pelirosa no tenía ganas de poder asistir a la escuela ya qué toda la noche la había pasado en vela, esas estúpidas pesadillas que por alguna razón tenían consigo a Kyōjuro, pero sabía que si no lo hacía, tendría encima suyo al Rubio qué seguramente lo estaría Regañando por no asistir, faltando pocos días para los exámenes y finalmente Graduarse.... Algo qué deseaba, puesto qué podría ver el suave rostro de Kyōjuro iluminado por las escandalosas Luces que habría en el lugar, dónde tal vez sus sentimientos estarían Al borde del acantilado.

Con las pocas ganas qué tenía en su cuerpo, el joven se levantó de su cama  y así mismo comenzar a vestirse con las prendas de su uniforme escolar, ropaje qué detestaba pues su Estilo era más Desalineado.

Mientras qué En otro lugar se encontraba un Joven bastante enojado, caminando hacía la casa de Alguien que por alguna razón siempre lo sacaba de sus casillas, Akaza. Cuándo llegaba a dicha casa, tocaba en repetidas ocasiones en busca de qué alguien llegase abrirle y por fortuna, la persona qué le abría era la misma que estaba buscando.

Kyojuro: ¡Akaza! ¡Ya viste la hora! Ten.

Akaza: Uh.. lo lamento, me quedé dormido.... ¿Que es?

Kyojuro: ¡No preguntes! Vayamos.

Lo qué le había entregado directamente en la manos al Pelirosa, era un bento con la comida favorita del joven ya qué era una acción qué El rubio había optado hace ya varios años. Una sonrisa se dibujaba en el rostro pálido de Akaza quién solo caminó a su lado para así poder ir a su colegio.