En este momento comprendo absolutamente todo...
Un nuevo comienzo, una nueva oportunidad para cumplir lo que el destino les arrebató en su antigua vida. Akaza y Kyojuro son dos grandes amigos que tienen sentimientos hacia el otro. Ambos se quieren...
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Ganó, April finalmente ganó... Provocó la separación de aquéllos entrañables compañeros.
Pasaron exactamente 4 semanas; semanas en las cuáles Kyojuro sufrió mucho y se odio así mismo por tomar esa decisión tan inmadura, pero ahora podía descansar tranquilo, sin tener la incertidumbre de que april llegase a lastimar aún más a Akaza.
En una noche dónde los ojos del rubio descansaban, una imagen borrosa llegó hasta su subconsciente, que rápidamente lo hizo despertar con el corazón acelerado, casi como si hubiera trotado varios kilómetros. Su frente tenía sudor, los vellos de sus manos y piernas estaban erizados, incluso su boca estaba seca ¿A qué se debía? No podía decirlo fácilmente, seguro era una pesadilla pero... ¿Por qué siempre tenía que terminar con alguien de ojos dorados?
Kyojuro levantó lentamente su presencia de la cama dónde antes reposaba para poder encaminar sus pasos al baño, que tan rápido sus pies tocaron el azulejo del piso, un frío sepulcral inundó su médula espinal. El rubio se quedó congelado, sentía como si alguien estuviera observandolo, incluso tenía ganas de volver la mirada hacía atrás pero algo se lo impedía ¿Acaso era su cargo de consciencia? ¿Un fantasma? No, por supuesto que no ya qué Kyojuro era escéptico ante esos temas y no caería en ese rotundo miedo.
A la mañana siguiente el chico llevaba consigo unas enormes ojeras, inusuales en su hermoso rostro. Sus párpados se sentían cansados, apenas podía arrastrar sus pies hasta el salón de clases pero para su maldita suerte, April corrió hacía él tan pronto como lo vió.
April: ¡Cielo! ¿Que te sucedió? Tú hermoso rostro tiene ojeras ¿No dormiste bien cariño?
Kyojuro: ¿Eh? Ah... No, no es nada. Tranquila.
April: No cariño, no puedo dejar que tengas los ojitos cansados. Ven te pondré algo fresco para que descanses~...
Kyojuro estaba harto de esa farsante, aquélla fémina que portaba con la fama de ser alguien dócil y muy linda, cuándo en realidad era un ser de oscuridad. Soportar a April era una tarea muy difícil, ya qué tenerla encima era demasiado y hasta cierto grado extrañaba convivir con otras personas, cosa que April le prohibía y no deseaba que alguien pudiera salir lastimado. Incluso el muchacho sabía de lo que era capaz, April era alguien insegura de si misma y eso lo reflejaba con la obsesión que tenía.
