Capitulo 18

1K 75 72
                                    

La sangre le hervía en rabia, quería destrozar a April, quería hacerla sufrir

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La sangre le hervía en rabia, quería destrozar a April, quería hacerla sufrir. Esa mujer estúpida había tomado algo que le pertenecía, algo que el destino le había entregado para cuidarlo, ella lo tomó sin permiso y ahora debía pagar por hacerlo.

[...]

Mientras tanto, April se llenó de una sensación no grata pues la mirada de Kyojuro dejaba verle que la mataría. Tragó saliva lentamente, antes de tomarse el atrevimiento de llevar el cuerpo magullado de Akaza hasta su sótano, el único lugar en el que ningún sonido escaparía.

Akaza: No te atrevas a tocarlo.

April: ¡Cierra la boca! ¡Cállate! Lo mataré si es necesario, si él no se postra como un perro para mí....lo haré.

Akaza: ¡Maldita!

April: Cierra de una buena vez esa estúpida boca tuya..!! Cállate, cállate. ¡¿Cállate!?

Pronto como gritó aquello, April llevó un pedazo de tela putrefacta hasta la boca salivante de Akaza, haciendo qué su paladar comenzará a inundarse por el sabor agrió y nefasto de dicha tela. Debía admitirlo, tenía miedo de lo que pudiera ocurrir en esa noche tormentosa, tenía miedo de arrebatarle la vida a su amado Kyojuro, pero la decisión ya estaba fijada en su cabeza y no había vuelta atrás; es decir, ya había matado a alguien que su alma añoraba ¿Que importa matar a otro?

***

Mientras tanto el rubio cegado por un enojo gigante seguía caminando con la mente en blanco, teniendo la vista fija en la puerta principal de esa casa mundana. ¿Dónde están todos los perros falderos de April? Se preguntaba el joven incauto, quién no tuvo en cuenta su estado de salud y el que uno de los hombres de April estaba detrás suyo.

Douma: ¡SORPRESA! -grito-

Kyojuro apenas pudo voltear a verlo antes de que Douma le plantara una patada justo en las bolas, haciendo qué el rubio cayera de rodillas en el pavimento principal que llevaba hasta la puerta de la psicópata.

Debía admitirlo, era un dolor horrible, no podía aguantarlo y ¿Cómo hacerlo? Ese maldito cabrón seguía pateandole los huevos, incluso estando tirado en el suelo el seguía y seguía.

Kyojuro: ¡MIERDA!

Douma: ¡Tú eres el hijo de puta que hace llorar a mi amada April! ¡Te voy a destrozar los huevos, cabrón!

Douma detuvo sus movimientos cuando notó como Kyojuro apenas y podía abrir los párpados, seguro era un dolor de infierno. Sonrió divertido, tomó al rubio del brazo e inconsciente lo arrastró hasta adentrarse en la obscuridad de dicha casa.

Se quién eres. // Akaren.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora