En un día 23, de un mes cualquiera y de un año desconocido, Kyojuro se encontraba recostado en el sillón de la soledad de su sala; leyendo y releyendo una y otra vez la carta de amor que hace unos días su querido Akaza le había entregado y en dónde estaban plasmadas las palabras que llenaban de calma el huracán de inseguridades que Kyojuro tenía consigo desde la desaparición de ese monstruo y la muerte de Mitsuri; la jovencita que olía a Luz de Sol.
El de melena rubia estaba tan concentrado en sus asuntos que nisiquiera pudo darse cuenta cuando los integrantes que conformaban su familia salieron de compras para la cena. Sin embargo era temprano y no tenía nada de que preocuparse, ellos podían regresar sanos y salvos, después de todo llevaban consigo a su padre, Shinjuro.
De pronto Kyojuro escuchó como golpeaban la puerta principal de su hogar “¿Acaso olvidaron las llaves?” Se preguntó antes de levantar su pesado cuerpo de la comodidad del sillón y caminar hasta que la palma de su mano izquierda tocará la perilla de la puerta. Giró a la derecha su muñeca, empujó la puerta y justo cuando sus ojos estaban listos para visualizar a la persona que había perturbado su relajación, Kyojuro fue recibido por un líquido mundano el cuál aterrizó sobre su rostro.
Kyojuro: ¡AHHG!
Gritó el jovencito, colocándose de inmediato ambas manos directamente en su cara. Un dolor horrible inundó sus glóbulos oculares y fosas nasales. Se sentía morir, sus ojos paulatinamente comenzaban a provocarle una sensación de quemazón, mientras que su naríz pasaba por el mismo destino. Sin poder aguantar más, su garganta inició un ataque de tos terrible, la cuál desencadenó un ataque de pánico pues no podía respirar adecuadamente.
No podía controlar sus movimientos; el cuerpo desorientado de Kyojuro retrocedía en señal de supervivencia. Cómo pudo abrió levemente sus ojos, encontrándose con la figura difusa de April, la fémina que no tardó en tomar un jarrón porcelana que se hallaba encima de una pequeña mesa, para posteriormente golpear la cabeza del Rubio con dicho objeto. De inmediato el cuerpo de Kyojuro cayó fuertemente al suelo; con los ojos tan rojos como un tomate maduro y los pulmones agraviados por ese líquido desconocido.
April: ¿Dices proteger al inepto de cabello rosado de mí, cuando no puedes soportar un poco de gas pimienta? ¡JAJAJA!
La mirada frívola de la chica se deleitaba de ver al rubio tan indefenso, y de cierta manera le recordaba a una antigua persona. Mordió su mejilla, para consiguiente tomar de su bolsa de mano un objeto punzante.
April: ¡NO MUERAS, KYOJURO!
Soltó una carcajada más que fuerte. Corrió hasta el cuerpo confundido de la persona contraria, sentándose sobre su abdomen para después enterrar aquél objeto directo en el flanco izquierdo del joven.
Kyojuro: NHG...!!!
¿Voy a morir?¿Realmente moriré en manos de ella? No, No, Akaza por favor... Perdóname.
No podía hacer nada, y simplemente se sintió tan cansado como un velador. Unas lágrimas transparentes rodaron por sus mejillas, antes de que sus ojos llenos de luz comenzarán a cerrarse poco a poco.
Perdón por tardar tanto en actualizar, tuve unas semanas terribles. En fin ¡Hasta el próximo capítulo, queridos lectores!
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Se quién eres. // Akaren.
FanfictionEn este momento comprendo absolutamente todo... Un nuevo comienzo, una nueva oportunidad para cumplir lo que el destino les arrebató en su antigua vida. Akaza y Kyojuro son dos grandes amigos que tienen sentimientos hacia el otro. Ambos se quieren...