En este momento comprendo absolutamente todo...
Un nuevo comienzo, una nueva oportunidad para cumplir lo que el destino les arrebató en su antigua vida. Akaza y Kyojuro son dos grandes amigos que tienen sentimientos hacia el otro. Ambos se quieren...
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El atardecer era brillante y cálido, radiaba armonía mientras las olas rompían suavemente en la orilla, tocando sutilmente los pies descalzos de aquellos tranquilos jóvenes que caminaban juntos sobre la arena de la playa. Se detuvieron para admirar el hermoso espectáculo solar, sintiéndose agradecidos por ese momento. El cielo se pintaba de naranjas, rojos y morados que llenaban de paz las almas heridas de Kyojuro y Akaza. Los colores suaves del atardecer pintaban el cielo mientras se desvanecían en una danza que iluminaba las iris de sus ojos.
Todo eso se sentía tan nostálgico. Les resultaba difícil de creerlo, después del sufrimiento qué recorrieron, ambos, unidos pudieron cumplir lo que tanto tiempo les costó alcanzar.
—Es gracioso, ¿No lo crees? Hace unos meses estuvimos apunto de morir a manos de alguien horripilante.
—Todo fue una gran travesía que sinceramente no quisiera volver a repetir. —rió entredientes ese bello muchachito de cabellos rosados—
—Pero ahora míranos. Estamos juntos, cumpliendo la promesa que nos costó siglos ver venir.
—Estoy totalmente feliz de compartir este momento contigo. Ver tu hermosa sonrisa hace que mi corazón se desborde de felicidad, y tu belleza natural me vuelve totalmente loco. Te amaré hoy, mañana y en todas mis siguientes vidas.
Akaza tomó con gentileza uno de los pómulos enrojecidos de su amante, apretándolo suavemente a manera de jugueteo. Mientras el dorado de sus ojos disfrutaba plenamente de la sonrisa bromista que la boca del rubio esbozaba.
—Es vergonzoso qué digas todas esas cosas, basta, basta—. dijo dulcemente enamorado—.
—Vamos, es tu culpa que mi corazón te sea fiel desde incluso muchos años atrás. Solo quiero poder hacerte feliz y entregarte todo lo que se me negó.
—Muy bien, en ese caso. Yo te amaré siempre; no importa si reencarnamos como humanos, animales, o insectos, yo siempre te buscaré. Buscaré en el mar tu risa, en el viento tu cálido tacto, en los pequeños momentos tu mirada gentil y en el cielo...en el cielo los colores de tu amor.
De pronto, el muchacho de cabellera abundante se incó frente al joven contrario que lo miraba confundido. Metió una de sus manos dentro de una bolsita que escondía su suéter que Akaza había planchado para él justo en la mañana.
—No sabes cuánto tiempo me costó poder hacer esto, pensar en esto. Sé qué aún somos jóvenes, y que claro, pronto terminaremos la universidad; sin embargo quisiera compartir el presente junto a ti, el futuro y lo que sigue después de la muerte. Pero Akaza, ¿Te gustaría ser mi esposo?
A la par en la que sus palabras salían desde lo más profundo de su diafragma, aquella cajita se abría lentamente; dejando ver un anillo de matrimonio.
El hombre ajeno se quedó en total silencio, mirando la joya con un rostro difícil de explicar con simples palabras. La situación se había vuelto un tanto ¿Incómoda? para Kyojuro, quién de a poco pensaba que estaba siendo muy intenso.
—Querido...
Dijo en pausas, sacando de su pantalón una caja idéntica a la que tenía frente suyo, y que en su interior resguardaba un brillante anillo...de compromiso.
—Pensamos lo mismo, cariño.
Ambos se quedaron en silencio, mostrándose mutuamente sus respectivas cajitas. Pronto ese momento se quebró con las carcajadas sonoras de la joven pareja.
—Te amo, Akaza.
—Y yo a ti, mi querido rayo de sol.
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Al fin y después de un año me pude dar el tiempo de darles un final lindo. Me despido de está historia y de la pareja. 🐌💖
Vivieron felices para siempre y si, rencarnaron más veces. 🤭💗
