CAPÍTULO 34

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Sumiko se encontraba tarareando una canción mientras se dirigía a la Finca Mariposa, pero no iba sola, su pequeña hermana venía con ella tomada de la mano. Se dirigían precisamente a ese lugar debido a que por una fuente muy confiable (Matsuemon) le había dicho que vio a su madre, por lo que con permiso de la matriarca de la familia Rengoku se encaminó junto a la pequeña ojimorada para reencontrarse con su madre.

En cuanto vislumbró un haori muy familiar en la entrada de la residencia, cargó a Nezuko para acelerar el paso y alcanzarlo.

- ¡Tomioka-san! ¡Aguarde un momento Tomioka-san! -

El mencionado cazador inmediatamente se detuvo ante la petición de la peliburdea, por lo que espero a que esta llegara hacia donde él se encontraba.

- Gracias por esperarme Tomioka-san - Agradeció la menor en cuanto llego con él.

- Es Giyuu, Sumiko, mi nombre es Giyuu, ya te había dicho que me llamaras así -

- Perdón, es la costumbre Tomi... digo, Giyuu-san - Rio apenada al ver al mayor negar suavemente - ¿Qué lo trae por aquí? -

- Vine a mi revisión mensual, exámenes de rutina - Respondió encogiendo un poco los hombros - ¿Y ustedes que hacen por estos rumbos? -

- ¡Venimos a ver a Okaa-san! - Esta vez respondió una eufórica pelinegra, haciendo reír un poco a la Hanyou.

- ¿Kagome-san esta aquí? - Cuestionó algo sorprendido el joven, viendo asentir a las menores - Entonces las acompaño, no la he visto desde la semana pasada -

- ¿Y su chequeo Giyuu-san? - Preguntó la ojirubí alzando levemente una ceja.

- Eso puede esperar - Contestó de manera desinteresada a la vez que agitaba una mano al aire.

En esta ocasión fue el turno de la Kanoe en negar con la cabeza ante la actitud del Pilar y comprobando que este amaba demasiado a su madre como para dejar algunas cosas de lado. El grupo reanudó su paso, pero en cuanto pusieron un pie dentro de la edificación fueron recibidos por unos estruendosos gritos, para segundos después ver a la chica de coletas correr por el pasillo en compañía de Kanao y las trillizas.

- ¡¿Cómo es que se están peleando?! ¡¿Cómo sucedió semejante barbaridad?! - Exclamó la ojiazul.

- No lo sé Aoi-san - Respondió la pequeña Naho.

- Nosotras solo salimos a ver en cuanto escuchamos ruidos en el patio trasero - La segundo Sumi.

- Y en cuanto estuvimos afuera, los tres estaban peleándose - Agregó Kiyo siendo apoyada por las otras dos - Así que inmediatamente venimos a buscarla a usted y a Kanao-sama para ver si podían detenerlos -

Kanzaki miró por un momento a la Tsuguko pensando una manera de parar todo ese embrollo, pero en eso se percató de la presencia del pelinegro y la peliburdea, por lo que con rostro esperanzado se dirigió inmediatamente a ellos.

- ¡Tomioka-sama, Sumiko! ¡Gracias al cielo que están aquí! - Los mencionados la miraron algo extrañados - Por favor, necesito de su ayuda - El tono en que suplicaba fue suficiente para que ambos cazadores comenzaran a seguirla, dejando a la pequeña Nezuko con las trillizas.

Mientras tanto, se podía apreciar a Shinobu, Sanemi y Kagome en el patio trasero; la primera perseguía al segundo y la última trataba de evitar que una pequeña no quedara huérfana de padre. El ojiamatista estuvo apunto de escapar de la Pilar del Insecto, pero para su infortunio se tropezó con una piedra, cayendo de una manera muy estrepitosa, permitiéndole a la dueña de la residencia alcanzarlo.

- ¡Yo te mató maldito! ¡¿Cómo pudiste hacerle algo indecente a mi hermana?! - Kocho empuñó con mayor fuerza su nichirinto - Respiración del Insecto, Danza de la Mariposa, Jugueteo - Atacó mientras su víctima no sabía qué hacer.

HACIA UN NUEVO MAÑANA (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora