Epílogo

1.5K 85 37
                                    


Después de nuestra boda tuvimos una pequeña fiesta donde al intentar dar mi discurso Kazutora y Peyan estuvieron molestando bajo el pretexto de que Ichika les pidió tomar la mayor cantidad de fotos que pudieran, pero lo más raro fue cuando llegamos al salón de fiestas me dijeron que Ichika me llamo al entrar al cuarto donde estaba me encontré con las quintillizas usando todas el mismo vestido, me recordó a esa vez en las aguas termales.

- Hola Haise-kun! -. Dijeron las cinco al mismo tiempo, sentí que una de mis cejas comenzó a tener un tic.

- Que se supone que hacen? -.

- Bueno, jamás ganaste el juego de las quintillizas -. Dijo una de ellas.

- Así que decidimos que hoy era el momento justo -. Dijo otra.

- Para jugar por última vez -. Termino otra de ellas.

- Así que dinos Haise-kun, podrás ganar está vez? -.

- Serás capas de ganar en este juego el cual solamente han ganado mamá, papá y el abuelo? -. Termino la última.

Suspiré mientras palmeaba mi rostro. - Justo cuando pienso que han madurado hacen esto, en verdad son increíbles -. Comente con cansancio haciendo que las cinco hicieran un puchero.

Resignado a esto me acerque a la primera de ella, mientras sonreía con superioridad. - Miku, en verdad fue un honor haberte visto crecer, de ser una chica introvertida que dudaba de ella misma pasaste a ser una mujer llena de confianza, capaz de enfrentar de cara cualquier reto, realmente estoy orgulloso de ti -. Dije palmeando su cabeza mientras ella lloraba un poco.

- Acertaste -.

Pase con la siguiente de ellas. - Itsuki, desde que te conocí y ví lo testaruda que eras supe que lograrás cumplir tus sueños sin importar lo difícil que fuera el camino, lo que eres hoy es fruto de tu esfuerzo yo solamente te di un pequeño empujón en la dirección correcta y ahora puedo decir que tenía razón cuando dije que serías una gran profesora -. Ella al escuchar eso bajo la mirada estando muy roja.

- Correcto -.

Caminé firmemente a la siguiente sonriendo al ver que se puso nerviosa. - Yotsuba, si no hubiera sido por ti posiblemente me hubiera rendido al inicio ya que debido a todos los problemas que cargaba no quería sobrecargarme más, además que tus palabras me ayudaron un momentos extremadamente difíciles, eres una mujer increíble capaz de iluminar una habitación completa con tu mera sonrisa y me alegra ver qué aprendiste a dejar de anteponer a todos sobre ti, aprendiste a aceptarte tal y como eres, sin importar ser un poco egoísta en el procesó -. Dije mientras acariciaba su cabeza con suavidad, ella también lloro un poco pero sonrió.

- Exacto -.

Me salte a una de las chicas y pase a la última. - Nino, tu fuiste una de las que más cambio de ser esa chica que intento drogarme cuando las conocí y con quién no me llevaba nada bien, pasaste a ser una de las personas más importantes para mí, me permitiste conocer a la verdadera Nino la chica que ama a su familia con todo su corazón y tenía miedo de los cambios, me alegra tanto ver ahora una una mujer independiente capaz de muchas cosas, estoy orgulloso de ti Nino. Ella sonrió con superioridad aún que con el rostro tan rojo no la podía tomar enserio.

- Nada mal -.

Caminé a quien había saltado con una sonrisa y acaricié su mejilla suavemente. - Y por último pero no menos importa Ichika, contigo todo fue diferente ya que ambos nos enseñamos tantas cosas, puedo decir sin duda alguna que si no fuera por ti posiblemente no estaría aquí el día de hoy, de alguna manera esa chica perezosa que no podía Manter su habitación limpia hizo que abriera denuevo mi corazón, no hay día en que no le de las gracias al destino por haberte conocido y que me encontrarás esa noche en aquel parque, puede que pienses que te ayude a qué no hicieras tonterías pero yo pienso que ambos nos ayudamos en ese aspecto, siempre tenías un consejo para mí cuando me sentía perdido y tenía la confianza de contarte cualquier cosa sin miedo a ser juzgado y se perfectamente que tú eres mi otra mitad, te amo -.

Tu en Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora