Capítulo 17

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Una gran pelea había comenzado en el castillo del soberano, la sala donde se encontraba ésa enorme mesa junto al trono estaban siendo destruidos mientras los soldados intentaban acabar con los aldeanos.

Los hombres que estaban ayudando a la reina no eran tan fuertes en combate pero si eran mucho más en número y éso ayudaba mucho aunque la suerte se les había acabado cuando había aparecido Hércules.
Sólo bastó unos pocos segundos para verlo perder la poca paciencia que tenía y empezar a atacar con todas sus fuerzas hacia varias de las personas que luchaban para poder vengarse de sus familiares.

No importa si dabas todo lo que tenías en poder golpearlo con todas tus fuerzas, éso no iba a servir de nada ya que el poder de Hércules era descomunal, uno por uno estaban siendo derribados con tantas fuerzas por ése mounstro.
Se podía notar como los quería matar a todos por haber entrado a su propiedad y molestarlo cuando estaba con su querido Yolus.

Ahora mismo de seguro estaría aún en la habitación que pertenecía a ambos.
Ya estaba ansioso para terminar ésta estupidez y volver con él para poder tenerlo en sus brazos.

Pero mientras estaba distraido atacando a los aldeanos pudo sentir como alguien trataba de atacarlo estando de espaldas, como era de esperarse del soberano ése ataque pudo detenerlo con sus propias manos
Aunque jamás se esperó encontrarse con ése hombre que antes estaba bajo su poder.

– ¿Te atreves a atacarme? – Empezó a apretar con más fuerza la espada mientras Astor trataba de mantener la fuerza de su brazo. – ¡Maldito traidor!

El hombre que estaba guiando a los aldeanos no tardó en golpear a Hércules en su estómago para poder alejarlo, obviamente éso no le había gustado en absoluto.
Empezaba a tener muchas ganas de poder destrozar a Astor con sus propias manos y romper ése cuello de una buena vez.

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Yolus no se movía de su sitio, aún seguía recostado en ésa cama sin poder moverse luego de que Hércules se había despedido de él.
No sabía que estaba pasando pero aunque hubiera una clase de guerra ahí afuera él sabía perfectamente que no iban a poder ganar.

Sus esperanzas de poder salir y ser libre se habían esfumado por completo ya hace mucho tiempo.

No sabía realmente qué hora era, pero el bufón no podía volver a dormir más, aún cuando todavía podía seguir escuchando algunos que otros gritos de varios hombres.
Su boca empezaba a sentirse seca, trataba de lamer sus labios para poder mojarlos un poco pero éso no servía mucho, así que no tardó en tratar de sentarse en ésa cama pero sólo había logrado quejarse del dolor.

Su parte baja aún estaba lastimado, realmente deseaba en ésos momentos tener la medicina que la reina le había dado, con solo volver a pensar en ella uno de los ojos del rubio no tardó en nublarse por las lágrimas que querían salir.
No tardó en limpiar sus ojos para que no se notara que estaba triste, pero al hacerlo había sentido un fuerte dolor en su ojo derecho por la herida que tenía.

Tocó con sus dedos ésa herida sintiendo la hinchazón de ése lugar, aún no se había visto en un espejo pero por otro lado éso era lo mejor ya que de seguro se asustaría de su propio aspecto.

Yolus intentó otra vez salir de la cama con esfuerzo y pudo lograrlo aunque cada paso era un desafío, parecía que la jarra de agua estaba a varios metros ya que tardaba en acercarse a ella, pero cuando al fin lo había logrado no tardó en desesperarse para poder beber.
Su garganta dolía un poco al tomar el agua pero ya no le importaba, al estar ya satisfecho dejó la jarra en su lugar para luego quedarse de pie en medio de la gran habitación.

No tardó en mirar sus manos al sentir algo de molestia notando enseguida que tenía marcas en sus muñecas y en los brazos moretones de las golpizas que había sufrido.

El bufón se había acordado que hace días no llevaba ninguna prenda de vestir, su viejo atuendo ya había desaparecido hace tiempo sin que él se hubiera dado cuenta.
Sólo le había dado unos trapos cuando lo había llevado a que comiera en la sala en frente de los sirvientes.

Dónde notaba cómo todos lo estaban mirando, él sabía que era el centro de atención en ése lugar, después de todo con ése horrible aspecto que tenía de seguro los espantaba a todos.

El pobre de Yolus volvió a acercarse a la cama cuando unos ruidos le había llamado la atención, eran como si alguien corriera en el pasillo pero luego unas voces de algunos hombres gritaban para atacar.
Por un instante se había asustado ya que no sabía que estaba ocurriendo ahí afuera, quizá era Hércules el que se encontraba detrás de ésa puerta así que esperó sentado con algo de miedo hasta que la puerta empezó a abrirse.

Los ojos del rubio no podían creer lo que estaba mirando, se quedó en silencio por varios segundos creyendo que todo era parte de su imaginación hasta que la persona de la puerta había hablado.

– ¿...Yolus?

Afrodita se veía sorprendida cuando después de mucho tiempo volvió a ver al pobre bufón que trató de salvar.

Sus manos aún temblaban mientras sujetaba con fuerzas la espada que estaba empapado de sangre, aún sentía la adrenalina por haber matado por primera vez aunque para poder defenderse.
Su pecho le había dolido cuando podía observar a un Yolus tan lastimado, completamente herido y con un aspecto que la destrozó por completo.

Volvió a mencionar su nombre mientras corría hacia él y el pobre hombre ahora no tardó en llorar, en gritar y desahogar todo lo que había guardado por tanto tiempo.

Sujetando con fuerzas a la mujer que ahora lo estaba abrazando, intentando no volver a soltarla nunca más para darse cuenta que era real.

– Lamento haber tardado Yolus, lo lamento tanto...– Aún mientras lo abrazaba con fuerzas la mujer también no tardó en llorar junto a él.

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Sé que es corto el capítulo, pero ya sé cómo seguir así que....disfruten!!
❤️❤️

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