Ya era hora de descansar y los empleados se habían retirado dejando los pasillos completamente vacíos y en silencio.
Los únicos que se encontraban en los alrededores eran unos cuantos guardias despiertos y observando el castillo por si algo extraño pueda suceder.Los hombres estaban tranquilos hasta que unos sonidos de pasos llamaron su atención, pero cuando dos de ellos habían ido a ver de quién se trataba mientras levantaban sus espadas observaron a la reina Afrodita sosteniendo en sus manos un jarrón con alguna bebida.
– ¿Hay algún problema caballeros? – Había dicho la mujer algo molesta al hablar y ellos lo notaron enseguida.
– Disculpe mi reina, creíamos que era algún sospechoso. – Ambos bajaron sus miradas ante la mujer y luego vieron como ella entraba a su alcoba dejandolos solos.
Los guardias se retiraron y se alejaron de la puerta sin saber que la mujer por dentro de la alcoba aún esperaba que sus pasos de ésos hombres no se escucharan más.
En la habitación de la mujer se podía ver a Yolus sentado en el suelo mientras comía unos trozos de carne y pedazos de pan.– Yolus, te dije que te sentaras en la cama...– Habló en voz baja para que nadie pudiera escucharlos.
– Es qué no quiero ensuciarlo, no se preocupe estoy bien aquí. – Le sonrió un poco pero el dolor en su pierna lo detuvo.
– ¿Estás bien?, Te traje tu medicina tómalo ahora por favor, aún no estás bien. – Vierte el liquido en un vaso y se acerca a su lado para sentarse en el suelo.
– Gracias. – El hombre agarra la copa sin antes limpiarse sus manos pero cuando estaba a punto de tomar un trago se dió cuenta de algo cuando observó a la mujer. – ¿Qué le sucedió en el rostro?
Pudo ver una marca roja en su mejilla que se notaba muy claro en el rostro de la mujer ya que su cabello rubio estaba atado.
– Oh, nada de que preocuparse, más importante aún tienes que dejarme ver la herida en tu pierna, sé que te habías lastimado cuando tropezaste.
– Pero...– Se siente avergonzado por qué tendría que quitarse el pantalón para dejar que lo observara.
– Primero termina de comer y luego déjame que me encargue de las vendas, no te preocupes. – La reina se levanta del suelo y se sienta en la suave cama dejando al bufón algo preocupado.
– M-mi reina usted debería de descansar, ya es muy tarde.
– Claro que no, puedo quedarme despierta tranquilamente tú sólo disfruta de tu comida..– Habla con una sonrisa en su rostro.
Yolus se siente muy agradecido con la mujer y de manera rápida toma el liquido amargo de la copa que estaba en su mano y continúa comiendo con tranquilidad.
Estaba empezando a comer un poco más que antes y éso le hizo darse cuenta que de a poco iba a recuperar sus fuerzas para poder huir de donde se encontraba de una buena vez.De sólo pensarlo Yolus formó una sonrisa en su rostro y siguió disfrutando de la deliciosa comida.
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.La habitación del Soberano estaba vacía, el hombre que tendría que dormir no se encontraba en la habitación.
Hércules estaba ahora mismo en una de las salas de entrenamiento practicando sus ataques con una espada de gran filo, creía que al beber podía ayudar a conciliar el sueño pero no había funcionado.Ya después de varios minutos arrojó la espada al suelo cuando su cuerpo empezaba a agotarse dejando ver el sudor en todo su pecho al descubierto.
Mientras limpiaba el sudor de su cuerpo caminó hacia su alcoba y observó los pasillos vacíos y el silencio en todos lados.
Ahora mismo parado frente a la puerta de su habitación deseaba poder entrar y ver recostado en la gran cama al esclavo como si nada hubiera pasado.
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Mi Querido Esclavo
FanfictionEl soberano está cansado del aburrimiento en su gran palacio, se aburrió de la mujer que lo acompaña cada noche en su alcoba. Ya lo cansaba y fastidiaba, siempre estaba apegada a él. Pero en una noche sus ojos se enfocaron en su bufón que con miedo...