El soberano movía sus caderas aumentando la velocidad de sus embestidas con la bella mujer que estaba debajo suyo gritando de dolor, no le importó las quejas de la dama, solamente le importaba sentir el placer que tanto necesitaba, escuchando los gritos y quejas que le recordaban a cierta persona.Ya no sabía que diablos era lo que le pasaba, pero estaba desesperado para que su compañero de sexo gritara debajo suyo y llorara si era necesario.
Le excitaba la desesperación de ésa otra persona mientras intentaba alejarlo.La única manera de que pudiera sentir placer era de ésa forma y éso lo irritaba de alguna manera.
Ya que había empezado desde que tomó la virginidad del bufón.Tanto tiempo que ése rubio se encontraba en el mismo lugar que él y jamás se había dado cuenta que podía ser tan adictivo.
Y ahora mismo que lo perdió lo había vuelto loco, lo había dejado tan vacío sin su presencia.Fue su primer hombre en la cama que lo cambió para siempre.
– Yolus...– Había mencionado su nombre mientras seguía embistiendo a la mujer de cabellos negros debajo suyo.
Lamentablemente aunque cerrara los ojos el cuerpo que sus manos tocaban no se asemejaba al del hombre de hermosos risos dorados.
Ambos cuerpos eran muy diferentes, era estúpido reemplazarlo con el esbelto cuerpo de una mujer.Hércules se había detenido cuando el sonido de la puerta se había escuchado, el hombre con la agitación acelerada no se dispuso a hablar pero al escuchar los quejidos de la mujer debajo suyo lo único que hizo fué tirar de su cabello con fuerza para verla a la cara.
– Lárgate de aquí...– Fué lo único que le había dicho a la pobre mujer completamente destruida y asustada.
La señorita se había tapado el cuerpo cuando sintió que ése hombre ya había sacado su miembro.
Con las manos temblorosas empezó a colocar sus pies en el suelo para empezar a caminar mientras intentaba no llorar.Cuando el soberano abrió la puerta la pobre mujer adolorida pudo ver qué se encontraba la reina Afrodita del otro lado y no tardó en sentir mucha vergüenza.
Sólo se quedó de pie ahí mientras miraba al suelo.– ¿Qué es lo que quieres?, ¿Por qué aún sigues despierta? – Había hablado de una vez Hércules hasta que notó que su acompañante estaba esperando a su lado. – ¿Y tú por qué aún sigues aquí?, ¡Vete de una vez!
Sujetó con fuerza el brazo delgado de la señorita y la empujó fuera de su alcoba aún cuando ella sufría de dolor. Al ser arrojada de ésa manera la mujer de cabellos negros no se había quejado, solo aguantaba las ganas de llorar mientras trataba de levantarse pero antes de retirarse no tardó en escuchar la voz de la reina.
– Dile a uno de los soldados de aquí que te lleve con la curandera...– Fué lo único que había dicho sin girarse ni siquiera para verla.
Cuando la pobre mujer se había ido la pareja se había quedado sola y el Soberano no tardó en hablar con una sonrisa en sus labios.
– Es muy amable de tu parte que te preocupes así de mis acompañantes. – Se quedó de pie en la puerta de la habitación mientras Afrodita intentaba permanecer tranquila. – Pero aún me molesta que nos hayas interrumpido.
– Sus gritos no me hubieran dejado dormir, pero ahora que todo se ha calmado creo que me retiraré a mi habitación. – Al querer irse su brazo había sido sujetado con fuerza impidiéndole continuar.
La reina no tardó en sentir un escalofríos en todo su cuerpo, una sensación fría que la había asustado, así que al voltear para observarlo pudo notar a ése hombre sonreír.
Tenía que permanecer tranquila antes de que las cosas se vuelvan peligrosas.
– ¿Creés que te dejaré descansar después de arruinar mi diversión?, Esa Maldita mujer no pudo satisfacerme en absoluto. – Con algo de fuerza acercó a Afrodita más a su cuerpo. – ¿Qué te parece si nos divertimos un poco?, Después de todo nunca pudimos tener algo de intimidad después de casarnos, creo que ya es hora de que te haga mía.
Afrodita no tardó en asustarse, demostrando el miedo en su rostro mientras el soberano la llevaba a su habitación y terminaba por cerrar la puerta.
Aunque intentaba soltarse lo primero que sintió la bella mujer fue el primer golpe en su rostro, uno que la hizo caer en la gran cama desordenada.Ni siquiera pudo levantarse ya que ése gran hombre ya se encontraba encima de ella empezando a romper el vestido que tenía puesto.
– ¡Basta! – No tenía fuerzas suficientes para alejarlo, no pudo hacer nada cuando él se acercó a su cuello para empezar a besar su piel pálida.
Tenía mucho miedo, los besos y caricias que sentía le daba repulsión, aún más cuando sentía cómo metía su mano por debajo de su vestido.
No quería ni imaginarse lo que iba a ocurrir, quería cerrar sus ojos para no ver lo que sucedía pero no era suficiente.Hércules dejó de besar su cuello para seguir con algo más, rompiendo el vestido por completo dejando ver el pecho al descubierto.
Afrodita no tardó en querer cubrirse pero sus manos fueron sujetadas con fuerza contra la cama.Mostrando finalmente su cuerpo expuesto delante de él.
Hércules no pudo dejar de notar su respiración agitada y ésos quejidos de la bella mujer que ahora empezaba a llorar.
Realmente no estaba interesado en el cuerpo de su prometida, ni siquiera en la acompañante que ya no se encontraba ahí, sólo quería sentirse satisfecho de alguna manera, cada vez que recordaba a ése esclavo terminaba enojandose cada vez más.Acercó su rostro hacia el pecho de Afrodita y empezó a besar de manera tranquila su piel caliente, pero otra vez no pudo dejar de enojarse al sentirlo diferente a lo que él ya era adicto.
Así que empezando a enojarse no tardó en morder esa piel pálida logrando que la mujer empezara a gritar.Su grito desgarrador y desesperado no tardó en escucharse llegando a oídos de cierto hombre de cabellera rubia.
Yolus no tardó en asustarse para luego ponerse de pie aunque sintió una punzada en su pierna.Sabía que lo que iba a hacer quizá le iba a costar la vida, pero sus piernas se movieron solas mientras se acercaba a la puerta para ir a ayudar a la mujer que lo había salvado.
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¿Tarde un montón? Claro que sí, espero puedan perdonarme.
Hora en argentina ( 04:24 ) tengo que levantarme en 2 horas y 30 min para ir a trabajar pero aunque seguro quede con sueño debo decir que valió la pena.
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Mi Querido Esclavo
FanfictionEl soberano está cansado del aburrimiento en su gran palacio, se aburrió de la mujer que lo acompaña cada noche en su alcoba. Ya lo cansaba y fastidiaba, siempre estaba apegada a él. Pero en una noche sus ojos se enfocaron en su bufón que con miedo...