La primera noche había pasado y la mañana había sido muy tranquilo a comparación de los gritos y órdenes que daba el soberano.
La comida ya estaba hecho pero la bella Afrodita no estuvo presente en la mesa sin antes verificar el estado en el que se encontraba Yolus.Al estar ya en la habitación se acercó hacia él en silencio y colocó su mano en su frente, al darse cuenta que su fiebre había bajado sonrió tranquila y se retiró dejándolo descansar.
La mujer estuvo en la sala por unos minutos mientras disfrutaba en silencio la comida ya hecha, luego de terminar limpió su boca y se levantó de su asiento dejando que los sirvientes empezaran a llevarse todo.Aunque antes de irse de ahí le habló a una de las mujeres que estaban llevándose los platos con frutas y carne y le ordenó llevar un poco de cada uno a la habitación de su esposo.
La sirvienta sin preguntar asintió con su cabeza y se llevó todo en la cocina para preparar lo que había dicho.Hasta éso Afrodita entró otra vez a la habitación donde el bufón se encontraba y se acercó a una pequeña mesa donde había una jarra de agua y una copa.
Al servir el agua unos golpes en la puerta se escucharon y ella al saber quién era la dejó pasar.– Aquí está lo que me ha pedido mi señora. – Decía la mujer quién se quedó parada en la puerta.
– Déjelo en ésa mesa. – La mujer que tenía los platos en su mano se acercó a colocar los alimentos donde le había ordenado.
– ¿Necesita algo más mi señora?
– No, éso es todo...puede retirarse.
Al quedarse sola escuchó unos quejidos por parte del hombre de cabellera rubia y no tardó en acercarse a la cama para hablarle.
– Yolus despierta, ten un poco de agua, tienes que estar hidratado.
El bufón empezó a abrir sus ojos lentamente cuando escuchaba su nombre, aunque la vista le dolía intentó permanecer despierto y ver a la mujer frente a él.
Al tratar de decir algo sintió su garganta seca y un dolor horrible en su cuerpo proviniendo de su recto.– ¿Estás bien?...– La mujer al darse cuenta de sus expresiones de dolor se acercó para darle de beber el agua. – Ten, bebe un poco.
Sin decir nada Yolus intentó moverse y la mujer no tardó en sujetar su nuca para levantar su cabeza y poder lograr que bebiera sin derramar ni una gota.
El bufón acercó sus labios para poder beber y al terminar de tomar la mitad del líquido se sentía mejor.
Afrodita lo ayudó a acostarse otra vez con cuidado y al dejar la copa en la pequeña mesa no tardó en hablar.– ¿Tienes hambre?, Te traje algo para comer, o si quieres aquí también tengo unas frutas. – La mujer giró su rostro para verlo y al hacerlo pudo notar que tenía una expresión de tristeza. – ¿Sucede algo?
– G-gracias, muchas gracias.
El hombre empezó a derramar unas lágrimas y con dolor empezó a levantar su mano para limpiar sus ojos.
No pensaba que al agradecer su voz iba a quebrarse, pero estaba muy agradecido con la mujer que estaba en la misma habitación.Afrodita al escuchar su llanto y observando cómo intentaba ocultar su rostro por la vergüenza empezó a sentir una gran tristeza dentro suyo otra vez.
Tenía ganas de llorar con sólo escucharlo y sin darse cuenta sus piernas se movieron para acercarse a la gran cama y sentarse a su lado.No sabía que decir...
No sabía qué hacer para que dejara de llorar de ésa manera, así que tan sólo acercó sus manos a él y lo abrazó estando aún acostado.
Colocándose encima de su cuerpo y ofreciéndole su compañía.
No tardó en sentir sus manos abrazandola y su voz pidiéndole disculpas una y otra vez.
.
.
.
.Después de la batalla contra los aldeanos el lugar había quedado destruido completamente.
Las tropas se habían quedado aún en el lugar y robaban algunas cosas de valor que podían encontrar en ésas casas viejas.El humo que dejó unas cuantas casas incendiadas desaparecían en el buen clima que tenían.
Dejando ver los cuerpos asesinados en todo el lugar y la sangre manchando la tierra seca y sin vida.Algunos hombres empezaban a limpiar el sitio llevándose los cuerpos a un lado y amontonandolos uno encima del otro para luego incendiarlos.
Para algunos fue un desperdicio deshacerse de las mujeres, algunas eran jóvenes y podían servir para complacer en las noches a los hombres.Pero la orden del soberano se tenía que cumplir sin decir ni una palabra.
Mientras algunos soldados trabajaban, descansaban o robaban Hércules se encontraba sentado en una roca observando todo a su alrededor.
Pero luego sus ojos miraron el cuerpo sin vida de un aldeano, tirado boca a bajo pero dejando ver su rostro ensangrentado.Una herida en la cabeza manchando su rostro, sus ojos abiertos como si estuviera mirándolo y la herida en su espalda que provocó su muerte.
Detrás del soberano una casa vieja y pobre, una donde ahora en el suelo estaba una mujer abrazando a su niña pequeña, ambas sin vida.
Recordar a ése hombre gritar desesperado por proteger a su familia sólo le divertía aún más, al atravesar su espada en su espalda con fuerza y ver cómo ése aldeano cayó al suelo.
De cómo se acercó hacia la mujer y su hija mientras el hombre aún seguía respirando y matarlas a ambas dejando que ése hombre escuchara los gritos desgarradores.
Hércules se puso de pie y sacó de la tierra su espada que dejó a su lado.
Caminó hasta el cuerpo de ése aldeano sin vida y de un momento a otro lo decapitó para luego apuñalar su cabeza y levantarlo para sostenerlo de su cabellera negra.Los soldados no tardaron en mirar lo que su señor hacía hasta que él habló formando de a poco una sonrisa.
– ¡Hemos ganado ésta batalla...! – Levantó la cabeza decapitada para que todos lo vean. – ¡Ésto hay que celebrarlo!
Al terminar de hablar en voz alta todos los hombres gritaron emocionados mientras el soberano arrojaba la cabeza en la fogata recién encendido.
Los soldados empezaron a preparar sus caballos mientras la incineración de los cuerpos ya estaba a punto de ser terminado.La celebración de la gran victoria iba a ser en el castillo así que muchos estaban emocionados ya que podían beber y disfrutar de las mujeres que querían.
Mientras tanto la emoción de Hércules era notable ya que no tardó en pensar en el bufón que se encontraba en su cama.Esperándolo para poder disfrutar de su cuerpo una y otra vez.
***************
Me desvele en la noche para terminar éste capítulo, espero les guste.
ESTÁS LEYENDO
Mi Querido Esclavo
FanfictionEl soberano está cansado del aburrimiento en su gran palacio, se aburrió de la mujer que lo acompaña cada noche en su alcoba. Ya lo cansaba y fastidiaba, siempre estaba apegada a él. Pero en una noche sus ojos se enfocaron en su bufón que con miedo...