La apariencia del rubio ya no era como antes, se encontraba demacrado con sus ojos rojos de tanto llorar.
Su cabello rubio dorado ya no tenía ése brillo que antes poseía, ahora estaba apagado de lo sucio que se encontraba.Noche tras noche ése pobre hombre era llevado hacia la alcoba del soberano para acompañarlo cómo su juguete sexual.
El pobre hombre ya ni recordaba las veces que estuvo en ésa habitación, ni cuántas veces era violado por ése gran hombre.Pero su cuerpo demostraba los golpes y moretones que había sufrido a manos de él.
Sus brazos y piernas con ésas pequeñas manchas moradas y su cuello con viejas marcas de besos y algunas mordidas.Yolus se sentía agotado, ahora mismo se encontraba en su cuarto diminuto apoyado contra la pared mirando hacia la nada.
Completamente desnudo y respirando lentamente a causa de los dolores en su trasero.
Aunque él no lo sabía ése lugar estaba tan lastimado por las veces que había sido tomado a la fuerza, algo hinchado y rojo.Pero éso a nadie le importaba, ni a los guardias ni menos a Hércules.
Mientras el pobre bufón empezaba a cerrar sus ojos lentamente, afuera en otro sector del palacio se encontraba el soberano con una sonrisa en su rostro.
Ya hace unos dos días se había casado con la bella Afrodita y la noche de su compromiso se había celebrado como tenía que ser, una fiesta grande lleno de comida y varias personas.La noche de bodas que tanto Hércules estaba esperando por fín había llegado, tenía a la mujer de larga cabellera con una prenda larga y algo transparente frente a él.
Pero al momento de acercarse a ella para tocarla, la mujer con asco giró su rostro para no verlo a la cara.Obviamente lo estaba rechazando cómo siempre aunque éso no le importó ya que no iba a alejarse cuando por fín iba a disfrutar de ése bello cuerpo.
Ya frente a ella Hércules miró su rostro y acarició su cabello rubio ondulado, sus ojos claros empezaban a confundirlo ya que se podía decir que eran idénticos a ése bufón.
Reaccionó rápido y dejó de pensar en éso, acarició su rostro con una mano y con la otra empezó a acariciar ésa delgada cintura, disfrutando la tela delgada para empezar a besar su cuello lentamente.
Pero algo sucedía, algo estaba mal en ése momento ya que aunque estuviera besando su pálida piel y tocando ése fantástico cuerpo él no tenía ninguna reacción.Su cuerpo no sentía ése calor, menos su miembro, no se ponía erecto y éso era raro.
Había esperado tanto para ése momento y su cuerpo no lo disfrutaba en lo más mínimo.
Empezaba a enojarse y de un momento a otro empujó a la bella mujer lejos de él.Afrodita se sorprendió ante lo que había pasado, por un lado estaba feliz de que ése maldito hombre no la tocara más, pero lo extraño era éso mismo.
Hércules se quedó quieto y empezó a enojarse así que no tardó en hablar.– Lárgate de aquí. – Fué lo único que había dicho y la mujer no esperó ni un segundo en salir de ésa habitación para volver a la suya.
El soberano se quedó sólo pensando una y otra vez que rayos había pasado, pero no tenía una respuesta.
Lo único que había pasado fué que empezara a arrojar y destruir varias cosas de su habitación.Tras ése día no volvió a pedir la compañia de Afrodita, menos de alguna de las mujeres del palacio, pero él sabía quién podía divertirlo en un momento así.
Ya en la noche después de comer había pedido que prepararan a Yolus, que recibiera un baño y que lo llevaran a su alcoba.Esperó en su habitación a ése hombre mientras tenía puesto sólo sus pantalones.
Tras unos minutos los golpes en la puerta se habían escuchado y los guardias le habían traído al rubio arrastrandolo.
Tras tirarlo y dejarlo en el suelo Yolus se arrodilló frente al hombre sentado en ésa gran cama que él conocía perfectamente.Quería correr, quería gritar y huir de ése lugar de una buena vez pero ya lo había intentado muchas veces y en ésas había fallado.
Hércules lo miró y no tardó en levantarse para sujetarlo de su brazo con fuerza.– Levántate de una vez.
Lo llevó hasta la cama y al mirar como empezaba a llorar en silencio empezó a sentir un calor dentro suyo.
Realmente era una tremenda mierda decir ésto pero, parecería que ése maldito bufón era el único que podía calentarlo.Empezó a tocar su pecho mientras acercaba su rostro para probar su piel, ésa piel caliente y exquisita, no podía creer que era adictivo.
Mientras besaba su cuello lentamente escuchaba con perfección los quejidos del rubio al llorar.
Sin importarle en lo más mínimo siguió con lo suyo tocando ya la entrada del bufón para meter unos dos dedos.Pero el rubio reaccionó rápido a ésa intromisión e intentó cerrar sus piernas sin éxito.
Lloraba en silencio mientras ése hombre lo tocaba, no podía aguantar las ganas de gritar en ése momento.Aunque quizá lo vaya a golpear, gritar o torturar no dudó en abrir su boca y decir algunas palabras algo entrecortadas.
– D-duele p-por favor...– Pero éso sólo logró que Hércules dejara de besar su piel para luego mirarlo a la cara.
– ¿Cuándo te di permiso de hablar?
– Y-yo...– Estaba cansado, adolorido.
– ¿Acaso deseas que te golpee cómo la última vez?
El rubio negó con la cabeza y ahogó un quejido mientras Hércules se acomodaba entre sus piernas.
– Buen chico....– Sonrió al terminar de decir éso y empezó a meter su miembro en ésa roja entrada de una buena vez.
De a poco empezó a meterlo y podía sentir un gran calor envolver su miembro, era tan excitante.
Yolus tapaba su boca con sus brazos adoloridos y con moretones, odiaba tener que soportar otra vez lo mismo.De golpe el soberano entró en el rubio sin esperar a más y ahí fue cuando Yolus ya no pudo contener los gritos y los lloriqueos, dolía demasiado y no tenía quién le ayudara a detener a ése monstruo.
Los gritos se empezaron a escuchar en la habitación dejando ver cómo el rubio con las pocas fuerzas que tenía intentaba apartar a ése gran hombre encima suyo.
Lo peor era que las penetraciones eran muy rápidas, Hércules no tenía control de su cuerpo al sentirse tan bien.– ¡¡P-por favor...!! ¡¡Basta!!
Yolus gritaba y arañaba los brazos del hombre que ahora lo sostenía de sus caderas para penetrarlo más rápido sin que pudiera escapar.
Sentía que iba a morir, ya no podía seguir gritando.Su cuerpo era sacudido sin control por ése hombre de mirada fría, le daba miedo cómo lo observaba aunque le suplicaba piedad, cómo le sonreía aunque lloraba.
Le daba miedo el haber conocido a un demonio como él.
Mientras en la habitación se seguían escuchando los gritos de súplicas, una persona de cabellos rubios observaba con asombro lo qué sus ojos observaban.
De cómo ese bufón que conoció unas pocas veces lloraba desesperadamente y gritaba para escaparse de las garras de su esposo.************
Bueno aquí dejo la actualización que pedía unas personas, tarde demasiado pero bueno jamás creí seguir ésta historia.
Espero disfruten del contenido...adiós.
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Mi Querido Esclavo
FanfictionEl soberano está cansado del aburrimiento en su gran palacio, se aburrió de la mujer que lo acompaña cada noche en su alcoba. Ya lo cansaba y fastidiaba, siempre estaba apegada a él. Pero en una noche sus ojos se enfocaron en su bufón que con miedo...