Miedo

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Salió de su habitación para dejar su carta en el buzón, aún tenía hasta el día siguiente a las ocho de la mañana para enviarla, pero no era madrugadora. El frío invernal que acogía al castillo le erizó la piel, se refugió en su chaqueta tratando de no arrugar la carta dentro del bolsillo interno.

Esperaba poder ayudar a su sobrino en el lío que se había metido, no entendía porqué no podía participar en el torneo, así que abogaría por él ante sus padres.

Cuando dejó la carta en el buzón junto a las puertas, que por cierto comenzaba a sospechar porqué nunca las cerraban, regresó sobre sus pies hacía su torre, pero el destino debía saber lo curiosa que era, porqué sin si quiera desearlo vio claramente cerca al segundo pasillo que llevaba a las escaleras cómo, el director manoteaba con una carpeta a uno de los líderes de la nueva especie, no sabía quién era y podían haber estado discutiendo sobre cualquier otra cosa y aún así el director eligió las palabras que la mantendrían al pendiente.

-¿Acaso tengo que ir yo mismo por ellos? dijiste que tus soldaditos harían el trabajo y aún así ya es invierno y sólo tenemos dos.

-No es fácil.

-Lo más difícil ya lo hicieron y ni siquiera tienes la perla.

Unas risas en el pasillo de la torre Bloodlong los alertó tanto a los dos hombres cómo a ella. Sin embargo nadie apareció, pero quiénes discutían se alejaron del lugar, ella por supuesto los siguió, mientras subían por las escaleras cayó en cuenta que aquéllas no los llevarían a la dirección como pensaría, si no a la terraza encima de la sala de astronomía.

Al pasar por ella reconoció sonidos dentro, que los hombres no hicieron caso, seguramente alguna parejilla o traviesos, tampoco podía saberlo, tenía que seguir su camino.

-Durante la prueba de salvación será su última oportunidad, pocos estarán en el castillo, tus chicos podrán conseguirlo.

-Y si..

-Nada, no habrá nada si no lo consiguen, estarán fuera del trato.

-Eso no es justo, les conseguimos la más difícil.

-El trato eran cuatro y la aguja.

-Ni siquiera saben dónde está la aguja del brujo, y aún así nos la piden a nosotros.

-Si la buscáramos sería demasiado sospechoso, reúnelas y todo habrá terminado.

Se retiró rápidamente de las puertas, y bajó apresuradamente hasta el primer piso para luego subir a su torre y consecuentemente a su habitación, su corazón latía a mil, entendía de que hablaban, pero no tenía idea de que él estuviera involucrado, era el director ¿Cómo podría haberse involucrado en algo así?.

Por otro lado, la prueba de salvación era en dos semanas, un par de días antes de fin de año, pocos estarían en el castillo, además de quienes harían la prueba.

Al día siguiente aunque buscó directamente a Jennie en su torre, ella se había ido después del desayuno, un viaje de un par de días según le comentó Mingi.

Además de ello, Yongi había cancelado las prácticas, durante ese día ni siquiera vio a ningún Bloodlong de último año bajar de la torre, algo importante estaba pasando, Mingi tampoco le dijo mucho, sólo que habían convocado a los herederos a Tierra volcán, por lo que suponía que Jackson también se habría ido con su prima.

Sin embargo, esa tarde algunos del grupo se reunieron, una casualidad que la alegró, era reconfortante estar con ellos, y saber que aún confiaban entre ellos. Además, pudo comentarles todo lo que había escuchado la noche anterior, no quería guardar más secretos.

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