Afecto

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El olor a leña ardiente llegó a ella, con la sensación de hogar acompañándola. Abrió los ojos lentamente, su cuerpo estaba en serio agotado, y las acolchadas sábanas cubriéndola le dificultaban su intensión de despertar. Su mano sobre su estómago estaba vendada, cómo suponía se encontraba la mayor parte del cuerpo, pronto visualizó a su hermano junto a la cama.

-¿Que haces aquí?

-Me alegra que estés bien hermana- respondió Mingi en tono resignado.

-Le prometimos que volvería cuando tu lo hicieras- respondió su padre en una esquina de la cama, su madre se encontraba a la orilla de la chimenea frente a ella.

Ya habían tenido su momento de reencuentro, con lágrimas y disculpas incluidas, mientras se desangraba sobre el lomo de un dragón.

-Supongo que eso será más tardar mañana a primera hora- dijo su madre sin despegar los ojos del fuego- ya estás muy atrasada.

-Me pondré al día.- respondió en seco, aunque su padre parecía no muy contento con esa decisión. Pero sabía que era inútil discutir con su madre y por ésta vez ella estaba de acuerdo, quería volver.

-Tus amigos esperan a que despiertes, le avisaremos camino al comedor ¿bajarás a comer?- preguntó su padre.

-Me gustaría descansar un poco más, tal vez comer aquí con ellos...-Sugirió sutilmente, sabía que a su progenitora no le agradaban tales informalidades.

-Sólo por esta vez, mañana desayunarás en el comedor- ordenó ella con un sorprendente tono conciliador.

-Yo podría..- pidió Mingi recibiendo un rotundo No, por lo que pudo quedarse sola unos minutos, se sentó en la cama y comenzó a evaluarse. Como lo intuyó, tenía vendas en toda la pierna izquierda, el tobillo y rodilla de la derecha, ambos brazos, manos, costillas, y en su rostro vendaje debajo de su ojo derecho, en la frente, y debajo de la oreja izquierda. Tenía los labios resecos y seguramente también ojeras.

Recordó cómo había obtenido tantas heridas, y una llama se encendió en su interior. Ni siquiera eran buenos torturando, pero tuvo que hacerles creer lo indefensa y frágil que nunca había sido para sacarles información. Le enfurecia no demostrarles su verdadero ser, pero tendría su oportunidad.

Aunque sólo esperaba a algunos de sus amigos, se encontró con media docena de ellos.

-Que mal te ves Jen- Dijo Chan sentándose junto a sus pies, Jooheon, Mino y Jackson se sentaron en la cama, mientras que Yongi, Bobby y Tae permanecían de pie, éste último la miraba con tristeza.

-¿No soy de tu confianza Jennie?- preguntó directamente, por supuesto Tae no se iba de rodeos.

-De qué hablas?- le preguntó intuyendo a qué se refería.

-Yongi ya les dijo- le respondió Honnie con complicidad, no tenía que decir más.

-No tenía opción, y necesitamos todos los aliados posibles, si no le he dicho a mi padre es sólo por las pruebas de ADN, necesito los resultados para que los acepte.

-Una vez que vuelvan me enviarán material genético y yo me encargaré de todo.- le dijo Mino a su lado, pero ella sólo podía ver a Taeyong, le dolía que se sintiera traicionado, era su amigo.

-Lo siento, debí decirte, al principio sólo era por agradecimiento, nos han salvado el cuello más de una vez. No creí que fuera correcto involucrarlos.

-Porqué a Joohoney sí?- preguntó de vuelta.

-Es Hooney, si Jennie le dice salta, preguntará que tan alto- respondió Chan, ganándose un puño en el hombro, Bobby y Mino se rieron en apoyo.

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