Arcane ⸺ 𝗼𝗻𝗲 𝘀𝗵𝗼𝘁𝘀.

𝐒PECIAL +18

𝐒𝐞𝐯𝐢𝐤𝐚

(Especial 1/2)

━ No, nunca creíste que las palabras prostituta y buena vida podrían usarse en una sola frase, no.

Pero por difícil que sonara, esa era tu vida, una buena vida de prostituta experta en El Distrito.

En el prostíbulo, las cosas habían cambiado conforme los años pasaban, ahora habían empleado la temática de Los Dioses, en dónde a los trabajadores les asignaban el mejor Dios respecto a su cuerpo y actuación, porque sí, la mayoría de cosas que hacían ahí era mero acto.

A tí, la madame te había designado el papel de Afrodita, cómo no. Llamando la atención de demasiadas clientas donde solo debías hacer tu trabajo y complacerlas, porque ajá, le dijiste a la matrona que no trabajabas con hombres, no te iban ni aunque te pagaran cien mil monedas por fingir un orgasmo, que ni siquiera llegabas a eso, a lo que a duras penas, accedió.

Tu "traje" si así podías llamarlo, constaba de una falda rosa, aunque prácticamente eran cuerdas finas amarradas a tu cintura con una tela casi transparente que cubría tu parte frontal y una pequeña parte de tus nalgas. La zona de arriba era más de lo mismo, un tirante que sostenía una tela rosa pastel transparente sobre tus pechos, y una máscara que cubría de tu nariz para arriba, también rosa, menuda ropa.

Te encontrabas con una de tus clientas habituales; Sevika, que como siempre, tenía su mano agarrando tu trasero mientras estabas sentada en sus piernas, observando el juego.

Lo curioso de ella es que solamente te pedía a ti, desde la primera vez que te vió solo iba por tí, e incluso cuando estabas ocupada, le pagaba de más a la matrona y echaba a las tipas con las que estabas trabajando para tener tiempo contigo.

⸺ Vamos muñeca, dame suerte ⸺ susurró la morena en tu oído, vendando tus ojos y dándote una nalgada para que te pusieras de pie.

Puso la baraja de cartas en tus manos e intentaste caminar hacia los otros dos jugadores, repartiendo dos cartas a cada uno y volviendo con la mujer, que tomó las dos primeras cartas y te dejó nuevamente sobre sus piernas, removiendo la tela que tapaba tus ojos.

Te quedaste viendo las cartas que tenía con una sonrisa, a lo que ella apretó tu muslo y a penas los dos hombres dejaron su jugada ella estampó sus cartas sobre la mesa ⸺ Suerte para la próxima.

⸺ Mierda.

⸺ Ahora, váyanse.

⸺ ¿Qué?

⸺ Seguiremos el juego en otro momento, muevan el trasero, ahora.

El par bufó y se retiró de la habitación dejándolas solas.

Fue cosa de segundos para que te pusiera sobre la mesa, comenzando a besar tu cuello y arrancando la tela que cubría tu pecho, tocando y masajeando a su gusto.

Posicionaste tus manos en su nuca a medida que bajaba sus besos a tu abdomen, jalando del tirante que era tu falda para lanzarlo a cualquier parte de la habitación.

Te volteó, estando tú apoyada con tus brazos sobre la mesa mientras escuchabas el sonido de su brazo robótico moverse, provocando un escalofrío en todo tu cuerpo. Dejaste salir un grito cuando estampó su mano de metal contra una de tus nalgas. ⸺ No creas que no pasé por desapercibido que estabas con una chica antes de que yo llegara ⸺ y otra nalgada más.

⸺ E-es mi trabajo, ¡Ah! ⸺ sentiste otra nalgada más fuerte, pero al mismo tiempo, había introducido su lengua en tu intimidad, provocando que tu espalda se arqueara casi de inmediato.

Apretaste el mantel que estaba sobre la mesa con tus dedos cuando metió un dedo y luego otro, comenzando a meterlos y a sacarlos con rapidez y brusquedad, escuchando el sonido húmedo cuando chocaban con tu entrada.

⸺ Carajo ⸺ murmuraste cuando volvió a golpear tu trasero, sintiendo un ardor en la zona segundos después.

⸺ Te estás portando mal últimamente, linda, sabes que opino al respecto ⸺ dijo, sacando su lengua de tu intimidad para luego ponerse de pie. Se acercó mucho más, chocando su pecho con tu espalda, mientras su mano robótica apretaba uno de tus senos mientras la otra seguía haciendo movimientos ahí abajo ⸺ No quiero que atiendas a más mujeres los días que vengo a verte, ¿Me escuchas?

No podías responderle, eras literalmente un alboroto al sentir tantas cosas en solo unos segundos. Los gemidos salían inconscientemente de tu boca a medida que aceleraba el vaivén de sus dedos y lamía tu cuello, dejando algunos chupones o mordidas en la zona, hasta que tu cuerpo entero emitió un pequeño temblor y ella al saberlo, sacó uno de sus dedos y lo llevó a tu clítoris, apretándolo al mismo tiempo que hacía lo mismo con tu pezón, sacándote el último gemido antes de correrte y caer sobre la mesa.

Estabas recobrando el aliento cuando la viste ordenar las cartas y guardarlas, mientras se dirigía hacia ti nuevamente ⸺ Deberías tomarte el día ⸺ soltó con burla, agarrando por última vez tu trasero, dejando un saco de monedas para luego retirarse del cuarto.