My Wish ✅

Capítulo 4

Y esa noche entregué a Yoongi en bandeja de plata, y aunque nunca debí de aceptar ese trato, ya era tarde para lamentarse. Y no solo eso, después de dos días, no solo me había ganado un resfriado, sino que también estaba casi segura, de que Taehyung querría escapar de mí, pues había confirmado que yo era una completa desquiciada.

—Hyen, ¿estas despierta? —preguntó mi hermano del otro lado de la puerta, y entró en cuestión de segundos a mi habitación sin esperar respuesta. Sentí el costado de mi cama hundirse y la fría mano de Jin sobre mi frente—, sigues con temperatura. —Dijo entre suspiros y con preocupación tomó mi mano— el medicamento no ha hecho efecto aún, pero te aliviaras en seguida. —Asentí con desgano y estiré mis mantas, cubriéndome hasta la cabeza.

—Estoy bien —mentí—, no te preocupes y arréglate de una vez, llegaras tarde al trabajo. Lo vi sonreír por lo bajo mientras acomodaba mi almohada.

—No iré —me avisó con tranquilidad, mientras corría las cortinas, que ocultaban la vista hacia la calle. Intente reprocharle, pero un ataque de tos me prohibió soltar palabra. Me pasó un vaso con agua y cuando estuve lista para regañarlo, un golpe en la puerta le obligó abandonar mi cuarto. No pude escuchar de quien se trataba, pero en cuestión de segundos, el culpable de mi estado febril, se manifestó en la entrada.

—Mierda, sí que estas jodida —se mofó, mientras giraba la silla que estaba frente al escritorio para sentarse—, disfrutaras de mi compañía hasta la noche, me quedare hasta que tu hermano regrese del trabajo. —Avisó con tranquilidad, al mismo tiempo que jugaba con el velador, que se encontraba sobre mi mesa de noche.

No dije nada, solo rodé mis ojos, y me di la vuelta dándole la espalda. La verdad era, que estaba esperando que mi hermano se fuera de casa, para poder echarlo afuera. Y en cuanto escuché el sonido del auto alejarse, giré mi cuerpo y le quité la revista que tenía en las manos.

—¡Largo! —río divertido y chasqueo con su lengua, mientras negaba con su dedo—. Yoongi lárgate, tienes clases y yo puedo cuidarme sola.

—Jungkook va a cubrirme —dijo rápidamente y caminó hacia la puerta— Hare tostadas. —Informó luego ignorándome por completo, y dejándome con la palabra en la boca.

Él de verdad me ignoraba en todo sentido. Me sentí molesta, aunque también debo de confesar, que una parte de mí, estaba feliz con su presencia.

Luego de tres días de ausencia, me encontraba nuevamente frente a mi casillero. Gia estaba a mi lado, poniéndome al tanto de todo lo que me había perdido, ella era una especie de periódico. Sabia, fechas, nombres y absolutamente todos los acontecimientos.

Caminamos hacia la cafetería luego de guardar mis cosas, y escogimos la mesa de siempre, yo aún sin saber, que este almuerzo sería diferente.