Capítulo 6

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Jungkook hizo sonar la bocina del auto casi con euforia, saludé por la ventana de la cocina con mi mano, y con un gesto los apresure a bajar antes de que los huevos revueltos enfriaran.
Gia bajó primero, Yoongi con gran pesadez seguía sus pasos, agitó su pelo entre bostezos y en cuestión de segundos los tuvimos de frente.

—Hola tía Hann —saludó Yoongi dándole un corto abrazo—. Mi tía devolvió el gesto, y luego lo escaneo por completo. Diría yo, que casi con una pizca de picardía. Y no voy a mentir, eso me asustaba un poco.

—Niño, pero ve que desnutrido estas, ¿no hay buena comida aquí en Seul? —Gritó horrorizada llevando una mano a su cara. "A mí también me da gusto verla", le escuché susurrar a Yoongi, y paso de largo para sentarse. Mi amiga Gia nos dio un beso en la mejilla a ambas y también se sentó junto a la mesa. La tía Hann se quedó de pie esperando a Jungkook, que llegó unos segundos después, porque tuvo que estacionar bien el auto.
Y el reencuentro sucedió tal y como me lo esperaba. Si, la tía Hann tenía cierta debilidad por ese "conejo", así ella misma lo había apodado.

—Tía Hann —Kook estiró sus brazos, y sonrió con completa sinceridad cuando ella apretó sus cachetes, luego del largo abrazo.

—Conejito, estas muy lindo —dijo sin dejar de examinaminarlo—.Veo que tu si te alimentas, no estas escuálido ni eres un debilucho.
Vi a yoongi rodar sus ojos, y con fastidio tomo una tostada de la bandeja.

Este desayuno no iba a ser tan divertido después de todo, al menos no para todos.

La tía acomodó a Jungkook a su lado, ató una servilleta en el cuello de su camisa y le dio su plato. Mi amigo mostró sus dientes delanteros, totalmente complacido por aquella atención que le estaban dando, y comenzó a comer ignorando las envidiosas miradas de todos los presentes.

—Gracias tía, todo se ve delicioso

—¡Aigo! Que conejito más lindo —respondió, y todos nos miramos en silencio—. Come bien, come mucho y te harás más fuerte. Tocó su cabeza con una mezcla de dulzura y orgullo y volvió a su asiento.

—y ¿Qué haremos hoy tía? —preguntó Gia con entusiasmo.

—Iremos de compras —dijo sin vacilar y la miré para confirmarlo— Pero será un paseo solo de mujeres — Avisó mientras miraba a Kook con un claro sentimiento de culpa. Gia sin importarle el puchero de su novio, dio un brinco en su asiento.

Hablando con completa sinceridad, esta salida de mujeres, no era precisamente lo que tenía en mente. No disfruto para nada mirar prendas, recorrer tiendas y mucho menos probarme ropa. Yo era más práctica, cogía cualquier overol con flores que encontraba en el perchero, y lo llevaba a casa si sabía que quedaría en mi cuerpo. Pero bueno, si a ellas dos les gustaba algo tan absurdo como eso, y bien, tendría que adaptarme.

—Bien, entonces nosotros limpiaremos el garaje hasta que ustedes regresen —Jin habló y mis amigos asintieron.

Y como ya se estaba tardando demasiado en molestar a Yoongi, mi tía tomó la palabra.

—Min Yoongi —lo nombró y él volteo para verla— ¿tú también vas ayudar con esas cajas? —Él asintió—. No, no no mejor no lo hagas —dijo con tristeza en su tono— mejor no hagas nada ¿sí? No deseo que ninguno de tus bracitos se quiebre.

Dicho esto, giro su cabeza dejando a Yoongi como en una especie de trance ; parpadeo repetidas veces no siendo capaz de asimilar aquel comentario, y resopló luego cuando lo entendió todo.

—Yo sí puedo hacerlo tía —comentó Jungkook orgulloso de sí mismo.

—Lo se bomboncito, lo se... tú tienes brazos fuertes.

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