Capítulo 2.

1.2K 108 30
                                    

-¡Tomlinson!

Louis volteó a tiempo para atrapar el balón que Stan le había lanzado. Sabía perfectamente las intenciones de Stan. Miró de reojo al entrenador pero éste estaba conversando con dos chicos que hacían de defensa en el equipo. Louis se dirigió a los camerinos ignorando la maliciosa sonrisa de Stan, el capitán del equipo. Louis aguantaba la actitud presumida de Stan solo porque sabía que éste sería su último año, por lo tanto la capitanía pasaría directamente a Louis el siguiente año.

-Borra esa cara larga, Louis, solo te tiene celos. – murmuró Liam mientras se cambiaba.

Pero estaba cabreado. No había sido exactamente un buen día y sí, la culpa como siempre era de Stan Brook.

Salió de las duchas y se puso la ropa. Liam estaba esperándolo en su auto. Se despidió cuando llegaron al complejo de apartamentos en donde vivía solo con su madre, Johannah. Louis no tenía padre. O al menos lo tubo pero se esfumó semanas antes de que Johannah diese a luz. Creció con el resentimiento en su corazón, el esfuerzo y cariño de su madre le impulsó a convertirse en la persona valiente y capaz que su padre inexistente nunca fue.  

Tenía un test de biología el lunes a primera hora, sabía que no era tan necesario estudiar para ello, confiaba en sí mismo y en su capacidad para la materia. Lo que si quería era descansar. Agotado, se tumbó en el sofá y cerró los ojos. Lamentablemente tres toques  en su puerta fue su impedimento.

Por supuesto, Harry Styles, el niñato de primer año con catorce años que aparentaban quince debido a su altura, imposible despegarlo de su lado, hijo de Anne Cox quien se había casado con Robin Twist, el mejor padrastro del mundo.  Cómo lo pudo olvidar.

Era una rutina agotadora. Se saludaban, se preguntaban por el día de cada uno. Jugaban juegos de carrera, luchas y futbol en la consola. Comían un poco. Harry le pedía que le explicase alguna asignatura que no entendió. Finalmente llegaba Johannah con la cena y era donde Harry creía conveniente subir a su apartamento. Sucedía de esta forma desde que Louis tenía quince, obviamente ya se había acostumbrado.

Abrió la puerta.

-Hola Harry.

-¡Hola Louis!

El mayor no necesito decirle que pase. Cerró la puerta tras él. Louis lo observó por un momento. Sí, era odioso y cansado tenerlo de compañía todo el tiempo, pero había algo en su forma de actuar, sus ojos, o incluso su cabello corto pero ondulado, que le hacía lucir… adorable.

-¿Qué tal te fue hoy?

-Bien.

Una de las muchas cosas que Louis había aprendido del menor con el paso del tiempo era su torpeza para mentir. Y lo mucho que Harry odiaba el no poder hacerlo correctamente por más que lo intentase.

Louis le dio unos de los controles después de haber encendido el juego. Futbol, otra vez.

-¿Ya hiciste tus tareas?

-Sí.

Ahí estaba de nuevo, la voz de Harry sonaba diferente cuando mentía. A Louis no le importaba el hecho de ser una de las muy pocas personas capaces de reconocer aquello en la garganta de Harry. Lo dejó pasar para después.

-¿Y el cuaderno para qué?

Harry sonrió avergonzadamente.

-No planeo hacerlo por ti.

-No, nada de eso…

-¿Quieres que te ayude?

-Ajá.

I wanna be with you. | Larry Stylinson |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora