CAPÍTULO 23

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LA LLAMADA

Narra él.

Me había pasado la última media hora mirando petrificado por la ventana sin saber qué hacer, sin poder llamar a mi novia e intentando convencerme de que no pasaba nada, que ella estaría bien. Compaginando un torrente de pensamientos de todo tipo, finalmente el corazón me dio un vuelco al oír sonar mi teléfono. Rápidamente respondí a la llamada, era de Cinthya.

Al principio no se escuchaba nada, era solo sonido ambiente, y supuse que me habría llamado por accidente. Se oían los pasos de alguien caminar, como sobre piedras, y con rumor de las olas del mar a cierta distancia. Escuché una lejana conversación. "¿Te ha dolido?", preguntaba un chico. "Nooooh" escuché como respuesta. Era la voz de mi novia, aunque algo distorsionada.

-¿Hola? -grité al teléfono.

Escuché un suave chapoteo de agua.

-¿Hola? ¿Cinthya? -pero nada, tuve silencio por respuesta. -Responde, Cinthya.

Oí un ligero ruido, como si se estuvieran pasando el teléfono de una mano a otra. Otro chapoteo de agua.

-Hola... -por fin respondió Cinthya, y tras un silencio continuó, -amor...

-¿Qué pasa? ¿Dónde estás? ¿Por qué no me has llamado antes? ¿Con quién estás?

La respuesta fue casi un silencio sepulcral y digo casi porque escuchaba un ligero vaivén del agua y la respiración entrecortada de mi novia. Entendí que eran demasiadas preguntas, al fin y al cabo tampoco quería agobiarla. No quería discutir con ella.

-¿Estás bien, Cinthya?

-Ajamm... -Suspiró como asintiendo, y luego no dijo nada por otro instante. -Hmm... sí, estoy bien amor... No te... mmmpf... no te preocupes...

Me parecía muy raro todo esto. Parecía que Cinthya no estaba prestando mucha atención a la conversación, como que estaba ocupada con otras cosas. Y no entendía por qué hablaba con tanta dificultad.

-¿Vas a volver pronto, amor? -insistí.

Otra vez ese silencio, solamente ese sonido de fondo del agua chapoteando rítmicamente.

-El teléfono, Soco... ahhh... llévatelo... -oí decir a mi novia.

Yo no entendía nada. Luego el sonido del agua chapoteando se fue alejando, se oía cada vez más lejano. Subí el volumen de mi teléfono. Se oía menos claro, pero más alto. Podía escuchar algo parecido a mi novia respirando muy fuerte. Habría jurado que estaba como jadeando.

Así estuvo unos segundos. La oía respirar fuerte, gemir. Un silencio. Otra vez gemir. Y siempre el chapoteo del agua.

-Es... solo... un juego... -dijo Cinthya entrecortadamente.

-¿Qué juego? ¿Qué haces? ¿Por qué estás así de rara? -grité desesperado a mi teléfono.

-¡¡¡Aaaaah...!!!

Rayos, eso había sido un grito. Ahora si que estaba preocupado de verdad.

-¿Qué ha sido eso? ¿Qué ha pasado?

-Una... mmmph... es una... -Cinthya no conseguía formar sus palabras.

-Una culebra -escuché decir una voz masculina cerca del teléfono.

Al instante escuché las risas de varios chicos.

-Sí... una culebra... amor... -respondió Cinthya por fin.

Volví a escuchar cómo se reían todos.

-Ten cuidado amor, que no te haga daño. -Exclamé.

-¡Y con veneno! -Dijo la voz masculina al otro lado del teléfono.

Demasiado Inocente (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora