MÉTODOS DE CURACIÓN
Me sonrió mientras asentía y se disponía a hurgar en la vagina hinchada de mi novia con un par de dedos. Cinthya me miraba con su cara desfigurada y se aferraba tan fuerte como podía a mi brazo mientras era inspeccionada.
-Pues me temo que no llego hasta el fondo. Voy a necesitar algo más largo para determinar hasta dónde se extiende la infección.
-¿Y cómo vas a hacer eso? -pregunté intrigado.
-Pues mira, normalmente en un hospital tienen instrumentos adecuados, pero aquí solo tenemos lo mínimo, así que cuando hay que actuar de emergencia como ahora pues hay otros procedimientos...
No dejaba de hurgar con varios dedos, intentando tocar lo más adentro posible, pero eso solo provocaba que a Cinthya se le escaparan más y más grititos que intentaba ahogar sin mucho éxito.
-Lo que sea, pero haz algo porque mira como grita de dolor la pobre. No quiero que le pase nada a mi novia, por favor...
Entonces el socorrista un un santiamén se deshizo el nudo del bañador y lo hizo caer a sus pies, exhibiendo una muy notable erección que me sorprendió.
-¡Oye! Ni te atrevas a usar eso... -Empecé a quejarme, pero él me cortó enseguida como enfadado.
-¿Quieres que la cure o no? Porque esto es lo que hay, y hay que actuar ya, antes de que la infección le alcance algún órgano, ¿¡de acuerdo!?
-Pero es que con el pene... me parece poco ordinario... -Dije en voz baja.
-Se necesita poder palpar directamente la zona para evaluar la gravedad... -Dijo él algo más calmado. -Ya sé que parece poco ortodoxo, pero es como la medicina siempre lo ha hecho tradicionalmente antes de tener instrumentos más modernos. El tacto es vital para determinar la envergadura de la inflamación. Es como lo del boca a boca, parece raro, pero es así como hay que actuar en caso de emergencia...
-Vale, vale... lo que haga falta. -Me rendí convencido.
Poco a poco el socorrista se fue acercando, y poco a poco, la fue penetrando. Mi novia, seguramente pasando mucha vergüenza porque no se atrevía a mirarme a la cara, se agarró a mí mientras le entraba ese trozo de carne. Me sentí un poco mal porque era bastante más grande que el mío, y claro, no podía estar acostumbrada a algo de ese tamaño. Maldecí a aquellos imbéciles por haber provocado que pasara por ese mal trago.
-Pobrecita amor mío, cuánto te duele... -Le dije como para tranquilizarla, acariciando sus cabellos.
-Sí... está todo inflamado hasta el fondo... -Dijo el socorrista, que iba entrando y saliendo como en círculos lentamente para inspeccionar cada rincón de la intimidad de mi novia.
-¿Y ahora qué hay que hacer? -pregunté.
-Por suerte tengo aquí un ungüento que sirve justo para este tipo de picaduras, pero habrá que aplicarlo y frotarlo bien por toda la zona afectada.
Acto seguido se separó de Cinthya y se dirigió a un armario conteniendo una variedad de botellas y medicamentos varios para primeros auxilios. Buscó un segundo y al final agarró algo que me pareció un simple frasco de crema hidratante.
-Eh... eso parece crema hidratante... -Dije dubitativo.
-Es que el medicamento viene en botes muy grandes, así que lo distribuimos en estos otros botes que nos sobran para poder aplicarlo más fácilmente.
-Ah... vale, muy inteligente...
-Sí... -Contestó con una risita algo fanfarrona. -Como decía, tendré que aplicar el producto sobre toda la zona afectada, incluso en el interior.
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Demasiado Inocente (+18)
Teen FictionComo una persona puede estar tan ciega de amor y confianza que ve las acciones de su pareja como algo de lo más normal. Mientras que uno de ellos descansa de una borrachera y se recupera de un accidente en la playa, el otro disfruta de aventuras sex...