JUEGOS EN LA PLAYA
(parte 1)Narra él:
Me negué a echarle crema. Llevaba todo el camino haciendo cigarrillos para ellos y mi novia pasando de mí. Ahora encima tenía que echarle crema. De eso nada. Al final su gran amigo Luis se encargó de ponerle la crema. La verdad que lo hizo con gran maestría, sin ninguna prisa y sin olvidarse de ningún rincón. La verdad que me estaba poniendo un poco celoso, porque no se cortaba, pero en realidad estaba haciendo un buen trabajo para proteger a mi novia del sol.
Cuando le untaba la crema por la espalda, apoyaba su cuerpo sobre su culito. Luego se la extendió por detrás de las piernas, pasando también por la entrepierna. Como lo hacía tan bien, Cinthya le pidió que le diera por delante, pasando por su vientre y todo lo demás. Yo me eché la crema solito, que para algo soy ya mayor, y aproveché para descansar un rato mientras ellos terminaban.
Luis, Carlos y Pedro, que así se llamaba el trío, se pusieron de pie al cabo de un rato y empezaron a insistirle a Cinthya que se uniera a ellos para darse un baño. Pensaban que lo pasarían mejor si ella los acompañaba, ya que era muy simpática. A ella le apetecía tomar el sol y se mantenía con que no iba, pero ellos seguían insistiendo. La conversación se alargó demasiado para mi paciencia, así que sin pensar le dí una patada a la arena a la vez que les decía que eran unos pesados y la dejaran tranquila. Tuve la mala suerte de que la arena fue a parar al vientre de Cinthya, quedando completamente llena de arena, como si fuera una croqueta.
Narra ella:
Con ojos de furia me levanté toda llena de arena. No había manera de estar tranquila tomando el sol en la playa. Ahora me tendría que ir con estos al agua a limpiarme lo quisiera o no. Encima, luego tendría que ponerme más crema yo sola porque el estúpido de mi novio no me la querría poner. Me fui caminando al agua sin decir nada y con cara de pocos amigos. Luis, Carlos y Pedro siguieron mi camino y en unos segundos estábamos todos en el agua.
La verdad es que estaba agradable, ni muy fría ni muy cálida. Miré a la arena y ahí estaba el imbécil de mi novio, fumando tranquilamente y dirigiéndose a una tienda para comprarse una cerveza o algo. Me lavé bien toda la arena y luego me dirigí hacia fuera para volver en dirección a las toallas. Pero Pedro me paró de un grito para pedirme que me quedara un rato con ellos. No me apetecía mucho, así que empecé a girar nuevamente para salir, cuando de repente Carlos lanzó hacia donde yo estaba un bañador, que se quedó flotando a unos centímetros de mí.
Luis salió corriendo para ir a recogerlo, pero viéndome, se quedó parado y me pidió que se lo acercara. Me entró la risa al ver a un chico tan fuerte paralizado ante una chica de mi tamaño. Accedí a llevárselo, me acerqué a él divirtiéndome y, tengo que reconocerlo, fijándome a ver si lograba ver algo. El nivel del agua me llegaba por encima del ombligo, pero a él, al ser más alto, le llegaba bastante más abajo. Podía ver perfectamente su bajo vientre y su negro vello púbico.
Cuando estaba a punto de darle su querido bañador, Luis alargó la mano para tomarlo, pero yo fui más rápida y me alejé esquivando su mano. Lancé el bañador por detrás suyo hacia donde estaba Carlos. Lo malo es que Luis, intentando agarrar su bañador, dio un salto al mismo tiempo que se giraba, y olvidando que estaba desnudo, su miembro suelto y a tan poca distancia de mí me golpeó en el pecho. No sé si él se percató, pero yo sí, desde luego.
Luis fue corriendo hacia Carlos, pero este me lanzó el bañador de nuevo y me lo escondí detrás de mi espalda. Yo, divertida, le retaba a que viniera a buscarlo. Y vaya si vino. Ya sin el pudor de que le viera desnudo, corrió hacia mí, y como yo sujetaba su bañador detrás de mi cuerpo, me abrazó completamente intentando alcanzarlo. Llevaba sus manos a mis nalgas y me apretaba contra él mientras intentaba arrebatarme la prenda. Noté su miembro restregándose contra mi ombligo, pero yo no me daba por vencida, y seguí empujando.
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Demasiado Inocente (+18)
Novela JuvenilComo una persona puede estar tan ciega de amor y confianza que ve las acciones de su pareja como algo de lo más normal. Mientras que uno de ellos descansa de una borrachera y se recupera de un accidente en la playa, el otro disfruta de aventuras sex...