Recuerdos de una madre.

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Yu Ziyuan después de despedirse de su hija y esposo.

Va al estacionamiento y sube a su auto, ya en el los recuerdos la invaden.

- Tu qué piensas, se ve realmente hermoso no lo crees Yu Ziyuan. Creo que quedaría muy bien si lo pongo de este lado.

- Enserio creo que es mejor que lo dejes en aquella esquina, no podemos correr el riesgo que los hombres lo quiebren. Al fin y al cabo nunca se fijan de lo que hay.

- Tienes razón, entonces ahí será.

- Ziyuan dime, te pasa algo?

- No, ¿Por qué la pregunta?

- Bueno lo que pasa es que te he observado y me he dado cuenta de que ya no fruncés el seño. Y me alegra que ya no lo hagas, tu rostro se ve más relajado.

- ¡Eh! Bueno la verdad no lo se y no me había fijado en eso.

- jajaja, ya eso no importa mejor vamos a comer algo, me muero de hambre.

- Tienes razón.

Tanto Madam Yu como Madam Jin, habían decidido ir a un restaurante a comer algo, había pasado toda la mañana trabajando, que a la Madam Jin le había despertado el apetito.

Al entrar al restaurante todas las personas que estaban en el dejan de comer, dirigiendo sus miradas a las dos mujeres que acababan de entrar. Las dos eran mujeres muy hermosas.

Eran dos mujeres muy reconocidas, especialmente Yu Ziyuan, no solo por casarse con el empresario Jiang si no que era hija de una de las empresas más estrictas de toda China. Aunque fuera una mujer hermosa siempre cargaba su seño fruncido, nunca la habían visto sin su seño.

Por lo que se impactaron al verla, sin su seño su rostro se miraba más delicado.

Aunque Yu Ziyuan no le ponía importancia a lo que la gente hacia, había algo que la molestaba. Por eso mismo volvió a fruncir el seño.

Todos las personas al ver ese cambio deciden dejar de verlas y así no incomodar a ninguna de las dos.

El mesero llego y les tomo la orden, después de eso se retiró haciendo una reverencia. A lo que las dos mujeres corresponden. Al cabo de 30 minutos los platos ya que estaban en la mesa.

Cuando la comida llego, Yu Ziyuan sintió tantas ganas de vomitar, pero se resistió, apenas probó la comida, no tenía apetito por lo que decidió no comer tanto. Le parecía extraño que estuviera en ese estado.

Aunque Madam Jin se había percatado de eso, decide no decir nada al respecto. No quería incómodar a su amiga con sus sospechas.

La comida termino y Yu Ziyuan no podía esperar para salir de ahí. Los olores no le agradaban aunque siempre había ido a ese restaurante con su amiga le parecía extraño que no aguantará.

- De seguro me hizo algo mal. Pensó Madam Yu.

- Creo que es mejor que te vayas a descansar, no te miras bien desde que estábamos en el restaurante.

Mañana hablamos, si no te sientas bien deberías ir con un médico.

- Gracias, pero estaré bien.

Las dos mujeres se despiden y cada una se va para sus respectivos hogares.

Al entrar Yu Ziyuan corre al baño directo a sacar todo lo que había comido hace un rato.

Sin Ti Nuestras Vidas Fueran DiferentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora