La tarde llegó dentro de aquella gran mansión y Eros fué llamado por su padre para poder hablar en el despacho sobre lo que haría en apenas unas horas, salió de su habitación solo para ir junto a Rune. Al llegar se quedó observando el despacho de su padre porque aunque haya entrado varías veces le siguía pareciendo impresionante.
Todo era de madera y estaba rodeado de estanterías, justo en el medio estaba su escritorio con una silla de cuero negra, en una de las paredes había una gran chimenea decorada con algunas fotos familiares. Por último, en una de las esquinas había una puerta que daba a unas escaleras de caracol para poder llegar al segundo piso el cual estaba lleno de libros, desde esa posición se podía ver todo el despacho ya que había unas barandillas por donde te podrías asomar.
—Bueno siéntate hijo— dijo sentándose en su silla de cuero, Eros colocó frente a él.
—¿Te acuerdas de los tipos que nos intentaron robar un cargamento de armas?— preguntó mirándole.
—Si me acuerdo ¿Por qué?— preguntó con la curiosidad de un niño pequeño.
—Tenemos a uno de ellos retenido en el Vonts, quiero que lo tortures para que te vayas acostumbrando— explicó mirándolo cariñosamente. —Massimo y yo te estaremos vigilando, llevarás tu rostro oculto por precaución.
Asintió con la cabeza decidido, no tenía miedo.
—¿Y cuando vamos?¿Cómo me debo de vestir?— cuestionó con una sonrisa tierna en los labios.
—Vamos ya, te debes vestir todo de negro, la máscara ya te la daré yo, por eso no te preocupes cariño, ponte guantes también y si son de cuero mejor.
—Perfecto, no me tardo papá— se levantó haciendo un infantil saludo militar para luego salir del despacho y llegar su dormitorio donde empezó a prepararse para su primera tortura.
Se tardo poco en colocarse toda la ropa y estar completamente preparado, llamaron a la puerta, la abrió y se encontró a su padre vestido con un traje completamente negro.
—Me gusta como te queda la ropa Er— comentó Rune complacido.
—Gracias— le contestó algo avergonzado.
Caminaron al garaje de la mansión donde estaba Massimo apoyado en un todoterreno. Rune se dirigió a la pared del fondo del garaje, justo al lado de esa pared había una especie de armario donde había ruedas de repuesto, pues abrió ese armario y pulsó un botón que había escondido entre botes de gasolina.
Cuando pulsó ese botón la pared se había abierto dejando un gran hueco, dejando ver un largo pasillo por donde podían pasar perfectamente los coches, el suelo era de cemento pulido y las paredes de un tono gris oscuro, en el techo había luces que iluminaban perfectamente el camino.
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EROS - [DETRÁS DE MÍ] +18
RomanceEn la ciudad de Los Ángeles residía una de las organizaciones más influyentes de la zona. No dudaban en torturar ni matar a quienes tenían la osadía de meterse en su camino. The Ravens fué heredada por generaciones, era algo sagrado para la familia...