EROS - [DETRÁS DE MÍ] +18

⛓️20: Te quiero

Estaban terminando de arreglar el camino que llevaba al pozo, el liso césped creaba un camino rodeado de flores coloridas y algunos arbustos, aprovecharon algunas plantas con vida que todavía quedaban, algunos pétalos de flores blancas caían decorando así el camino.

—Wow, el camino quedó hermoso— habló Caleb admirando el lugar.

—Demasiado, me recuerda mucho a cómo estaba antes— murmuró Eros feliz con una gran sonrisa mostrando sus pequeños colmillos, algo que siempre caracterizó a su sonrisa.

—Rosse estaría orgullosa— habló Ana adentrándose  a la zona más difícil, el pozo, aunque ya lo dejaron bastante limpio ayer.

Comenzaron instalando las cuerdas del nuevo columpio amarrándolas fuertemente a la rama del hermoso árbol ya podado, solo tenían que regarlo y el tiempo se encargaría de darle nuevas hojas verdes llenas de vida. Colocaron el asiento de madera barnizada del columpio, le hicieron unos pequeños detalles como rosas grabadas en él, haciéndolo algo único.

La idea era transformar ese lugar en algo mágico y que le recordara a Rosse, para así poder tener un lugar digno donde poder recordarla y llorar por ella, aunque debajo de ese suelo no estaba ella y solo había tierra sin ningún indicio de que estuviera enterado lo que una vez fué una mujer fuerte y sin miedo, siempre entregada a los suyos y dispuesta ha hacer de todo con tal de proteger a su pequeña familia.

Luego empezaron a poner el nuevo césped por esa zona y plantar nuevos rosales, la hora de la comida ya había pasado por unos minutos, pero estaban tan concentrados y relajados arreglando el lugar que no se dieron cuenta hasta que Massimo llegó corriendo.

En la universidad...

Armando terminó su trabajo, suspiró con cansancio su cuerpo estaba agitado sin motivo y la cabeza le daba vueltas, creyó que con el paso de la mañana se reducirían esos dolores, pero sucedió todo lo contrario, empezó a intensificarse mucho más.

Caminó a paso lento al parking de la universidad, subió al coche empezando a conducir, Keoki le mandó un mensaje para avisarle de que ya estaban siguiéndolo, por lo que condució con tranquilidad.
Se apartó un poco de la universidad hasta que de un amplio callejón salió un gran camión, haciéndolo frenar en seco intensificando su dolor de cabeza.

Iba empezar a insultarlo mentalmente hasta que de ellos bajaron como diez hombres armados hasta los dientes, podía reconocerlos vestían igual que usando entraron a su casa, intuyó que esos eran los Sly. Se quedó congelado sin saber qué hacer, pronto reaccionó agachándose para esconderse debajo del volante, no quería que ninguna bala le diese, no sabía si lo aguantaría cuando su cuerpo lo encontraba tan mal.

De pronto apareció Keoki junto con sus hombres disparando a quemarropa a los contrarios empezando así un tiroteo que parecía no acabar, el pelinegro empezó a ponerse muy nervioso, no se acostumbraba a esto, él venía de una vida aburrida y monótona.