⛓️34: Casa

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Rune no paraba de dar vueltas nervioso por todo el despacho, hace casi una hora que salieron del despacho y no dan señales de que estuvieran bien, intentó comunicarse por radio pero no le daba señal, no podía comunicarse con los chicos, lo intentó...

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Rune no paraba de dar vueltas nervioso por todo el despacho, hace casi una hora que salieron del despacho y no dan señales de que estuvieran bien, intentó comunicarse por radio pero no le daba señal, no podía comunicarse con los chicos, lo intentó con su teléfono y el de Armando pero obtuvo el mínimo resultado.

Estaba pensando lo peor, miles de escenarios donde Eros o Massimo salían dañados o Elliot seguía sin aparecer, si les pasaba algo juraría que haría correr la sangre mucho más rápido de lo que tenía pensado y los asesinos de los Sly morirían de la peor forma posible.

Sus ojos se oscurecieron de una forma peligrosa, yendo su mandíbula y apretó los puños hasta que sus nudillos quedaron blancos, se clavaba sus propias uñas haciéndose algo de sangre.

Por su bien se sentó de nuevo en su sillón y cerró los ojos intentando tranquilizarse, pensaba en que esas ratas todavía no habían entrado por lo cual estaban más o menos a salvo.

Colocó sus dedos cruzados delante de sus labios y se apoyó en ellos, su pierna empezó a moverse de arriba abajo de forma inconsciente. Paró de hacer esa acción cuando escuchó un golpeteo en la puerta y una voz.

—¡Señor Black abra!— gritó Keoki.

Armando se levantó por Rune a abrir la puerta, ya que se le notaba nervioso, aunque no más que él...

No tener a Eros cerca lo inquietaba bastante, necesitaba tenerlo a la vista para saber que no se iría de su lado y lo abandonaría, necesitaba saber si se encontraba bien.

Keoki entró al despacho y miró hacia todas partes algo inquieto para luego clavar sus ojos en Rune.

—Señor, han cortado la señal, no nos podemos comunicar.

—Lo sé, me he dado cuenta— sentenció con cansancio.

—¿Todavía no regresaron el señorito Eros y Massimo?— comentó con extrañez en su voz pero se notaba cómo le temblaba.

—No.

—Amm estamos en un problema...— dijo rascando su nuca— Señor, los hombres de los Sly han conseguido entrar, están deambulando por la mansión.

—¿¡Cómo!?— gritaron los tres a la vez.

Armando rezaba en su mente para que las palabras que había oído no fueran verdad, si lo eran... no sabía qué hacer, estaban acorralados e incomunicados, sus manos temblaron y su vista fue directamente donde estaba Rune el cual lo miró de vuelta con su rostro ensombrecido.

Caleb miraba a los mayores buscando alguna señal en sus cuerpos para confirmar que esto era una broma de mal gusto, pero al ver sus rostros supo que no lo eran.

Se sintió culpable, si solo hubiera estado al cuidado de su hermano... esto no hubiera pasado, Elliot no se habría escondido en ningún lugar, Eros y Massimo estarían aquí mismo junto a ellos y no ahí afuera jugándose la vida.

EROS - [DETRÁS DE MÍ]  +18    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora