Hoy era martes por la mañana, Eros estaba en el despacho junto a Massimo planeando los últimos detalles del entierro de los padres de Caleb, sería uno normal como cualquier otro, Caleb no quiso saber nada ya que se pondría aún más triste, por lo que se lo encargó a ellos. Claramente iría al entierro de sus padres a darles el último adiós aunque no pudiese aguantar las ganas de llorar.
Mason recomendó de que no lo viesen, ya que gran parte de los cuerpos estaban quemados y si Caleb ve eso le causaría un trauma, a si que le harían caso si no querían ver a al rizado desmayado.
El castaño estaba en su dormitorio poniéndose un traje negro para el funeral, mientras se vestía no podía parar de llorar, estaba tan destruido que tuvo que dejar a Elliot a cuidado de Ana.
Se paró frente al espejo viendo su reflejo, sus ojos estaban rojos e hinchados, lágrimas secas posaban en sus mejillas que se iban renovando con las nuevas que salían de sus brillantes ojos, tenía la mirada perdida, él no dormir le estaba afectando tanto mentalmente como físicamente, se sentía como si lo acabaran de atropellar, bajó sus ojos posaban unas notorias ojeras que intentaba tapar con algo de maquillaje.
Frente a los demás podía aparentar no parecer afectado, pero no se podía engañar a él mismo, se sentía deprimido y sin ganas de salir de estas cuatro paredes, si por él fuera se encerraba y no saldría nunca más, pero debía hacerlo por Elliot y no decepcionar a Eros, le prometió que saldría adelante sanamente sin hacerse ningún daño, y lo intenta, pero cada día siente más ganas de hacerlo, el paso de los días no curaban su dolor, era todo lo contrario aumentaban al notar más la ausencia de sus padres.
No estaba bien mentalmente, y lo sabía, Eros ya le informó que mañana iría directamente hacia el psicólogo, y lo agradecía de verdad, porque si volvía a la mansión quedándose solo en la habitación podría hacer una locura de la cual se arrepentiría más tarde.
Una vez listo se acomodó sus rizos, dirigió sus pasos a la cocina donde suponía que estaría su hermano, se encontró a Ana ordenando todo mientras tarareaba una canción que desconocía.
—¿Ana y mi hermano?— preguntó al no ver a ese renacuajo por ningún rincón.
—Con Massimo en su habitación, creo que se ha encariñado de Elliot— comentó feliz mientras seguía tarareando.
Dirigió sus pasos de nuevo a las escaleras hasta que llegó frente a la puerta del rubio, llamó suavemente a la puerta.
—Adelante— se escuchó desde adentro.
Abrió la puerta con cuidado encontrándose a Elliot tirado en la alfombra jugando con un coche mientras Massimo miraba unos papeles seriamente.
Levantó la vista de los papeles encontrándose con Caleb.
—¿Pasa algo rizado?— preguntó mirándolo fijamente a los ojos, acción que le creó nerviosismo.
—Estaba buscando a mi hermano— respondió jugando con sus dedos.
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EROS - [DETRÁS DE MÍ] +18
RomanceEn la ciudad de Los Ángeles residía una de las organizaciones más influyentes de la zona. No dudaban en torturar ni matar a quienes tenían la osadía de meterse en su camino. The Ravens fué heredada por generaciones, era algo sagrado para la familia...