⛓️18: La llamada

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—Dime cómo quieres hacerlo— respondió Eros

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—Dime cómo quieres hacerlo— respondió Eros.

—Muy bien, vendrás a la ubicación que te he mandado completamente solo y no quiero que lleves ninguna pistolita, como hagas alguna gilipollez te matamos a tu amiguita y después a ti— amenazó severamente, pero el peliblanco ni se inmutó.

—¿Y bien?

—La ubicación te llegará ahora, te quiero aquí en media hora, si no apareces ya sabes lo que pasa.

—Ujum ¿Algo más?— preguntó levantando su ceja.

—Que espero verte maldito crío...—susurró antes de colgar.

Eros se desplomó sobre la silla, sus venas estaban a punto de explotar de la rabia, echó su cabeza hacia atrás frotándose el rostro.

—Eros, esto es un suicido...— comentó angustiado.

—¿Y qué hago? no quiero que muera nadie inocente— habló con un deje de duda, arriesgaría su vida por cualquier persona pero...
Lea le caía muy bien, y eran amigos, pero siendo sincero no se arriesgaría tanto por ella, es una persona que no conocía desde hace mucho, pero si muriera se le quedaría en la consciencia, ella no hizo malo "Es inocente Eros" re repitió una y otra vez mentalmente, ya que la parte oscura de su mente le estaba susurrando cosas.

Sacudió su cabeza y le dió un puñetazo a la mesa con rabia, Massimo que estaba metido en sus pensamientos se sobresaltó por el repentino golpe, miró a Eros quien apretaba sus puños con fuerza.

—Eros, no lo hagas— suplicó.

—No voy dejar a morir a nadie inocente— habló convencido, aunque sus palabras parecían que se las decía a él mismo para convencerse.

—Lo sé, cómo te pase algo te juro que...— infirió entre dientes con la mandíbula tensa.

—Tranquilo, todo saldrá bien, ya verás— murmuró apretando el hombro del rubio.

—¿Y si no? ¡Todos nos vamos a volver locos! Sobre todo tu padre, él no aguantaría más muertes en su familia, pensemos algo estamos a tiempo, pero no te entregues aunque tengas el localizador

Frotó su rostro mientras se agarraba de los pelos, no sabía qué hacer, estaban en una encerrona, y en una bastante gorda.

—Tengo que ir— sentenció haciendo el ademán de levantarse de la silla, Massimo lo sentó de nuevo rápidamente.

—No, no te vas a arriesgar por alguien que no conoces ni desde hace tres meses— se exaltó mirándolo con los ojos abiertos.

—Pero es inocente— murmuró mirándolo con los ojos brillosos.

Eros hoy no se sentía bien, sobre todo mentalmente, sentía que su cabeza iba a explotar, tenía la mente saturada de recuerdos con su madre, de su infancia, cómo era su vida antes... daría lo que fuera para volver a esos tiempos donde solo era un niño inocente que siempre se inventaba una excusa para dormir en la misma cama de sus padres, eran tantas tocas que en ese momento eran normales y no les daba mucha importancia, ya que siempre creía que ellos siempre estarían para cuidarlo.

EROS - [DETRÁS DE MÍ]  +18    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora