⛓️24: Nueva información

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Durante la noche Eros no paraba de pensar en las palabras de Yilmaz y el correo misterioso, intentaba pensar en algo coherente, pero ahora mismo nada lo era

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Durante la noche Eros no paraba de pensar en las palabras de Yilmaz y el correo misterioso, intentaba pensar en algo coherente, pero ahora mismo nada lo era. Pasó prácticamente la noche en vela descansando lo mínimo.

Estaba preocupado, no sabía qué creer, también estaba confundido debería de hablar con su padre urgentemente y también con Massimo, pero con este estaría más distante por lo que hizo anoche, no le gustó su actitud, y tampoco le gustó que lo obligara a hacer cosas y que tampoco le dejaran su espacio.

Nada más levantarse se dirigió al dormitorio de su padre lo más rápido posible no sin antes avisarle a Armando.

—Hey— susurró sacudiendo sus hombros, pero este seguía en un sueño profundo sin percatarse del llamado —Ya empieza la maldita roca que no se despierta ni aunque haya una bomba— se quejó resignado.

Sonrió con malicia mordiéndose el interior de la mejilla, no le quedó más opción que acercarse a su oído y gritarle unas bonitas palabras.

—¡Despierta ya!

Armando se sobresaltó al escuchar ese grito en su oreja, rápidamente abrió los ojos viendo la mirada maliciosa del menor.

—Eros, no me despiertes así que algún día me da un infarto...

—Ya sabía yo que te tenía que comprar un marcapasos y pastillas para la tensión, estás viejo acéptalo Armando— se burló levantándose de la cama.

—Y a tí un bozal— contraatacó.

—¿Me estás llamando perro? Pues si, lo soy— respondió rebuscando ropa en su armario, lanzó al aire las que no quería y le caían encima al ojiverde el cual no paraba de quitarse las prendas de encima

—¿Puedes parar de tirarme ropa?— preguntó cuando ya había una montaña de ropa en la cama.

—Es que no encuentro la pistola dorada...— murmuró preocupado —¿Sabes dónde está?

—No, ¿Para qué la cogería?

—Para metértela por el culo no sé— susurró mientras seguía rebuscando en la zona por donde la había dejado.

—No me van esas cosas, gracias— habló doblando la ropa.

Eros se dió la vuelta lentamente mirándolo mal.

—Tampoco me mires así hombre...— añadió el pelinegro divertido.

—Vete a la mierda— susurró con odio mientras seguía buscando la pistola.

—Si es contigo acepto.

—Ar céntrate, esto es un tema serio, no encuentro la maldita pistola, no te me pongas romántico tan temprano porque yo solo quiero tirarme de un puente ahora mismo.

—También me tiraría contigo, ¿Pero sabes que?, no puedo tengo la escayola.

—Oye ya— se quejó Eros entre risas —Necesito hacer drama.

EROS - [DETRÁS DE MÍ]  +18    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora