Lo estaba destruyendo poco a poco, su alma se quebraba cada vez más. Prometió ser fuerte y de verdad lo intentó, pero en su vida no estaba escrita la palabra "felicidad" eso se terminó cuando su madre murió.
Cada día su corazón se iba ensombreciendo cada vez más, no sentía otro sentimiento que el miedo a ser violado de nuevo, sus lágrimas se volvieron su mejor aliado, cada noche soñaba con estar entre los cálidos brazos de Armando pero cuando despertaba la realidad lo golpeaba fuertemente recordándole su lugar.
Estaba decidido a clavarse ese trozo de cristal en el abdomen y desangrase solo en una esquina de la oscura habitación. Pero también tenía miedo de eso ¿Y sí Trevor lo descubría? Sabía que su estancia se volvería más larga y denigrante.
Los Slovike solo quieren ver sufrir a su padre y lo están consiguiendo ¿Cómo estará? Seguramente lo estaría buscando como loco, de eso no tenía duda...
Debajo de sus hermosos ojos se posaban unas profundas ojeras, su cabello le había crecido un poco mostrando así unos milímetros de su cabellera negra. Estiró sus brazos para verlos mejor, estaban hecho un desastre, llenos de cortes y sangre seca al igual que todo su cuerpo.
Le repudiaba tener chupetones y marcas de sus asquerosas manos, pero no podía hacer nada por impedirlo. Se había rendido definitivamente, no había manera de que lo salvaran, y aunque lo hicieran tendría muchos traumas que tardaría años en superarlos, o quizá nunca lo hiciera.
Había visto vídeos de su madre sendo violada para que después la mataran con un tiro.
Lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, nada raro en esta última semana, su respiración comenzó a acelerarse y su nariz se taponó haciendo que no pueda respirar correctamente. Agarraba aire por la boca.
Necesitaba salir, aunque fuera un segundo, se asfixiaba ahí metido, necesitaba ver la luz del sol, los pájaros piar y las nubes flotando, no pedía nada más.
Las paredes con cada minuto que pasaba se le hacían más pequeñas, al igual que su existencia, ahora mismo no valía nada, era un trozo de carne, un juguete destrozado.
Se tumbó despacio apoyando su cabeza en la almohada, no soportaba estar más tiempo sentado.
Agarró su cabeza con las manos para intentar frenar las constantes punzadas.
No comía ni bebía desde ayer, tampoco se podía levantar de la cama ya que tenía una cadena amarrada a su tobillo, quería ir al baño y clavarse ya ese maldito cristal.
Cuando Trevor descubrió lo que hizo en el baño lo apalizó y violó hasta satisfacerse, con un trozo de cristal le hacía cortes, también le rompió la muñeca izquierda, la cual estaba algo hinchada y morada.
Soltó un bufido y se acomodó entre las sábanas esperando a que su depredador volviera.
Se puso a pensar en la necesidad de los humanos en sentirse más poderosos que los demás ¿Para qué querían serlo? Todos éramos insignificantes, un grano de arena que solo pasaba por el mundo de paso, si mueres pocas personas te recordarán y con el tiempo se terminarían olvidando...
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EROS - [DETRÁS DE MÍ] +18
RomansaEn la ciudad de Los Ángeles residía una de las organizaciones más influyentes de la zona. No dudaban en torturar ni matar a quienes tenían la osadía de meterse en su camino. The Ravens fué heredada por generaciones, era algo sagrado para la familia...