⛓️29: El poder

1K 86 66
                                    

El día estaba lluvioso, Eros nada más levantarse pudo ver las gotas de agua caer por la ventana y escuchar el constante golpeteo que de alguna forma lo relajaba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El día estaba lluvioso, Eros nada más levantarse pudo ver las gotas de agua caer por la ventana y escuchar el constante golpeteo que de alguna forma lo relajaba. Desde su cama miró el cielo gris cubierto de nubes, se sentó cubriéndose con las sábanas, encogió sus piernas hasta dejar las rodillas pegadas a su pecho, apoyó la cabeza en estas y siguió mirando a la ventana.

Soltó un suspiro recordando el día de ayer, se sentía pleno y la tranquilidad estaba instalada en su cuerpo, no sabía porque de repente se sentía así, siempre estaba tenso, pero ahora... estaba relajado.

No sabía el porqué de su actitud, pero le agradaba, quizá fuera la lluvia, quizá fuera porque le dijo a Armando lo que realmente sentía, no lo sabía pero no quería descubrirlo, quería disfrutar de ese momento. Cerró los ojos notando la calidez de la habitación y del cuerpo que dormía a un lado, no pudo evitar poner una leve sonrisa en el rostro, pero no era de felicidad, si no de tristeza.

Saber que nunca tuvo el amor ni apoyo de sus padres lo dejó algo tocado, estaba demasiado bien a simple vista, pero nunca sabría lo que pasaba por aquella cabeza.

Se puso a pensar en su familia, en lo afortunado que era por tenerlos, por tener esa infancia tan maravillosa pero que alguien quiso romper por codicia. Sabía que estaba en una situación complicada, por una parte estaba su padre el cual seguía lamentando la muerte de Rosse, Caleb teniendo que soportar la muerte de sus padres, y por último Armando y su pasado tormentoso que lo persigue.

Al igual que a él.

Por mucho que quisiera alejar el pasado y vivir el presente, no podía, siempre había algo que le hacía avanzar un paso y retroceder cuatro, era un círculo vicioso del cual no podía salir hasta descubrir la verdad. Quería ayudar a que todos estuvieran bien, pero por mucho que quisiera hacerlo no le sería posible, quizás podía aportar su grano de arena, pero hasta que él estuviera bien no podría hacerlo.

Recostó la cabeza en el cabecero de la cama y ladeó su cabeza para ver al ojiverde dormido, le acarició la cabeza hasta que un estornudo le interrumpió.

—¡Achuu!— estornudo agarrando un pañuelo de su mesita de noche para sonarse los mocos —Que asco...

Miró de reojo el libro que tenía a medio leer, lo cogió para empezar a leer un rato, cuando pasó media hora decidió dejar de leer.

Dejando su malestar del resfriado a un lado, agarró su móvil para jugar un rato, no tenía nada que hacer y no quería despertar a Armado. Mientras jugaba a una partida de Clash Royale le vibró el móvil informando de que le llegó una  llamada.

—Mataré a quien me haya llamado, le odio.

Pero al mirar el nombre puesto en pantalla se dijo a sí mismo que su anterior frase no era tan descabellada, de hecho le agradaba la idea.

—¿Si, quién es?— preguntó lo más amable que pudo.

—¿No me tienes agendada? Eso está muy mal...— habló una alegre Lea.

EROS - [DETRÁS DE MÍ]  +18    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora