CAPITULO XXI

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Osiris

N..no entiendo, ¿como pasó todo esto? ¿Como fue que termine así?.

¿Porque me hizo esto? ¿Porque dijo lo que dijo? ¿Porque?.

No entiendo.

Siento las lágrimas calientes rodar sin cesar mientras escucho la respiración de él, ¿Como puede dormir tan tranquilo después de lo que hizo?.

Me tiene envuelta en sus brazos, pero hoy en vez de confort o quizás paz, solo siento rabia...

Dolor...

Pena...

¿Porque lo hizo? ¿Quien es este Jael? ¿Que pasa si siempre fue así? ¿Que pasa si todo fue un engaño?

Me siento tan confundida y con dolor en mi alma.

Después de lo que para mí fueron horas que quizás fueron minutos, me aseguro que esté bien dormido y quito suavemente sus brazos de mi.

La habitación está a oscuras, a penas entra luz en la habitación por las cortinas que no están del todo cerradas de las ventanas, me siento y mientras lo hago siento sus fluidos mezclados con los míos bajar por la gravedad.

Siento tanto... Asco.

¿Porque me hiciste esto? ¿Acaso no me amas?

Se lo pregunto en silencio mientras lo observo dormir, sus ojos, todos vacíos, me dieron tanto miedo, sus palabras tan duras, sus acciones tan frías.

Debo agradecer que no me lastimara, pero honestamente todo lo que hizo me dolió.

Me siento...usada.

Me inclino un poco en busca de mi ropa interior, bueno, lo que quede de ella, sé que la puerta está con seguro y que la tarjeta con la que abrió está en su pantalón en lo que parecía ser la sala, es la sala más grande que he visto.

Me levanto intentando no hacer ruido y me paralizo al escucharlo gemir y buscarme entre sueño, al menos eso es lo que parece, abraza la almohada en la que estaba y se vuelve a quedar quieto.

Necesito salir de aquí.

Una vez que diviso mi brassier me lo pongo en silencio, mientras limpio mis lágrimas con rabia ¿Acaso no dejaré de llorar?.

Encuentro lo que queda de mi interior, pero en mi mochila tengo otro, al igual que una parada de ropa nueva para cambiarme, porque sabía que no regresaría a casa temprano. Ahora la necesito, porque la ropa que traía me da repelús es ente momento.

Con solo el brassier puesto, abro la puerta de su habitación lentamente y salgo y la cierro sin hacer ruido.

Me guío por las luces de la ciudad que ingresan através de la cortina y me dirijo a otra puerta cerrada y la abro, es una habitación vacía, pero lo que me importa es el baño.

Me dirijo al baño y evito mirarme al espejo, no necesito nada que confirme algo que ya se, estoy hecha un desastre.

Me quito el brassier e ingreso a la ducha en automático y abro la llave.

El agua sale fría y la verdad, no me importa, solo quiero ir a casa.

Uso un jabón nuevo, huele a él y en este momento me fastidia, por lo que dejó de usarlo y restriego mi piel lo más que puedo, lavo entre mis piernas intentando borrar sus huellas al igual que lavo entre mis nalgas, no tuve más remedio que usar su jabón para hacerlo, ya que soy fiel creyente que el chiquito hay que lavarlo con jabón.

¿ME ODIAS?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora