CAPITULO XIII

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Jael

¡Por fin, a llegado el jodido día!

Me levanto con ánimo de mi cama

¡Por fin dijo que si!

Lo que tanto he anhelado

¡Por fin lo haré realidad!

Esto ha mejorado de manera significativa mis espectativas al respecto.

Seré su primero y si todo sale como planeo el último, por obvias razones no será ella la única para mí, pero, quiero darle la satisfacción de que crea que me tiene. ¡Que soy su príncipe, definitivamente soy el mejor, los chicos no me creerán cuando se los diga!.

Me levanto con ganas y me dirijo al baño, ya cuento las horas para tenerla entre mis sábanas y gimiendo mi nombre.

Al lugar que pienso llevarla está algo retirado, es mi lugar predilecto por excelencia, allí llevo a mis compañeras de cama de paso, y cómo ella no sabe de esto estoy muy conforme.

Después de ducharme y cambiarme adecuadamente, voy en dirección a la cocina a esta hora ya toda la servidumbre está en sus puestos de trabajo cumpliendo su deber como debe ser.

- Buenos días, llama a la finca y dile al encargado que tenga preparada la casa para mí, en horas de la tarde estaré llegando al lugar y no quiero errores, ¿Soy claro? - le pregunto a la empleada que se encuentra en la cocina, no se quien es, ni me importa saberlo, es joven, rubia y delgada, con lindos ojos, lástima que sea sirvienta pero bueno, que más le puedo hacer.

- Si joven - me responde y se va

Ya con todo preparado, para matar el tiempo me dirijo a casa de Fer, este día tanto Demian como Killian están ocupados y dirigiéndose a otra parte del país por cuestiones de negocios familiares respectivamente.

Salgo de casa y me dirijo a mí bebé, no me preocuparé por cuestiones de comprar condones o alguna chuchería para hacer interesante la velada ya que esa casa está equipada con todo lo que pudiera necesitar.

No por nada es el lugar al que llevo a mis putas ¡Si esas paredes hablarán!

Con una sonrisa enciendo el auto y me alejo de mi mansión mientras que escucho en la radio la canción de Coolio - gansta paradise. Es una canción buena. No lo niego.

Tras 45 minutos de puta carretera logro divisar la mansión del nerd del grupo. El pequeño Fer.

Una vez ubicado en el puesto de parqueo que tiene su mansión, me dirijo hacia la puerta y toco el botón del timbre.

Suena el típico sonido de "Ding Dong" de esta casa y en un tono bastante exagerado de volúmen, pero es entendible ya que la casa es inmensa y es necesario que se pueda escuchar.

Me abre la puerta la ama de llaves que ellos tienen, es una mujer bajita con grandes lentes que parecen cola de botella, ya que hace que sus ojos se vean exageradamente grandes, dándole un aire cómico a su rostro.

- Buen día joven Johnson, el joven lucifer lo espera en la sala de juegos, ¿Desea que le sirva algo para tomar? - Me dice de forma muy amable y con su pequeña sonrisa en el rostro.

- Buenos días Loretta, no, muchas gracias, si se me ofrece algo Fer se lo hará saber más tarde. - Le digo mientras le sonrío.

Ella se retira después de aceptar mi respuesta, la veo dirigirse en camino hacia la cocina, mientras yo me dirijo hacia el cuarto de juegos que tienen en casa.

Y vaya que es su cuarto de juegos

La habitación está equipada con una pantalla plana que casi abarca la pared completa y tiene frente a esta unos cómodos sillones que hace la perfecta función de cine en casa.

¿ME ODIAS?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora