CAPITULO XXIV

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Osiris

Me duele...

Todo lo que estás haciendo, me duele Jael.

¿Como fue que me equivoque tanto con él?

¿Sería capaz de hacer algo tan bajo como eso?

¿Sería capaz de lastimarme a través de las personas que amo?

Lo ví tan determinado, que me dio miedo verme através de sus ojos, nunca lo había visto de esta manera, con esas intenciones tan frías.

Ahora no entiendo nada.

Me acerco y le pongo todos los seguros en la puerta, mientras escucho su auto alejarse, me siento tan derrotada que simplemente me deslizo sin fuerzas por la puerta hasta que siento el frío piso bajo mis nalgas.

Después de lo que parece ser una eternidad, mi llanto empieza a cesar y hay una duda que ronda en mi cabeza.

¿Como llegó a tener las llaves de mi casa si las únicas que las tenemos somos mis amigas, mi mamá y yo?

Espera un minuto...

Me levanto y me acerco a la mesita cerca de la entrada.

Esas son las llaves de mi mamá.

Corro y empiezo a subir las escaleras mientras limpio las lágrimas de ruedan por mis mejillas.

No puedo evitar imaginarme lo peor, ya que, si fue capaz de decirme todas esas barbaridades, ¿Como no podría hacerle algo a mi madre?

Entro a mi habitación y de inmediato busco mi teléfono, una vez que lo encuentro, busco entre mis contactos el teléfono de mamá, la verdad no me demoro mucho porque son pocos mis conocidos.

La empiezo a llamar a mamá.

Con cada sonido del timbre, más me desespero.

¿Como pudo tener las llaves de mi madre?

- ¿Aló? Hola mi diosa ¿Como estás? ¿Que tal estuvo la sorpresa de Jael, pensé que se desocuparían más tarde? ¡Cuéntamelo todo! ¿Que fue lo que te dio por sorpresa?.

Como siempre empieza a hablar de manera incontrolable y casi sin respirar y eso me da tanta paz.

No le hizo nada, está bien.

La escucho hablar toda emocionada de la "sorpresa" de Jael, sonrío con tristeza mientras la escucho, como es posible que él sea así y no me haya dado cuenta.

¿Como no me di cuenta?

Después de casi media hora de escucharla emocionada por todo y nada, nos despedimos, pero nunca le pregunté en donde estaba.

La puta madre.

Decido tranquilizarme porque no me voy a deshacer en llanto, me tomo una ducha Una vez más y decido dejar fluir mi tristeza con el agua, después de lo que fueron para mi segundos en la ducha, salgo por qué el sonido de mi teléfono me saca de la ensoñación.

Me acerco a la mesa de descanso cerca de mi cama y veo el nombre de quién me llama.

¡Maldito seas! ¿Porque me hostigas así?

Y dudo si contestar o no, pero me da miedo no hacerlo.

Lo creo capaz de hacer lo que dijo que haría si decido huir ahora, así que por ahora, bailaré como quiere que baile.

Lo tomo y abro la la llamada y escucho su voz.

-¿Ahora que diablos quieres Jael? - Le digo con toda la rabia que puedo soltar através de mi boca.- ¿Porque tan enojada? Creo que no haz entendido aún, pero eso es algo que voy a arreglar más tarde. Voy a hacer esto de nuevo ¿Okay?, Listo. Hola mi hermosa mujer, te llamo solo porque quería saber que decisión habías tomado y me alegra saber que hayas tomado la decisión correcta, quiero que te pongas bella, esta noche pasaré por ti, vamos a pasarla en mi departamento y serán como unas vacaciones para los dos, ya sabes, para empezar de cero y limar asperezas, de tu madre no te preocupes, yo me encargo de ella, tú solo ponte bonita para mí, eso sería todo.

¿ME ODIAS?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora