CAPITULO III

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Osiris

Los días han pasado rápido y sin ninguna eventualidad, ya estamos viernes por la mañana y hoy tengo que responderle a Jael sobre la salida, se escuchan rumores en la escuela de qué es todo un galán conquistador y al parecer su encanto tiene porque siempre lo veo acompañado, siempre.

Pero eso es algo que no me debe importar, es lindo y eso no se lo puede negar, pero bueno.

Son exactamente las 6:30 de la mañana ya se siente el olor del desayuno que está preparando mamá, no es por nada, pero esa mujer cocina delicioso, aunque hay cosas de nuestra tierra natal que aquí no se consiguen fácil, pero mi mamá se las arregla de maravilla.

- ¡Osiris! Ya es tarde...- la melodiosa voz de la señora Dalia se hace oir.
- ¡ya desperté ma!- le respondo - ¡Baja pronto que el desayuno se te va a enfriar!- estoy segura que recién los acabo de servir y aún así exagera.

Me levanto de la cama y voy al baño de mi cuarto, es bastante cómodo y espacioso ¡Amo mi jodido baño! Abro las llaves y cuando el agua está lo suficientemente caliente me meto y empiezo mi ritual de limpieza, 15 minutos más tarde ya estoy saliendo del baño y poniéndome mi uniforme, ya lista bajo y veo la mesa llena de huevos revueltos, patacones y una gran taza de leche con chocolate y batido de aguacate ¡Delicioso!

- ¡Buenos días y buen provecho para la mujer más bella! - le digo a mamá mientras le dejó un beso baboso en su mejilla ya que ella ya está desayunando en su uniforme, se la ve tan linda en ese uniforme y no lo digo porque sea mi madre, ella es linda por naturaleza.

- Buenos días para mí diosa, ¿como amaneciste amor? - pregunta mamá una vez que empiezo a desayunar - muy bien ma y ¿tú?- le pregunto de regreso - muy bien mí diosa, hoy no estaré en casa temprano, tengo que hacer las compras antes de volver a casa, así que una vez regreses, cierras todo, comes y haces la tarea, aunque siendo viernes puedes hacerlos mañana y diles a las chicas que vengan con sus mamás el sábado por la tarde para hacer una parrillada entre nosotras- mamá se lleva muy con las mamás de Cris y Adri, bueno, fueron las primeras personas en acercarse cuando llegamos a este vecindario, es muy agradable el vivir aquí, todos son realmente agradables.

Después de comer el delicioso desayuno que mamá preparo, me cepillo los dientes y recojo mi maleta para ir a clases.

- Ya me voy ma, te amo y ten un gran día- me despido de mi madre - Que te vaya bien mí diosa y pórtate bien, nada de golpear a nadie - dice con una gran sonrisa, no digo nada más que girar los ojos sin que me vea, esa mujer tiene un carácter.

Ya afuera voy en camino hacia  la parada del autobús, en el transcurso veo a mis bellas amigas y después de saludarnos y abrazarnos como si no nos hubiéramos visto hace mucho llega el autobús.

Antes era un poco raro para ellas el saludarnos así ya que aquí no suelen saludar de beso o abrazo a los amigos, fue nuevo para ellas y para mí.

Una vez en la escuela hablamos el poco tiempo que nos queda antes de entrar a clases, ya con el sonido del timbre me despido y me voy a mi clase.

La mañana pasa sin muchas novedades, todo tranquilo en lo que cabe, ya en el receso antes de poder encontrarme con mis amigas, veo como se me acerca con pasó tranquilo Jael y con su sonrisa coqueta que recién me doy cuenta que tiene.

- Entonces ¿si saldrás conmigo el domingo?- pregunta de manera directa - mmm... Hola para ti también, yo estoy bien gracias, espero que también tú - respondo con una sonrisa - si, eso, ¿Si saldremos el domingo? - me vuelve a preguntar con una sonrisa en su rostro intentado ocultar el fastidio, aunque me he dado cuenta.

¿ME ODIAS?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora