CAPITULO XXIII

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Jael

Me está ignorando...

Esa perra me está ignorando....

Ya ha pasado una semana desde que la discipline y al parecer le gustan las cosas difíciles.

¿Acaso no fui claro aquella vez? ¿Quizás es más tonta de lo pensé?

No puedo creer que el que no me hablara me afectaría tanto, no pude ni concentrarme cuando estuve con Trix a pesar de todos sus esfuerzos, solo pensaba en ella, en la puta marginal que decidió no escucharme, ni atenderme, ni leer mis putos mensajes!

Queria llevarla a pasear porque sabía que me había excedido un poco con el castigo... Es decir, con cabeza fría y con los consejos de mis amigos pude reaccionar y si me pasé un poquito.

Y cuando quería disculparme sinceramente por primera vez en mi vida, la perra me ignora y no me habla, me evita como la peste y me deja solo!

¡La muy perra!

Y aquí estoy yo, con un puto psicopata desde mi auto viéndola por su ventana poniendole crema a ese delicioso cuerpo que tiene y que en mi soledad puedo admitir, he extrañado tanto.

¿Como puede ser posible que solo verla ponerse su aceite me excite tanto?

Espera un minuto... Si yo puedo verla, eso significa que los demás también pueden.

¡Maldita sea mi suerte y esa mujer!

No puedo bajar del auto porque de inmediato me reconocerían, ya es suficientemente sospechoso el hecho de que un auto que nunca han visto este estacionado en la esquina de la casa de la marginal desde la madrugada y no se haya movido.

¡Si mis amigos vieran mi lamentable estado, sería el hazme reír del grupo, puta Osiris!

Pero aquí estoy, observándola, sin poder despegar mis ojos de ella, deseando poder olerla una vez más, hacerla mía de nuevo, escucharla gemir mi nombre una y otra vez, con su vocecita agitada pidiéndome más.

¿¡Como puede ser que la este extrañando así de esta puta manera, cuando solo es un puto juguete!?

¿Que fue lo que me hiciste maldita perra?

¿Como puede estar tan tranquila así, poniéndose crema, salir con sus perras amigas y actuar como si nada, mientras yo me estoy muriendo?

¿Acaso no siente nada por mí? Es decir, pensé que me amaba, que la tenía sobre la palma de mi mano y ahora actúa así, no es lo que esperaba.

Pensaba que la vería miserable, llorandole al teléfono mientras veía mi número en su pantalla, pero cuando la llamo y la observo de lejos, lo que hace es ¡Mirar el maldito teléfono, torcer los ojos y guardarlo, incluso llega a pagarlo, cuando le timbro más de una vez!

Esas veces me han dado ganas de ponerla sobre mí y marcar sus bellas nalgas con mis manos de lo fuerte que la golpearía.

Quizás en su mente reducida cree que esto se terminó, pero quien decide eso soy yo, no ella, esto se terminará cuando yo lo diga y así tenga que retenerla a la fuerza, ella seguirá siendo mía.

Ya puedo ver la cara de burla de Fer, lo detesto.

¡Maldita seas Osiris!

Tengo que buscar la manera de hablar con ella, debo saber sus puntos débiles y retenerla desde allí.

Enciendo el auto y me voy a con toda la ira que corre en mi sangre y regreso la mirada a esa puta ventana que ya me se hasta el tipo de madera por la cual fue hecha una última vez, tengo que arreglar esto como sea.

¿ME ODIAS?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora