CAPITULO XXVIII

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Jael 

Esta semana no pudo empezar más aburrida.

-Cómo pueden observar en las gráficas, nos podemos dar cuenta que nuestras ventas como ingresos han incrementado de manera optimista en los últimos tres meses, desde que se ha tomado la decisión de incursionar en la expansión de mercado. El haber invertido tanto en la hotelería, al igual que en centros de recreación para adultos ha sido contrario a lo que se pensó en un principio en un muy buen movimiento-  Escucho mientras un secretario del área de contabilidad muestra las estadísticas en la reunión general que tenemos en mi empresa, si me lo preguntan lo más aburrido en lo que he podido participar.

Pero simplemente no puedo faltar porque si, lastimosamente.

Esta fue una reunión extraordinaria que decidieron tener los demás inversionistas de mi empresa para saber como iba todo, ya que, al principio no les pareció todos los cambios que estaba haciendo en los distintos departamentos que hay aquí.

Como que no les sentó bien que despidiera a ratas innecesarias y buenas para nada de mi empresa, en especial si lo único que hacían era esperar las bonificaciones que la empresa les daba sin dar siquiera el mínimo de esfuerzo en sus labores a cambio.

No es que me importe lo que piensen pero lastimosamente cuando padre se hizo de está empresa, también se apoyo de este montón de papanatas que de cierta manera le fueron de apoyo en su momento.

Lo que quiero hacer de esta empresa ahora es más que todo una hermandad para todos nosotros y eso no va a ser posible si tenemos pasas arrugadas en nuestro entorno.

Junto con mis amigos hemos intentado comprarles sus partes para que la empresa pase a ser una hermandad y aunque la mitad de ellos nos han colaborado porque les hemos dado un buen pedazo, los más antiguos no se han dejado convencer.

Si me lo preguntan no se si es un movimiento estúpido de parte de ellos o no.

Pero Damien dice que los dejemos ser por el momento y pues aquí estamos, escuchando un resumen de cosas que ya mis hermanos y yo sabemos de memoria, porque lo que más cuidamos son nuestros negocios.

Después de casi tres horas de incesante parloteo por parte de los viejos de la junta y de que nos dieran el visto bueno para seguir haciendo lo que estamos haciendo. Cada quien toma su camino para irse.

Como si necesitáramos sus bendiciones.

Junto con Damien y Kaleb nos dirigimos a mi oficina, Fer no pudo asistir porque en este momento esta lidiando con la loca de su madre que al parecer no quiere soltar al pobre padre de sus garras ni por lo enfermo que está deja su manera toxica de ser, si bien Fer nos pidió no intervenir, creemos que ya va a ser tiempo de que hagamos algo al respecto, no es la primera vez que sucede algo como eso.

El tiempo está pasando y no estamos  viendo ningún cambio.

-¿Cuando va a ser la reunión con los antiguos propietarios del hotel dorado que vamos a comprar?- Pregunta Kaleb mientras se sirve un vaso de wisky y se sienta en el sofá.

-No estoy seguro, creo que hoy por la tarde, en el restaurante de Fer.- Dice Damien mientras revisa su teléfono, después de hacerse cargo de el negocio de su familia, ha madurado de una manera significativa, es decir, ya no esta todo el tiempo sin hablar, ahora se comunica más y eso ya es algo bueno.

Después de media hora de consideraciones de nuestra parte decidimos que los que irán a esa reunión serán Fer y Kaleb, yo no tengo animo de ver la cara de esos viejos y Damien tiene un nuevo cargamento de armas que distribuir, por lo que quedar de esa manera se me hace una muy buena idea.

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