Capítulo 25

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Tres meses después...

Frank iba saliendo de un nuevo día laboral. Llevaba cerca de dos meses trabajando en NY en una empresa constructora, en la que requerían ingenieros como él. Vivía cerca de ahí, por lo que caminaba a diario hasta el cómodo departamento que podía pagar con el sueldo de la entidad, el cual era bastante elevado para lo que estaba acostumbrado.

Buscó dentro de su chaqueta un cigarro, encendiéndolo y yendo hacia el supermercado, pues había recordado que no tenía nada para comer. Podría haber pasado a un restaurante o haber pedido comida a domicilio, pero estaba aburrido de eso, prefería intentar cocinar algo.

Comenzó a revisar su celular, mientras se acercaba a la tienda, descubriendo que tenía muchos mensajes de su prima. A diario Daniela le enviaba muchos videos y fotografías del pequeño Christian, quien a sus tres meses de vida dejaba en claro que era más Way que su propio padre, pero también mucho más encantador, lo cual debía venir de los Iero. Además de las conversaciones de su prima, tenía un par de más con Gerard y otra con Jamia; su amigo le contaba las cosas desde su perspectiva, adelantándole que se quería llevar a vivir a su incipiente familia con él, sólo estaba buscando el momento para concretar; mientras que la chica le recordaba a diario cuánto lo extrañaba y cuánto lo quería.

Entró al supermercado, tomó un carro, empezando a recorrer los pasillos, pensando en qué sería lo ideal para cenar.

 

Gerard llevaba bastante tiempo pensando las cosas. Desde que nació Chris creyó que lo mejor era estar lo más cerca posible de él y de Daniela. Los extrañaba mucho, a ambos, cuando no estaban. Sabía que podía ser una decisión rápida, pero también era cierto que a veces la intensidad de los sentimientos no se miden por el tiempo y los suyos eran extremadamente fuertes. Era feliz con la menor que él, mucho más después del bebé que se había vuelto, de cierta forma, en una de sus razones más fuertes para vivir.

-Gerard -la secretaria del despacho de abogados en el que trabajaba hace ya varios meses interrumpió sus pensamientos- Llegó tu cita de las 18:00.

-La última del día -sonrió él- Hazla pasar, tengo todo listo.

-Okay -la mujer le sonrió y se retiró.

-Permiso -anunció una voz femenina, entrando al despacho.

-Señorita Ballato -Gerard se puso de pie, saludándola de la mano- Asiento, por favor -volvió a su sitio anterior, buscando la carpeta de antecedentes- ¿En qué puedo ayudarla? -La miró nuevamente, ignorando su voz interna que le decía que la chica era increíblemente atractiva.

-Problemas legales con mi ex esposo -contó ella.

-Cuénteme y vemos en qué puedo ayudarla -le sonrió, empezando a preguntarle cosas a la chica sobre su caso, sobre las medidas que quería tomar y qué era lo que esperaba del proceso -Muy bien, entonces nos esforzaremos para eso -concluyó el pelinegro, luego de la conversación pertinente.

-Muchas gracias señor Way.

-Dime Gerard -le sonrió.

-Muy bien, Gerard -la chica se arregló el cabello- Estamos conversando entonces.

-Por supuesto, la mantendré al tanto de todo lo que ocurra.

-Muchas gracias -le volvió a sonreír- Esperaré tu llamada.

-Hasta pronto señorita Ballato -Gerard se puso de pie, despidiéndose de la mano, tal como lo había hecho al saludo.

-Hasta luego -dijo ella, tomando sus cosas y caminando hacia la salida- ¿Gerard? -preguntó, antes de salir del todo.

I will never dream of your loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora