VOZ (Stony)

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Tony siempre había tenido un sueño, desde pequeño siempre lo mencionaba. Quería ser libre, independiente a pesar de ser un omega dominante quería serlo. Tuvo la fortuna que sus padres nunca se opusieron a su idea, ellos también lo deseaban para su pequeño, razón por la cual ocultaron el hecho de que era un omega dominante, porque si aquel gen extra en su segundo género, su pequeño sería arrebatado de sus brazos y le quitarían esa añorada libertad que su cachorro deseaban.

Porque en un mundo donde la especie dominante tanto de alfas y omegas, se necesitaba conservar. Efectuando matrimonios arreglados o forzados. El poco avance que hacían los omegas en busca de su libertad era aplastada con fuerza por esa decisión en el mundo.

Ahora gracias a ese secreto. Tony tenía lo que siempre había querido, era "independiente" y "libre", por que por más libre que quisiera ser no lo era, siempre habría una pequeña cadena en su cuello por que si en verdad fuese libre, mantener oculto su rango dominante no sería necesario. Y no era completamente "independiente" sus padres estaban al tanto de todo, sí, él mismo había comprado el departamento donde vivía en ese momento, pero el dinero era parte de sus padres. Lo que sí había conseguido era dejar de trabajar en Stark Industries, y es que no era porque no le gustara trabajar al lado de su padre, no era eso, amaba trabajar con él, la forma en cómo sus mentes parecían trabajar en una sincronía fenomenal y compleja era algo que le gustaba, pero no quería que todos lo vieran como un niño privilegiado que no había tenido que esforzarse por ganar el puesto en la empresa.

Porque lo había hecho, el MIT fue algo fácil para él, pero requirió de su dedicación y de su trabajo. Por ello convenció a su padre de que le permitiera dejar la empresa al menos por un tiempo, para trabajar en otra donde lo desconocían por completo.

Ahora se encontraba desayunando junto con su padre y su madre en un restaurante, faltaba poco para que su entrevista comenzará. Podía sentir y ver las miradas de sus padres, así que dejó los cubiertos y limpio sus labios con una servilleta.

— Papá, mamá voy a estar bien, no me ire a ningun lado

— Lo sabemos hijo, pero de cualquier manera es algo emocionante para nosotros. De cierta forma estas abandonandonos — dramatizó su padre haciéndolo sonreír.

— Eso no es cierto. Los seguire visitando cada fin de semana y les llamare al menos cada dos días — sabía que si no lo hacía su madre se pondría nerviosa, su padre se estresaría y Jarvis iría a buscarlo para llevarlo a casa.

— Tony tiene razón Howard, y de cualquier manera si no lo hace, sabemos donde vive y donde trabaja — soltó una carcajada al escuchar a su madre, contagiandolos de su risa.

Sabía que sus padres sabían que él iba a estar bien. Era un genio y resolvía problemas, aprendería y sería el mejor.

— Bueno, lamento tener que irme, pero debo llegar a tiempo a mi entrevista de trabajo — recorrió la silla y se acercó a su madre para besar su mejilla y recibir un beso suyo de igual manera en una de sus mejillas, su padre también se puso de pie y puso una de sus manos en uno de sus hombros para verlo y sonreír, negaba ligeramente en señal de que no podía creer esas palabras que acababan de salir de su boca, al final lo acercó a él y le dio un pequeño abrazo.

Después de esa pequeña despedida salió del restaurante y subió a un taxi para decirle a dónde dirigirse, un edificio de oficinas que servía como una cubierta para SHIELD. Su padre había trabajado ahí, había ayudado a fundarlo, y a pesar de que existía la posibilidad de que su padre hubiera influido en el hecho de tener una oportunidad de entrar a aquella organización, le restaba importancia. Sabía lo emocionante que podría ser estar en aquella organización.

Cuando llegó a aquel edificio, una amable mujer lo recibió y le dijo que si se encontraba ahí para conseguir el puesto de secretario de planta, pero él le dijo que no era así, que estaba ahí porque tenía una entrevista con el director F. La mujer entendió y le pidió que lo siguiera a la parte trasera donde solo le dijo que aguardara ahí en medio de dos estantes llenos de expedientes. Cuando estaba por decir algo al respecto una pequeña compuerta se abrió bajo sus pies y cayó, cerró los ojos mientras gritaba y se detuvo cuando sintió su cuerpo chocar contra algo suave, abrió con lentitud sus ojos y se encontró con lo que era SHIELD.

— ¿Es usted Anthony Stark? — escucho una voz a sus espaldas que hizo erizar su piel, era profunda y ronca. Se giró sobre sus talones y se encontró con un profundo cielo encerrado en dos iris.

— S-si — contesto al hombre que fácilmente se podía ver que era más grande que él, también que tenía mucha más masa muscular. Su traje se ceñía a su cuerpo con una pulcre perfección haciendo resaltar sus músculos, su pecho, enmarcando su cintura y delineando cada centímetro de su cuerpo.

— Sigamo, el director Fury lo espera — una corriente eléctrica lo recorrió y simplemente asintió, su voz parecía causar estragos en su cuerpo de una forma que desconocía, le gustaba, su temperatura subía y sentía sus manos picar.

Lo siguió por los largos pasillos sin despegar su vista de su ancha espalda, su omega quien siempre mostraba desinterés a cualquier alfa parecía estar interesado en el que tenía frente a él. Anthony no iba a mentir, el alfa que estaba a solo un metro de él era jodidamente atractivo y había algo que hacía que él y su omega sintieran como si su sola voz los derritiera. Ante esos pensamientos, Tony intento pensar en otra cosa, como la falta de decoración en el lugar, todo era gris y azul, negro y pequeñas lineas amarillas y blancas.
Había ido para conseguir trabajo, no un alfa y mucho menos una pareja.

Él quería ser un omega independiente, uno que no tuviera que estar bajo la sombra de algún alfa. Había conseguido grandes cosas, no podía tirar todo a la borda a pesar de que el alfa le atrajera. Estaba demasiado distraído en sus pensamientos que solo sintió como su cuerpo chocó contra el espalda del alfa quien se había detenido, rápidamente se alejo un poco y carraspeo para calmar el calor en sus mejillas.

— El director lo espera, buena suerte — lo escuchó y su cuerpo se estremeció ligeramente.

¿Qué era lo que le sucedía a su cuerpo? Tenía que dejar de escuchar una voz que solo deleitaba sus oídos.

— G-gracias — dijo y solo vio al otro asentir, cuando estaba por abrir la puerta él lo hizo, el calor que parecía apenas calmarse un poco volvió a crecer, estaba ligeramente avergonzado, pero también nervioso.

Entró a la oficina y vio a un hombre de tez morena y un parche cubriendo uno de sus ojos, después de ello escucho el cerrar de la puerta, al hacerlo tomó una gran bocanada de aire y sonrió amplio. Debía calmarse, ahora tenía una entrevista que superar.




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