RUTINA (Darkstony)

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El Capitan Hydra dolía amar salir en misiones, acabar con sus enemigos, disfrutaba de su sufrimiento, de ver cómo rogaban por que los perdonaran. Adoraba el olor de la pólvora y de la sangre combinados en el aire.

Veía la pila de muertos y no podía evitar sonreír satisfecho. Cuando acababa con uno de sus enemigos, disfrutaba el humillarlos de mil formas posibles, una de esas maneras era tomando a la pareja del contrario, fuera lo que fuera, omega, beta o alfa.

Pero eso era antes, ahora cada que estaba en un campo de batalla se esforzaba por terminar lo más pronto posible, y ya no era ni siquiera capaz de fijarse en cualquier otra persona. Antes no le importaban las heridas que conseguía en las batallas, pero ahora hacía lo imposible por no recibir grandes daños.

Se aseguraba de eso, no quería que su amado y dulce omega se asustara. Ya le era suficiente el saber que este se preocupaba cada que tenía que irse fuera.

Por eso había cambiado por completo su rutina, cuando volvía en lugar de hacer el papeleo, torturar a los que habían captura y comenzar a planear el siguiente ataque, iba hacia donde se encontraba su omega.

Ahora habían pasado casi dos meses desde que se había ido. En cuanto llegó a la base, corrió hacia donde sabía que lo encontraría: su laboratorio. Empujaba a cualquier soldado que se encontraba en su camino, solo podía pensar en él. En su omega, su Tony. Pero cuando llegó al laboratorio vi como este se encontraba en completa soledad, su alfa gruño, pero no tardo en tener una idea de donde posiblemente se encontraba. Nuevamente corrió por los pasillos de la base, empujando y quitando a cualquiera, subió un par de escaleras hasta llegar a la que era su habitación.

Abrió las puertas y fue ahí que lo encontró, en medio de su cama rodeado de su ropa mientras vestía una de sus camisas. Sonrió perverso al verlo, ante sus ojos Tony no solo era un ángel sino también la lujuria y tentación hecha persona. Cerró las puertas detrás suyo, para después acercarse a él, subió a la cama y gateó hasta llegar a él y apoyar suavemente su cuerpo contra el menor.

Comenzó a besar su cuello mientras que tomaba su cintura y restregaba su cuerpo contra el omega. Movía sus caderas haciendo que su entrepierna se frotara contra el redondo y firme trasero que tenía su omega.

— Mgh... — escuchó la ligera queja del castaño que lentamente comenzaba a a abrir sus ojos — S-Stiff — besó su mejilla recibiendo un dulce ronroneo de su parte — volviste.

— Así es mi amor — lamió su oído para después morderlo ligeramente, volvió a comenzar a besar su cuello y oler su cuello más en específico donde se encontraba su marca.

— ¿Hace cuanto volviste? — preguntó aún adormilado.

— Ya conoces mi rutina, lo primero que hago es venir contigo, para después follarte duro y llenarte de olor — amaba esa rutina que tenían, sin importar que, cada que regresaba lo único en lo que que ellos dos podían pensar era estar con el otro. Impregnarse con su aroma y satisfacerse tras haber estado lejos.

Ambos amaban esa rutina que tenían. Tony disfrutaba cada segundo en que su alfa lo tomaba, buscando satisfacer y sacarse toda frustración que tuvieran. La forma en cómo el alfa lo tomaba con tal salvajismo, hasta dejar su cuerpo entero tembloroso.



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Nudo.

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