IMPREGNACIÓN DE AROMA (Darkstony)

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Tony miraba como los soldados de Hydra se movían de a un lado a otro, moviendo cajas con armas y alistándose para ir a su siguiente gran misión. Hydra planeaba conquistar una parte del mundo, así era el plan que se había elaborado, comenzaría conquistando varios países en conjunto, enfocándose principalmente en los grandes para así los más pequeños simplemente cedieran.

Ese plan iba funcionando a la perfección, se podía decir que ya había conquistado casi cerca de la mitad de toda America. El siguiente ataque que realizarían era crucial para así poder estar cerca de conquistarla por completo. Primero toda America caería, luego Asia, Europa, Africa y Oceanía. Por ello ahora al estar tan cerca de conquistar el primer continente, su alfa debía irse de la base, de su lado. Había estado a su lado durante cinco meses dando órdenes y confiando en que Barnes les traería la victoria como tantas veces lo había hecho anteriormente.

Su alfa devoraba sus labios en aquel apasionado beso, lo tenía sentado en regazo, con sus manos sujetando sus caderas bajando a su trasero para apretarlo. Tony se aferraba a su cuello y acariciaba la cabellera rubia de su alfa, movía sus caderas sobre él amando la fricción que sus cuerpos creaban. El castaño sentía como el alfa ladeaba su rostro para lamer su mejilla, su oído y comenzar a descender por su cuello. Sabía que su alfa sentía la necesidad de impregnar su aroma en él, se iría por al menos dos meses, tal vez más. Estaría lejos de él y no quería que nadie más fijara sus ojos en SU OMEGA. Era suyo y de nadie más. Lamia su cuello y mordía su piel, levantó la camisa que estaba usando y comenzó a besar su pecho para después ir a uno de sus pezones, cuando pasó su lengua encima de uno de ellos su cuerpo se estremeció. Estaban sensibles, su cuerpo comenzaba a cambiar y su pecho había crecido un poco.

— N-No hagas eso...— pidió, pero solo vio como el rubio sonreía para después atrapar su pezon en su boca y comenzar a succionarlo.

Su cuerpo se arqueó al sentir las succiones del alfa, aunque dolía un poco amaba la sensación que le ocasiona las succiones, el cómo su lengua pasaba y delineaba su pezon y como aveces lo mordía. Hydra sabía complacerlo, sabía que lugares tocar.

Percibía las feromonas del alfa, estas solo hacía que sus hormonas se comenzaran a descontrolar. Su omega deseaba ser tomado por el alfa, que lo envolviera entre sus brazos y con su aroma.

— H-hay otra forma más rápida p-para que me marques con tu aroma, alfa — tomó el rostro del mayor e hizo que soltara su pecho y que lo viera.

— ¿Estas seguro de querer hacerlo Tony? — asintió ligeramente, lo quería desde hacía unos días, pero sabía que su alfa se preocupaba de poder causarle daño a él y a su cachorro, después de lo que había ocurrido quería asegurarse de que ambos estuviesen bien y no corrieran ningún riesgo.

Lo vio sonreír, antes de tomarlo en sus brazos y llevarlo a la cama, aunque quisiera tomarlo en aquel sofá, sabía que hacerlo ahí podría lastimarlo un poco. Lo dejo con cuidado y comenzó a retirar la ropa holgada que estaba usando, no pudo despegar su mirada de él cuando vio como comenzaba a quitarse su uniforme. Creyó que tardaría un poco al quitárselo, pero no había sido así.

Beso sus labios y comenzó a bajar por su pecho nuevamente. Sus piernas estaban abiertas dejando que Hydra se mantuviera entre ellas, jadeo al sentir como comenzaba a prepararlo, un par de dedos comenzaban a prepararlo, podía sentir como estos entraban y salían rozando su próstata en cada momento. Si cuerpo comenzaba a crear lubricante natural ansiado a su alfa, las hormonas y feromonas en ese momento mareaban su cuerpo y lo hacía arder. Quería sentir a su alfa, jadeo al sentir como el par de dedos salía de su interior.

— Tony, si llegas a sentir dolor o ya no quieres seguir con esto, dilo — asintió.

Lentamente la dura polla del alfa se hundía en el húmedo agujero de Tony. Cuando finalmente entro completamente en su interior, se mantenía quieto para no lastimarlo y dejar que se acostumbrara, sintió como el castaño comenzaba a mover sus caderas y pedía que se moviera. Sujeto las caderas del omega y al inicio comenzó a moverse lento, pero llegando profundo, poco a poco fue aumentando el ritmo llegando a ser rápido y salvaje. Tony se sostenía de los hombros del rubio, rasguñando su espalda mientras que ocultaba su rostro en su cuello, sentía como si su cuerpo se derritiese ante cada embestida que daba el alfa. A pesar del ritmo que llevaban en ese momento eran cuidadosos de no aplastar el abultado vientre donde se encontraba su cachorro. Cuando Hydra se alejo del cuerpo del castaño para tomar sus piernas y subirlas a sus hombros, mordió sus muslos y cualquier palmo de piel acaramelada que se encontrará a su paso. Dejaba marcas rojizas y mordidas, marcaba su cuerpo y buscaba impregnar por completo su aroma en el menudo cuerpo del menor.

— A-ahí... más alfa... más... Dame más... estoy cerca... — sentía como el deliciosos cosquilleo en su vientre comenzaba avisándole que estaba cercano de alcanzar un orgasmo.

Hydra hizo lo que su omega pidió, al igual que él estaba por acabar. Volvió a inclinar su cuerpo sobre el del castaño, el sonido de su pelvis chocando contra su trasero se volvía frenético.

— Ahhh... si Hydra... — sus colmillos salieron y lamió el cuello de Tony antes de clavar sus colmillos en su cuello, lo escuchó soltar un último gemido al llegar ambos al deseado orgasmo.

Comenzó a lamer la marca en su cuello, eso ayudaría a que su aroma se impregnara un más en él. Con cuidado salió de su interior y se acostó a un lado de él, ambos respiraban agitados, completamente satisfechos por lo que habían hecho.

Hydra comenzó a besar a Tony, y a acariciar su vientre. Había disfrutado del sexo, más de lo que jamás se había imaginado, ver a su alfa debajo de él gimiendo y rogando por más mientras que veía su abultado vientre lo había excitado demasiado. Su pecho de inflaba de orgullo al saber que había logrado tener a ese omega que siempre había querido para él.

Cubrió sus cuerpo con una sábana, nadie además de él podía verlo. Ya no más. Sabía que en cualquier momento Barnes o alguno de sus ineptos soldados podían tocar o entrar para informarle que todo estaba listo para partir. Aunque no deseaba dejar a su omega y a su cachorro debía hacerlo, él les entregaría el mundo. Les daría todo. Acariciaba su espalda y lo mantenía cerca de su cuerpo, besaba su cabeza y olía su cabello, sus dulces feromonas de café con vainilla y ahora con un toque de leche. Era tan dulce y deliciosos.

— Hydra... — vio como el castaño levantaba un poco su rostro, su mirada avellana se conecto con la suya.

— ¿Qué sucede? — trataba de no alarmarse y pensar que algo había ocurrido.

— B-Bueno yo... — vio como este se ponía nervioso, como sus mejillas se sonrojaban y lo habían ver aún más hermoso de lo que ya era — v-voy a extrañarte — sonrió grande al escucharlo, tomó su mentón y levantó un poco más su rostro para besarlo.

Un beso dulce y lleno de amor. Amaba mucho a su omega y ver cómo este también lo demostraba con pequeños, pero significativos gestos y palabras. Sabía que aún era un poco difícil para él, pues ahora sería visto como el enemigo. Un traidor, pero se sentía orgulloso y dichoso al saber que lo eligió a él ante todo.

— Volveré antes de que nuestro cachorro nazca — lo haría, haría lo imposible para volver lo más pronto posible. No planeaba perderse el nacimiento de su primer cachorro.

Antes de irse impregnó con su aroma la habitación que compartían, toda su ropa y la del omega. A pesar de que su omega en ese momento tenía impregnado su aroma, no sabía cuánto tardaría en volver y cuanto tiempo duraría su aroma impregnado en su cuerpo.




Continuación de instinto, celos, dominación asertiva, celo de omega y protección/pelea

Continua y termina en:

Cachorros.

OMEGACEMBERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora