PRENDAS CON OLOR (INCESTO) (Stony)

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Este fic contiene incesto.


No podía mover su cuerpo, ni siquiera lo sentía y las partes que podía percibir a la lejanía estaban adoloridas, sentía un gran cosquilleo en todo su cuerpo al igual que un tibio calor en su vientre. Había sido precavido, sabía en lo que se podía meter al inducir en celo a un alfa, pero él estaba cansado de tener que seguir jugando el juego de la familia que nunca había funcionado, porque Steve nunca lo vio como su cachorro y Tony nunca lo consideró como su padre.

Tony sabía lo correcto que era el rubio y como este a pesar de que lo amara y deseara no lo tocaría, porque iría en contra de su moral y de sus preciado valores, lo sabía, por ello le dio un pequeño empujoncito al deshacerse de sus supresores. Lo había visto alrededor de todos los años, como siempre durante esas fechas cada tres meses el alfa toma aquel medicamento para calmar su celo. Cuando lo hizo y vio que este cerró la puerta en la cara solo por unos minutos creyó que su plan no funcionará, pero su plan no podía fallar, Steve era muy diferente a su alfa. Sabía que su alfa lo iría a buscar tan pronto quitará la racionalidad con el atisbo de calor.

Conocía los riesgos de atender el celo de un alfa, el alto riesgo de quedar en cinta y ser marcado, esto último no le molestaba en lo absoluto, lo quería, pero lo primero era un completo problemas, se encontraba estudiando la universidad y no quería que sus estudios se vieran afectados por un embarazo. Tomó una píldora anticonceptiva mucho antes de que el alfa viniera a su habitación.

Tony tenía entera confianza en que su plan resultaría bien, podría atender el celo de su alfa. Solo era un día, se dijo a sí mismo, podría con ello. Al menos eso pensó en un inicio, pues nunca planeó que el celo del alfa se alargará un día más, tampoco espero el ser anudado una y otra vez por Steve. No podía quejarse, lo había disfrutado completamente el primer día, su cuerpo se derretía en sus manos, se estremecía cada que sentía como su piel era mordida y su interior se contraía y expandía al sentir como el nudo se formaba. Disfruto de cada uno de sus besos, caricias y palabras.

Se sintió pleno.

Pero el segundo día su cuerpo se hallaba sin energía a diferencia del alfa, su interior estaba lleno de su esperma, sensible e hinchado, su cuerpo temblaba cada que una nueva ronda de sexo duro comenzaba. Fue en ese segundo día donde sintió su cuerpo desfallecer, perdió el conocimiento en algún momento, pero cuando abrió los ojos encontró al alfa aún entre sus piernas, embistiendo su interior y haciendo de él y su cuerpo un sucio desastre. Podía ver sus cuerpos manchados de fluidos y sudor. Las sabanas no se encontraban en un mejor estado.

Cuando abrió sus ojos y sintió los fuertes brazos del alfa sosteniendo su adolorida cadera, no intentó moverse en ese instante, cada fibra de su cuerpo se encontraba entumecida u adormecida, podía sentir el latente dolor en varias partes de su cuerpo. Se encontraba exhausto y hambriento, quería comer y beber algo, su garganta estaba seca y no sería de extrañarse que se encontrara eufónico, cuando se atrevió a moverse para ir por algo de comer. Mordió sus labios para evitar gemir, llevó una de sus manos hacia su trasero, sintió la pelvis del alfa pegada a su trasero y en esa pequeña separación de su cuerpo sintió como algo se encontraba ahí, contrajo ligeramente su cuerpo y fue cuando lo sintió. El miembro del alfa aún se encontraba en su interior, pensó en moverse lentamente y salir de ahí, pero mientras pensaba en cómo hacerlo aquel se vio nublado al sentir como el brazo que sostenía su cadera lo jaló nuevamente hacía él.

— A-ah... — un gemido salió de sus labios al sentir como maltratada próstata era golpeada, su cuerpo tembló al sentir la nariz del alfa olfatear su cuello.

— No te muevas — la voz de Steve sonaba ronca, podía sentir su calor, su cuerpo, su respiración y su aliento.

— L-lo dejaste adentro — jadeo, llevó una de sus manos a su vientre hinchado, podía sentir un bulto en este. Disfrutaba la sensación, pero el saber que ambos se quedaron dormidos y que el miembro del alfa se había quedado en su interior todo el tiempo, lo asustaba, pues eso incrementaba las posibilidades de quedar embarazado — s-sacalo.

— No puedo hacer eso.

— ¿P-por qué? — miró por encima de su hombro al rubio, pero este simplemente no le dijo una respuesta — Steve...

— Lo siento Tony, pero... — las pesadas feromonas que aún soltaba el alfa le daban a entender que en su cuerpo aún quedaba un pequeño resto del celo.

— Está bien, hazlo — debía calmar ese calor al menos una vez más a pesar de que su cuerpo parecía no poder resistirlo.

— No puedo hacerlo, tu cuerpo...

— Estaré bien, hazlo — quería que lo hiciera, porque sabía que con quien hablaba era Steve y no su alfa, quería que él mismo lo hiciera.

Inclinó su rostro hacia donde se encontraba el rubio y con una de sus manos acercó su rostro para besarlo, soltó su aroma para ayudarlo. Steve comenzaba a mover su cuerpo, saliendo solo un poco de su cuerpo para volver a entrar, era un movimiento suave, pero placentero. Jadeo al sentir como este salía de su interior y lo volteaba, ahora podía verlo de frente, por un segundo creyó que este simplemente se iría al ver lo que estaba por hacerlo, pero en lugar de eso lo sorprendió al ser besado nuevamente, con cuidado volvió a meter su miembro en la maltratada entrada del menor. El castaño se sujeto de sus hombros y rasguño su espalda para sujetarse mejor al sentir como este comenzaba a embestir su cuerpo, inició con un dulce y tranquilo vaivén que poco a poco fue acelerando, el sucio chapoteo de los fluidos que salían de su agujero y el sonido del choque de sus pieles.

— Ahhh Steve...— su cuerpo se estremecía ante el golpe certero en su próstata, su garganta dolía, pero no podía evitar gemir, a pesar de que sintiera un poco de dolor, el placer que sentía era más grande.

Sentía las manos de Steve sujetar sus piernas, acarcicialas, bajaba a sus caderas y llegaba a su pecho. Sus manos recorrían su cuerpo por completo gozando de plena libertad. Tomó su rostro y lo besó, siendo correspondido por el otro, dejaba que el alfa metiera su lengua en su boca y ahogaba sus gemidos. Cuando ambos llegaron al orgasmo sintió la presión del cuerpo del alfa.

— No puedes huir de esto Steve — él no se arrepentía de nada y no quería que el otro lo hiciera.

Y parecía que sus palabras ayudaron un poco, pues esos rastros de duda se disiparon del rostro de Steve. Ambos lo sabían, que nunca habían tenido la relación que debían tener, pero que podían hacer cuando el alfa lo reconocía como su omega y viceversa.

Después de estar todo un día, haber sido atendido por el alfa. Se dio cuenta de que toda la casa estaba impregnada por completo de su aroma, era denso, demasiado el aroma de sus feromonas combinadas, pero lo hacían sentir bien. Solamente que también se sentía mareado.

— Toma, ponte esto — el rubio le extendía una camisa, por un momento creyó que era una especie de broma o algún sueño, pero la tomó y se la puso, acercó la tela a su rostro y pudo percibir el aroma del alfa, madera y hojas.

— Huele a tí — dijo mientras se acercaba a él y lo abrazaba, noto como por unos segundo este se tensó, pero lo entendía, debía acostumbrarse al nuevo cambio.

— Si, eso te ayudara. Eres demasiado joven para atender el celo de un alfa, atendiste el mió que se prolongó y ahora estás sensible por haber estado expuesto a una fuerte cantidad de feromonas. Solo es un pequeño desbalance en tus feromonas, liberaste demasiadas, también, el que uses ropa que esté impregnada de mi olor ayudará — asintió mientras restregaba su cuerpo contra el del mayor, amaba su aroma y disfrutaría el usar su ropa o la propia impregnada de su olor.

No había pensado en esa otra consecuencia, pero no podía quejarse, no cuando iba a disfrutarlo demasiado. Olería por completo a su alfa. 



Continuación de autocontrol supresores, celo de alfa.

OMEGACEMBERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora