Capítulo 4: Se dice adiós, pero es un hasta nunca.

71 8 0
                                    

El tiempo pasó, y las tres chicas comenzaron a conocer poco a poco más sobre el mundo sobrenatural al que habían entrado. Gracias a los libros que les habían dado los cazadores, aprendieron bastante sobre su condición, los poderes y habilidades que tenían.

Alex pudo acostumbrarse a la agudización de sus sentidos, a la rápida regeneración de su cuerpo y su gran fuerza (la cual aprendió a usar correctamente). Descubrió que para controlar sus transformaciones necesitaba encontrar un ancla, la cual resultó ser sus dos amigas, a quienes estaba dispuesta a proteger con su vida. Adoptó a ambas chicas y las convirtió en su manada, pero a la vez entendía que ser un Alfa no era un trabajo fácil. La ira era una constante en su vida, así que tuvo que aprender a manejarla para no terminar transformándose a medio pasillo de la escuela. Las garras eran un tema bastante gracioso, ya que solían aparecer en los momentos menos indicados, por lo que Alma tuvo que entrenar un buen tiempo antes de aprender a sacarlas por su cuenta.

Betz descubrió que su tercer poder, la telepatía, a veces trabajaba por sí solo, haciendo que leyera las mentes de las personas sin darse cuenta. Joss era su principal víctima, ya que su amiga era un blanco fácil porque se la pasaba creando historias en su cabeza. Aprendió a mover cosas con la mente de manera consciente, logrando incluso mantenerlas flotando por varios minutos. Con la teletransportación era otra cosa diferente, ya que necesitaba de mucha concentración para lograr hacerlo a voluntad y aun se descontrolaba cuando se enfermaba. En realidad, todos sus poderes solían desfasarse cuando le daba algún resfriado, y más de una vez había terminado apareciendo en Grecia o en Roma, por lo que se convirtió en un chiste el decir "Se nos ha ido a Grecia" cuando la chica solía perderse en sus pensamientos.

Joss por su parte aprendió a realizar con más eficiencia los campos de protección, aunque el uso constante de ese poder le producía dolor de cabeza. Descubrió que no solo podía utilizarlos para proteger a las personas, sino también para contenerlas. La tortura mental por otro lado era aún un tema complicado. La chica sabía controlar la intensidad de los dolores de cabeza que provocaba y podía identificar el punto donde debía parar para no causar un derrame. Pero todo se dificultaba cuando se enojaba, ya que cuando estaba de mal humor "freía cerebros" sin miramientos, aunque hasta ese momento solo había causado dolores de cabeza muy fuertes a otras personas.

Tal como había dicho la cazadora, las chicas regresaban un par de veces al mes para poder resolver las dudas que surgían conforme iban descubriendo cosas sobre su nueva vida. Gracias a los cazadores, Joss y Betz habían aprendido a realizar varias runas con sus poderes, al igual que pociones básicas curativas. Se instruyeron en la interpretación de la infromación astrológica del Libro Negro. Repasaron solo las bases teóricas de los hechizos y la fabricación de talismanes, ya que como la cazadora les había dicho una vez, "hacerlo sería demasiado riesgoso".

A pesar de toda la ayuda que les habían dado los cazadores, las chicas habían comenzado a investigar por su cuenta y habían encontrado muchas cosas interesantes. Habían hecho varios amigos en los lugares indicados y su conocimiento sobre el mundo sobrenatural se había ampliado. Gracias a las Hagstone de Joss y Betz habían aprendido a identificar diferentes criaturas y a recopilar información sobre ellas para extender el Bestiario que habían elaborado.

Los días se convirtieron en meses y los meses en años, y las visitas a los cazadores se hacían cada vez menos frecuentes. Estos comenzaron a alarmarse, al parecer su idea de controlar a las chicas no había resultado tan bien como habían pensado. Sabían que era hora de hacer algo al respecto.

---------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Las tres chicas se encontraban caminando por las calles de Londres con miles de cosas en mano. Las tres habían estado planeando esa salida por semanas, como celebración de que Joss y Betz habían cumplido 18 años el último mes. Alex, que era un año mayor que las chicas, les había propuesto ir a comprar algunos ingredientes para crear una poción que ayudara a la Alfa a ocultar su aroma y que otros lobos no pudieran identificarla.

Luna de TresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora