06:00

2.7K 267 15
                                    

Al llegar a casa, la azabache se dirigió a su habitación, de la pequeña caja de madera, que tenía pequeños detalles dibujados y pintados a mano, colocada just al final de su cama sacó un vestido de color blanco crema, que mas bien era una pijama, no más largo que sus rodillas y poseía unas hermosas mangas con bordes rojos; retiro cada prenda de su cuerpo para colocarse el hermoso vestido, luego retiro sus botines y de un salto, cayó tendida en su cama.

Lentamente cerró los ojos y se sumió en un sueño profundo. Lo primero que divisó fue la cara del chico demonio, desde lo lejos de una cueva se encontraba y la observaba con tanta atención, como si la chica fuera lo más hermoso e interesante en el mundo entero. Ella se encontraba sola en aquel bosque, tan oscuro como la noche, pero al mismo tiempo, tan cálido como el sol. Él se acercó poco a poco a ella, hasta quedar muy cerca. La azabache estaba nerviosa por la cercanía así que no lo podía ver a los ojos, el chico tomó el rostro de la azabache con tal suavidad y delicadeza, como si estuviera agarrando una de las cosas más frágiles del mundo en sus manos. Ahí en el bosque, entre las manos del semi-demonio, la chica se sentía segura y tranquila, el chico se acercó a tal punto que sus respiraciones chocaban y se mezclaban, en una danza casi perfecta. Sus labios estaban tan cerca de ella, provocándole una especie de tentación que nunca antes había experimentado, quería, no, deseaba que la besara, sin dejarlo pasar,el chico la beso, pues al aparecer su necesidad de probar esos labios eran más grande que los de ella. Sus labios bailaban al compás de una suave y casi imperceptible melodía que el viento dirigía...

En ese momento un fuerte ruido proveniente de la cocina despertó a la pequeña azabache, que con las mejillas rojas cual tomate, dio un salto en su cama quedando sentada. ¿Acaso solamente había experimentado esa sensación en un sueño? ¿Por qué solo con aquel chico? Algo desilusionada se acomodo nuevamente en su almohada, pero antes de conciliar nuevamente el sueño, escucho otro ruido y tras ese un murmullo. Alguien estaba en su casa...

Sigilosamente se levantó de su cama, el sueño se le había escapado por completo, se colocó sus pantuflas y de su mesita de noche agarro un pequeño cofre de madera, no sustituía a un bate o a una raqueta; pero era muy pesado, así que la persona quedaría sin duda noqueada en el piso de su casa. Cuidadosamente camino hacia su cocina asomando la cabeza por la entrada.

—Oh, hola Tn! — Un chico con el cabello rubio, el cual tenía la peculiaridad de tener un rayo negro en su cabello, la saludaba mientras terminaba de hacer un pan con jalea. —¿Para qué es el cofre? — mordió su pan de lo más tranquilo.
—Denki... —La azabache dio un gran suspiro y se sentó —¡Casí te mató animal del bosque más profundo! ¿Cómo se te ocurre entrar sin avisar? —esta vez, de pie nuevamente, corrió hacia Denki, dejó el cofre a un lado y buscó un cucharón. Suspiro y dio un gran salto para poder pegarle en la cabeza a el chico que la veía con una sonrisa divertida mientras masticaba su pan...

...
Hacé doce años atrás...

La madre de Tn, Ryu Hana o Flor de Ryu, no había tenido mucha suerte, dos días después del cumpleaños de su hija, su esposo se había ido. Abandonando, no sólo a su familia, también a su hogar, la pequeña niña de apenas cuatro años no comprendía la magnitud de las cosas. Hana no tubo opción, necesitaba dinero para seguir viviendo, su madre era la única que podría cuidar a su pequeña. Pero la idea de que Tn fuera todos los días al bosque, no le pareció atractiva. Haci que dejaría a Tn sola algunas veces, y otras las llevaría con su abuela...

Durante mucho tiempo, buscó trabajo en su pueblo, pero no encontró, pues la mayoría de los negocios eran familiares y se negaban a darle de sus ganancia a alguien más, sin embargo en forma de disculpa, le regalaban cosas para que sobreviviera; frutas, verduras, plantas medicinales, etc. Al pasar dos años vió que no encontraría trabajo, solo caridad, así que decidió irse de ese pueblo, la pobre Tn se quedaría sola un buen tiempo, no pensaba llevarse a su tesoro más grande a un lugar desconocido, sabiendo que la niña tenía un lugar donde estaría sana y salva. A su madre tampoco la vio como opción, pues habían discutido, en forma de reproche, llegó a su casa, advirtiéndole que si se iba del pueblo, no cuidaría a su nieta. No quedaba más tiempo que perder, tomando una bolsa grande, metió lo necesario para emprender su viaje en busca de trabajo.

Tn despertó sin su madre la mañana siguiente, sabía a donde había ido, haci que no se permitió llorar, se levantó de su cama y se puso un vestido rojo, una capucha de color corinto y con una manzana en la mano, salió de su casa en busca de aventuras...

El bosque estaba iluminado por los rayos del Sol, era como un cuento de hadas, el sol brillando, pájaros cantando sus hermosas melodías. Todo perfecto, hasta que le cayó una nuez en la cabeza...




Continuará~~

Caperucita roja y El demonio... O algo asi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora